El G7 escucha al ecosistema de impacto español

El sector se ha unido con una voz única y fuerte y los países más desarrollados del mundo nos escuchan. ¿Lo hará ahora nuestra clase política?

Hace 8 años, en 2013, se creó el G8 Social Impact Investment Taskforce, una alianza de los 8 países más industrializados del mundo para impulsar la Inversión de Impacto. Aquel grupo fue el germen de lo que hoy conocemos como The Global Steering Group for Impact Investment (GSG), una plataforma global con 34 países adheridos a la que España se sumó en junio de 2019.

Hoy, tras 8 años y una crisis climática y social sin precedentes, la presidencia del G7 vuelve a recaer en UK con un consenso global más sólido que nunca de la urgencia de actuar.

Con este fin, se ha creado el Impact Task Force (ITF), un grupo de trabajo impulsado bajo la presidencia británica del G7, coordinado por el GSG, presidido por el exministro británico Nick Hurdyque reúne a 120 líderes mundiales del mundo de la empresa, las políticas públicas y el sector social.

El ITF ha trabajado durante los últimos cuatro meses en la elaboración de dos informes que se presentaron el pasado 13 de diciembre en Londres.

Bajo el título “Es hora de cumplir: movilizar el capital privado a escala para las personas y el planeta", ofrece recomendaciones prácticas que responden a una de las preguntas más apremiantes de nuestro tiempo. ¿Cómo acelerar el volumen y la eficacia del capital privado que busca tener un impacto social y medioambiental positivo?

El ITF insta a los gobiernos a actuar y establece una hora de ruta, con un claro sentido práctico para lograr que el capital institucional (valorado en 250 billones de dólares) pueda vincularse más eficazmente con la financiación pública para lograr resultados sociales y medioambientales para las personas y el planeta. Entre sus principales recomendaciones se encuentran:

  • Hacer obligatoria la contabilidad de impacto por parte de empresas e inversores, de conformidad con estándares armonizados, reconociendo el papel clave que desempeñan la transparencia y la integridad para impulsar un cambio de comportamiento capaz de guiar los flujos de inversión
  • Apoyar los esfuerzos del Consejo de Normas Internacionales de Información Financiera de la Fundación IFRS, para crear una línea de base global de información sobre los impactos que afectan la valoración de las empresas
  • Aumentar la oferta de vehículos de inversión atractivos para inversores institucionales, capacitando a los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras de desarrollo para que sean más eficaces a la hora de catalizar la movilización de inversión privada, con especial foco en las economías emergentes, donde la brecha de financiación es mayor
  • Impulsar la alineación entre agentes públicos y privados, garantizando que un mayor flujo de capitales contribuya de forma significativa a una transición justa, y proporcionando una base de entendimiento común para la acción con el fin de que dicha transición hacia cero emisiones netas que no deje nadie atrás.

El ecosistema de impacto español representado por SpainNAB no solo ha contribuido activamente a los trabajos de este G7 Impact taskforce, sino que ha sido reconocido con la inclusión de varios casos pioneros en el informe de recomendaciones.

Además, recientemente ha entrado a formar parte del Patronato de la Fundación GSG con la incorporación de Juan Bernal, presidente de la organización española y director general de CaixaBank AM.

La participación de SpainNAB en los trabajos del G7, la inclusión de casos de éxito españoles y la entrada en el Patronato de la Fundación GSG son el reflejo del dinamismo e importancia que está ganando la inversión de impacto en nuestro país, que contabiliza ya un total de 2.378 millones de euros de activos bajo gestión en 2020, lo que supone un crecimiento del 26 por ciento respecto al año anterior.

A diferencia de lo que ocurrió en 2018, ahora el sector se ha unido con una voz única y fuerte. El G7 nos escucha. ¿Nos escuchará ahora nuestra clase política? Esperamos que esta vez sí.

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