El regulador de los mercados europeos hace un guiño cómplice a la ESG
En pleno debate sobre la rentabilidad de la ESG en 2022, la ESMA publica un informe destacando los menores costes asociados de los fondos sostenibles
Los fondos de inversión ESG destinados a minoristas tienen menores costes asociados que sus pares tradicionales, y sucede tanto en productos orientados a renta fija, renta variable y fondos mixtos.
Es una de las conclusiones más llamativas del último informe publicado por el supervisor europeo, la ESMA, y que tiene en cuenta datos de la última década hasta el cierre de 2021.
El estudio también demuestra que los costes se fueron reduciendo con el paso del tiempo, aunque en la mayoría de países de la Unión Europea se produjo un progreso “limitado” para hacerlos más asequibles.
Los minoristas pagan más
Pese a la evolución del mercado ESG, especialmente desde 2019, los inversores minoristas siguieron pagando comisiones más altas que los profesionales por los fondos sostenibles.
Si bien la ESMA destaca que el rendimiento en algunos ejercicios como el 2020 fue muy volátil, por la pandemia de Covid-19, invertir a largo plazo reduce “significativamente” los riesgos relacionados con la valoración de los productos financieros. Los costes, un componente clave para evaluar los beneficios de una inversión, se redujeron “solo marginalmente con el tiempo”.
Hay un producto que destaca por encima del resto: los fondos de impacto. Según el regulador de los mercados europeo, tuvieron un rendimiento mejor al de otras estrategias ESG, incluso mejor después de incluir los costes, que los que se centran en los criterios ambientales, con costes más altos.
Siguiendo en este apartado, los costes fueron “significativamente” más altos para activos de fondos transfronterizos (UCITS) que para fondos pasivos o cotizados (ETFs).
Alta concentración
Sobre las características del mercado, la ESMA destaca la alta concentración que se produjo en los fondos transfronterizos, con un 15 por ciento de los gestores controlando el 90 por ciento de los activos.
Mención aparte para los fondos de inversión alternativa (AIF, por sus siglas en inglés). En 2020, los inversores representaron el 13 por ciento del valor liquidativo total en este mercado, lo que supone una disminución “importante” en comparación con el año anterior. Debido, de nuevo, a las consecuencias que trajo la crisis sanitaria del coronavirus.
“No se pudo realizar un análisis completo de los costes debido a la falta de disponibilidad de datos”, apunta la ESMA en este sentido.
Además, la mayor parte de los costes asociados a los fondos sostenibles correspondió a los costes de entrada, y “variaron sustancialmente” por países y por la fórmula de pago. “Pero no dependieron del tamaño”, concluye el regulador.
Por qué los fondos ESG tienen menos costes
Entre las principales conclusiones del informe, la ESMA destaca que los fondos ESG se correlacionan con menores costes ya que, en conjunto, están expuestos a empresas de gran capitalización y orientados a economías desarrolladas.
“Los fondos ESG se mantuvieron más baratos incluso aunque se asocie a menores costes a los fondos dirigidos a clientes institucionales y los pasivos”, señala el organismo.
Hay una diferencia reseñable entre apostar directamente por lanzar fondos ESG que por la reconversión de los fondos tradicionales a ESG: la primera opción tiene comisiones más bajas.
En cuanto a la asignación sectorial, la diferencia radica en que los productos ESG están más expuestos al sector sanitario y al tecnológico, aunque estas “no son los únicos impulsores del rendimiento superior de los fondos ESG”.
Asimismo la ESMA seguirá supervisando la evolución de los costes, ya que el seguimiento “permitirá ser más importante en el lado de la ESG” por ser un mercado “que se está desarrollando y que podría rápidamente evolucionar”.
“Mientras tanto, se necesita más investigación para entender completamente las razones detrás del relativo abaratamiento de los fondos ESG”, concluye la ESMA.