Los resultados individuales de los test de estrés climáticos serán secretos

El BCE no difundirá los datos recogidos durante su ejercicio de supervisión en 2022. La metodología a utilizar en las pruebas será comunicada "en breve" a los bancos

Group photo of the Executive Board of the ECB (f.l.t.r.: Fabio Panetta, Vice president Luis de Guindos, Isabel Schnabel, ECB President Christine Lagarde, Frank Elderson, Philip Lane), Frankfurt, 21 September 2021

El Banco Central Europeo (BCE) no publicará resultados individuales de cada entidad dentro del ejercicio de supervisión de riesgos climáticos que llevará a cabo el año que viene, y que incluye la realización de los primeros test de estrés climáticos, que se difundirán en el primer trimestre de 2022.

Algunas entidades financieras había pedido optar por esta modalidad -ya se hizo con las pruebas de resistencia especiales por la pandemia de coronavirus-, y el supervisor parece que les ha escuchado.

Los posibles ajustes en riesgo -si hubiera que hacerlos- se realizarían a través de los requerimientos de capital que forman parte del Pilar 2.

Así lo avanzó este jueves Frank Elderson, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, durante la octava conferencia sobre la Unión Bancaria.

"El reflejo del resultado de nuestros ejercicios de supervisión el próximo año será de carácter cualitativo. Un posible impacto, si lo hubiera, será indirecto, a través de las puntuaciones del SREP en los requisitos del Pilar 2 y no se publicarán resultados específicos de cada banco", avanzó Elderson.

No obstante, este modelo no será el que se mantenga en el futuro. "Permítanme enfatizar que es poco probable que en los próximos años las cosas se detengan aquí. Este no es el final del juego", advirtió durante su discurso.

La metodología a utilizar durante las pruebas de resistencia será remitida "en breve" a las entidades supervisadas directamente por el BCE.

Clasificación de los riesgos

Los riesgos climáticos podrían repercutir en las recomendaciones específicas que el supervisor dé para entidad financiera en lo que se conoce como el Supervisory Review and Evaluation Process (SREP) y, más concretamente, en el Pilar 2.

Este pilar mide el riesgo específico de cada entidad, por lo que difiere entre bancos, e incluye numerosos factores individuales; a los que podrían añadirse los climáticos.

De cara al futuro, el supervisor europeo, sin embargo, señala la pauta marcada por el Comité de Basilea, que preside el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, como una de las mejores para establecer esta medición.

En este sentido, Frank Elderson, recordó durante su intervención que el Comité de Basilea había llegado a la conclusión de que los riesgos climáticos se podían incluir dentro de las categorías de riesgo que ya manejan los bancos - crédito, mercado, liquidez y operacional- y adelantó que su intención era ir adaptándose a esta pauta.

"Si el BCE tratara los riesgos medioambientales y climáticos como cualquier otro riesgo, reflejándose en todos los requisitos de supervisión pertinentes, estaría en consonancia con esta conclusión. Poco a poco empezaremos a hacer precisamente eso", reveló durante su intervención este jueves.

Avances en objetivos climáticos

En julio, por primera vez en su historia, el BCE incluyó los riesgos medioambientales dentro de su política monetaria y presentó una hoja de ruta a desplegar.

El primero de estos pasos lo dio el miércoles con la presentación de los primeros test de estrés económicos, en los que se han medido los riesgos climáticos de manera estanca.

La conclusión de esta primera prueba, según el BCE, es que los costes de llevar a cabo la transición verde compensan en el largo plazo los riesgos climáticos que se evitan. Asimismo, teniendo en cuenta las modelizaciones del BCE, en el caso de que el cambio climático no se mitigue, los riesgos se elevarán.

Ningún banco cumple todas las expectativas de supervisión del BCE

En materia financiera, el BCE ya ha ido dando pasos adelante. En noviembre del año pasado, publicó sus expectativas de supervisión en esta materia y los bancos tuvieron hasta el verano para enviarle una autoevaluación. En ella valoraban el punto en el que se encontraban y sobre él debían construir un plan para cerrar la brecha.

La nota de este autoexamen fue mediocre; algo a lo que también se refirió el jueves Frank Elderson. "Los resultados preliminares muestran que ningún banco tiene todavía una imagen completa de los riesgos climáticos", recordó durante su intervención; puntualizando que ninguna de las entidades bajo su supervisión directa se adaptaba completamente a sus expectativas supervisoras.

Como punto positivo, reconoció que casi todas las entidades ya habían puesto en marcha planes específicos y estaban logrando avances.

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