El dilema del sector de la moda: crecer o ser más verde

Hasta un 8% de las emisiones mundiales están relacionadas con la moda, sin que todavía exista un modelo claro de transición que permita a las firmas combinar expansión y reducir emisiones

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La semana pasada fue la semana de la moda en la ciudad de Nueva York y esta arranca la Semana del Clima en la Gran Manzana.
En la intersección de estos escaparates anuales se encuentra una incómoda verdad: nadie ha descubierto cómo alinear de manera creíble los objetivos climáticos con el modelo de negocio actual de la moda.

Son varias la cadenas que han anunciado metas en materia de sostenibilidad. De hecho, la realidad es que casi ninguna de las grandes firmes se olvida de esta temática y es raro la que no cuenta con un plan para modificar cómo se fabrican los productos para que sean más ecológicos y para alargar su vida útil.

Todas estas iniciativas han dado lugar a que se haya puesto de moda la palabra “circularidad”, pero menos a que se tenga en se hable más directamente de las emisiones de carbón que generan estas compañías.

De acuerdo con datos de Naciones Unidas, entre un 2 y un 8 por ciento de las emisiones de gases contaminantes las produce esta industria. Y aquí surgen interrogantes incómodos. Por ejemplo, si es viable crecer y, en paralelo, poder asumir compromisos de recorte de emisiones y uso de recursos muy significativos.

Por el momento, se discute poco sobre la relación entre la producción de un bien y la reducción de emisiones.

“Muchas, muchas empresas están empezando a darse cuenta de que tienen un situación que parece irreconciliable”, señala Elisa Niemtzow, vicepresidente de sectores de consumo en la consultora de sostenibilidad BSR: enfrenta directamente la expansión de los negocios con unas tasas de reducción de emisiones muy cerradas.

Uno de los ejemplos que utiliza es H&M. La compañía sueca se ha comprometido a reducir su volumen de emisiones un 56 por ciento en 2030 en comparación con los niveles de 2019, obteniendo una “B” por parte de CDP en lo que a divulgaciones climáticas se refiere.

Un compromiso que se sumaría a los objetivos H&M para reducir el uso de agua y plástico y recurrir más habitualmente a materiales reciclados. Pero incluso con estos planes no se puede contrarrestar un volumen de producción de 3.000 millones de prendas al año con la expectativa de los analistas que supere el crecimiento de sus competidores.

¿Es posible desvincular los objetivos climáticos de ese tipo de estrategia? Muchos científicos creen que no. “Los científicos generalmente dirían que el desacoplamiento en realidad no es posible, o podría ser posible para las emisiones, pero no para uso de recursos”, apunta Niemtzow. “Y aunque pudiera ser en teoría posible, es extremadamente improbable que alguna vez suceda.”

Gucci ha optado por reenfocar su oferta para reducir emisiones, pero se duda de que sea un modelo sostenible en el tiempo

Algunas empresas, no obstante lo están intentando. En el segmento del lujo, Gucci logró reducir sus emisiones un 15 por ciento en comparación con los niveles de 2019, mientras que sigue aumentando las ventas, de acuerdo con Business of Fashion.

La alternativa del negocio de ‘segunda mano’

Su alternativa es limitar el crecimiento de los productos que ofrecen, centrarse en menos artículos pero de mayor calidad y dando más peso en su oferta de producto hacia aquellos productos más eficientes en términos climáticos, aunque no está claro si la estrategia puede ser perdurable en el tiempo.

En paralelo, están surgiendo negocios que impulsan la reutilización de productos a través de la reventa y que abarcan desde la ropa, hasta los muebles. También existe opciones que priman el alquiler de producto para evitar que se tengan que afrontar nuevas producciones.

El aumento del negocio de reventa, alquiler, reparación y reconstrucción, englobados dentro de la economía circular, podrían reducir la huella climática de la moda en alrededor de un tercio de lo que se necesita para mantener el objetivo de alinearse con un escenario de reducción del calentamiento climático a 1,5 grados centígrados, de acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur.

“Creo que los equipos especializados en sostenibilidad dentro del sector de la moda llevan años hablando sobre los ‘elefantes’ de la superproducción y el sobrecompra”, valora Niemtzow, pero que “todavía están buscando modelos viables sobre los que funcionar”.

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