El Parlamento europeo vota el veto al gas y la nuclear

El pleno del Parlamento Europeo vota este miércoles una moción que rechaza la inclusión del gas y la energía nuclear dentro de la taxonomía de actividades sostenibles de la UE

La polémica decisión de la Comisión Europea de incluir el gas y la nuclear dentro de la taxonomía de actividades sostenibles de la Unión Europea se topa este miércoles con el pleno del Parlamento europeo.

El momento no podría ser más más tenso, con los precios del gas disparados por el cierre del suministro de Rusia, y Ucrania presionando para que las instituciones comunitarias se opongan a la clasificación del gas como actividad sostenible.

Según Bloomberg, la semana pasada el embajador de Ucrania en Alemania pidió que se rechazara, ya que, en su opinión, convertirla en una energía clasificada como limpia (la propuesta de la Comisión Europea exige una serie de condiciones) no haría otra cosa más que mantener la dependencia europea de Rusia.

El ‘no’ como precedente

La votación de este martes en el Parlamento europeo llega con el precedente de un primer rechazo de las comisiones de economía y medioambiente al plan de Bruselas.

A finales de junio, ambos organismos apoyaron una moción respaldando rechazar la inclusión de estas dos energías en la categoría de sostenibles. El no a la propuesta de la Comisión Europea estuvo apoyada por 76 votos a favor y recibió 62 en contra y 4 abstenciones.

Esta misma propuesta es la que se lleva al pleno de este miércoles. Si el Parlamento Europeo rechaza la propuesta de la Comisión Europeo la institución que lidera Úrsula Von der Leyen debería retirarla o bien modificarla. El Consejo de la Unión Europea todavía no se ha pronunciado.

No obstante, la Comisión Europea adoptó este enfoque para tratar justo de que la propuesta saliera adelante, representando de alguna manera los intereses conjuntos de Alemania y Francia. Los primeros, defensores del gas; los segundos, de la energía nuclear.

La propuesta de la Comisión Europea, publicada en el arranque de febrero, fue previa a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero ya se produjo tras una fuerte subida de los precios eléctricos, que comenzaron en otoño del año pasado.

La decisión fue muy criticada desde la inversión responsable por plantear una taxonomía alejada de los criterios científicos y se instó a la Comisión a trabajar en una taxonomía de actividades de transición, donde estas dos fuentes de energía tendrían una cabida más alineada con la ciencia.

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