El mercado de deuda sostenible no ha podido escapar a la inestabilidad creada por la guerra en Ucrania y los bancos españoles más grandes, que juegan la liga global en deuda sostenible también lo han sentido.

De acuerdo con Bloomberg, si el Banco Santander fue capaz de finalizar 2021 como uno de los quince principales actores en el mercado de deuda verde, en lo que llevamos de ejercicio habría caído del puesto 14 al 30; en el caso del BBVA, habría pasado de la posición 35 a la 70 del mundo en los cuatro primeros meses del año.

Sin embargo, hay otra clasificación donde las entidades españolas sí avanzan posiciones: en préstamos verdes. De hecho, según Bloomberg, Caixabank es el tercer banco del mundo en concesión de este tipo de financiación en lo que llevamos de año, solo por detrás de Sumitomo Mitsui y Bank of China.

De acuerdo con la misma fuente, el año pasado habría finalizado en el puesto 14 de esta tabla.

Este salto coincide con la recta final hacia la presentación de su plan estratégico, que se conocerá justo dentro de una semana, el 17 de mayo, y en el que se espera que el banco que lidera Gonzalo Gortázar, incluya la sostenibilidad.

Por el momento, Caixabank no ha presentado ningún objetivo concreto en financiación sostenible o verde, como sí han hecho el Santander, BBVA o el Banco Sabadell. La hoja de ruta más reciente es la de este último, que la hizo pública coincidiendo con la junta de accionistas.

Caixabank, en contraste, todavía mantiene la incógnita sobre si presentará alguna meta concreta -Bankinter por ejemplo no la ha difundido aunque cuenta con un plan de sostenibilidad en vigor-, aunque sí ha ido dando información al mercado.

En la presentación de resultados del primer trimestre cifró en 31.400 millones el volumen de la financiación sostenible vehiculada durante 2021. Una cifra, que según el banco, le otorgaba el liderazgo en España y la sexta posición en EMEA.

A nivel gobernanza, la sostenibilidad ha subido al consejo, donde cuenta con la comisión de nombramientos y sostenibilidad, que preside el independiente John Reed, y también ha dado más peso a la ESG en el sistema de retribución de los ejecutivos.

De hecho, fue una de las razones por las que logró que los asesores de voto apoyaran sus políticas retributivas de cara a la junta de accionistas de este año, en las que logró una cierta pacificación con el FROB, que no se opuso como en 2021.

¿Qué hacemos con el carbón?

Otra de las cuentas pendientes del Caixabank en sostenibilidad es fijar objetivos concretos en materia de descarbonización en su cartera de crédito. Como firmante fundador de la Net Zero Banking Alliance (NZBA) contaba con 18 meses desde abril de 2021 para dar a conocer una serie de objetivos concretos en materia de descarbonización de la cartera de crédito; pero todavía no ha dado a conocer ninguno.

El BBVA es, entre los firmantes de aquella primera hornada, el que ha publicado más objetivos, mientras que el Santander, que sí que ha adelantado objetivos para el carbón, ha avanzado que "como tarde" los publicará en septiembre.

Caixabank, sin embargo, sigue en silencio al respecto de sus planes en esta materia, aunque del grupo cada vez asume mayores compromisos en materia de descarbonización.

Vidacaixa, por el ejemplo, se ha sumado este año a la red Net Zero Asset Owners, siendo la única aseguradora española en integrarse en esta alianza, que obliga a sus firmantes a descarbonizar sus operaciones completamente.

Estaría pendiente el compromiso net zero de la rama de gestión de activos -Caixabank AM- que previsiblemente también se sumará a los objetivos. Por el momento, ya es la mayor gestora española por activos ESG, con más de 28.000 millones al cierre de abril, según datos de VDOS.

Santander AM, BBVA AM o Ibercaja gestión ya están integradas en la red de gestoras net zero.