A menos de un mes de que se cierre del ejercicio, los bancos españoles están demostrando que están jugando su partida en el mercado de bonos verdes.

Hasta noviembre, de acuerdo con datos de Climate Bonds Initiative, se habían colocado bonos con estas características valorados en más de 428.000 millones de dólares. Una cifra que se queda ya muy por delante de la que se registró en el conjunto de 2020, que fue inferior a los 300.000 millones.

Para 2022, Climate Bonds ya anticipa que se podría ser el año en el que se consiga la cifra del billón de dólares. Es decir, doblar la que se consiga este año (se anticipa que el año cerrará en el nivel de los 500.000 millones).

Este ejercicio ha superado las propias previsiones de la plataforma, que el pasado enero pronosticó que se emitirían entre 400.000 y 450.000 millones de dólares en bonos verdes.

Climate Bonds cree que el billón de dólares en emisiones podría llegar en 2022

Las entidades españolas no están siendo ajenas a estos crecimientos, aunque las posiciones de unos grupos y los otros en la liga mundial de las colocaciones verdes son muy distintas.

De acuerdo con datos de Bloomberg, el Banco Santander es el único que está jugando en la liga de los quince primeros colocadores. Los datos de la agencia financiera muestran que se coloca en el puesto 12 de la clasificación (véase gráfico superior), habiendo participado en colocaciones valoradas en algo más de 11.000 millones de dólares.

En concreto, el Banco Santander habría participado en la colocación de 68 emisiones a lo largo de 2021. En noviembre, habría estado en las emisiones verdes de entidades como Société Générale, Ford o la Comunidad de Madrid. En los últimos meses ha participado en varias emisiones de deuda soberana, como la del Reino Unido o la inaugural de la Unión Europea.

El BBVA, entre los 35 mayores

El segundo banco de la bolsa española también está siendo activo en el mercado de capitales de deuda verde, aunque se ubica lejos de las posiciones logradas por el Banco Santander. De acuerdo con Bloomberg, la entidad que preside Carlos Torres se colocaría en el puesto 35 de la clasificación, habiendo intermediado algo más de 4.000 millones de dólares en operaciones.

Respecto al número total, habría participado en 43 colocaciones de bonos verdes. Al igual que el Santander, una de las más recientes habría sido la de la Comunidad de Madrid y la de Ford.

En noviembre, también habría intermediado una colocación de Électricité de France (EDF).

Por su parte, Caixabank, estaría bastante lejos de las cifras de sus dos competidores; algo que también es razonable teniendo que cuenta que su actividad se limita a la Península Ibérica. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri habría intermediado colocaciones valoradas en algo más de 1.400 millones, lo que la ubica en el puesto 63 de la liga mundial.

La oportunidad de la descarbonización

La fuerte actividad de los mercados de deuda sostenible este año no parece que se vaya a agotar en el corto plazo a tenor de los compromisos de descarbonización que estamos viendo en muchas empresas y países del mundo. "La transición hacia una economía baja en carbono necesita una enorme movilización de capitales en todos los sectores, para cambiar sistemas intensivos en carbono en modelos 'net zero'", apunta Climate Bonds.

Esta situación está provocando que los mercados de deuda verde estén marcando un hito detrás del otro. El del año pasado, logrado justo en diciembre, fue cruzar la frontera del billón de dólares en emisiones acumuladas. Para lograrlo, había tenido que pasar más de una década desde que se lanzara el primer bono verde en 2007.

Esta cifra, sin embargo, podría lograrse solo el año que viene en nuevas colocaciones, si se cumplen las previsiones de Climate Bonds. Ellos ya defendían que un punto clave para el mercado -y lo apuntó en 2017- era lograr esa cifra durante un ejercicio. La siguiente cima es vertiginosa: lograr inversiones verdes valoradas en cinco billones de dólares en 2025.

“El tan esperado hito del billón de dólares es ya una realidad del mercado, bien para fines de 2022 o para 2023. Pero la crisis climática crece. Es hora de levantar la vista y apuntar más alto; cinco billones en inversión ecológica anual para 2025 debe ser la nueva marca que deben alcanzar los responsables políticos y las finanzas globales", señala Sean Kidney, consejero delegado de Climate Bonds Initiative.