El refugio de la ESG para la deuda emergente
La familia de producto emergente ESG está aguantando bien la polémica sobre la exposición de este tipo de fondos a Rusia cuando estalló la guerra. Las aportaciones mantienen el tipo en el año
Las dudas razonables generadas por la exposición de numerosos fondos ESG a Rusia cuando estalló la guerra en Ucrania no habría sido suficiente para que los inversores perdieran la confianza en la inversión responsable como vía para exponerse a países emergentes.
De acuerdo con los últimos datos disponibles (se corresponden a mayo), los inversores mantendrían su confianza en los productos de deuda ESG, que habrían estado actuando como refugio ante la volatilidad que se ha instalado en las bolsas en 2022.
De acuerdo con Bank of America (BofA) entre enero y mayo los fondos ESG de renta fija especializados habrían recibido entradas de dinero por 1.900 millones de dólares. En contraste, los productos tradicionales habrían perdido 59.000 millones de dólares (la diferencia de volúmenes también se debe a que la oferta no ESG es más grande).
Los fondos ESG de emergentes captan 1.900M en el año
Esta diferencia habría provocado que los activos bajo gestión en fondos ESG de emergentes solo se hubieran reducido un 7 por ciento este año, frente al 17 por ciento que se dejan los tradicionales.
Eso sí, tampoco es una confianza ciega. En mayo, por primera vez desde septiembre de 2020, la categoría de fondos ESG emergentes habrían acumulado su primera salida de dinero, con retiradas de dinero por 275 millones.
Más defensivos a largo plazo
Uno de los pilares de los defensores de la inversión siguiendo criterios medioambientales, sociales y de gobernanza es que son estrategias más rentables a largo plazo porque los mejores criterios ESG quitan riesgo.
Sin embargo la crisis que estamos viendo en las bolsas y en la renta fija está golpeando con fuerza la rentabilidad de todos los activos -ESG o no-. Es la primera vez que la inversión responsable 'masiva' (cuando el mercado ya ha crecido) se enfrenta a una crisis de este tipo, por lo que es también una prueba de fuego para la industria.
No será realmente atractiva si no prueba su capacidad de ser al menos tan rentable como los fondos tradicionales y el ejercicio también está dañando a los fondos sostenibles.
Más allá de los emergentes, y a pesar de las salidas de dinero registradas en mayo, el mercado de los fondos de deuda ESG todavía se mantiene en positivo en lo que se refiere a captaciones, con entradas de dinero por 3.600 millones.
La cifra -y volvemos a recordar el distinto tamaño del mercado- es totalmente opuesta cuando se mira hacia los productos fuera de la categoría, que habrían perdido 242.000 millones de dólares.
Comparándolos en términos relativos y teniendo en cuenta en la evolución en rentabilidades es bastante similar, los activos bajo gestión en fondos ESG se habrían contraído un 8 por ciento en 2022 por el 11 por ciento de los fondos no ESG, según BofA.
El mercado europeo, sin embargo, sería el que más estaría sufriendo y sus fondos de deuda sostenible habrían perdido 3.900 millones; poco, no obstante, comparado con los 34.000 millones que perdieron sus hermano no ESG.