El sector empresarial español es el que más teme a la crisis climática
El 77% de las compañías están preocupadas por los efectos sobre su negocio, una proporción veinte puntos por encima de la media europea. Sin embargo, existe retraso en inversión
El cambio climático es una realidad y las empresas españolas son las más conscientes de los riesgos y oportunidades asociados en toda la Unión Europea.
Aunque un 77 por ciento cree que la crisis medioambiental acarreará riesgos físicos y de transición en sus operaciones, más de 20 puntos por encima de la UE, la tasa de las que invierten para abordarlos sigue por debajo de la media europea.
Prácticamente la mitad (48 por ciento) de las firmas nacionales ve un "riesgo mayor" en su negocio derivado de la crisis climática y un 29 por ciento la considera una amenaza menor, según los datos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
En conjunto, la percepción empresarial española es más elevada que en cualquier otro país de la Unión (donde la media es del 58 por ciento), los Estados Unidos (52 por ciento ) y el Reino Unido (56 por ciento).
El dato sorprende por llamativo, pero encaja si tenemos en cuenta que la población española es la más preocupada por el cambio climático de entre todos los países de la Unión Europea, según el Eurobarómetro de diciembre de 2020.
De las 13.500 empresas europeas no financieras —600 españolas— sondeadas por el BEI durante 2020 para su último informe sobre el clima, las compañías del Sur de Europa se marcan como las más vulnerables ante los riesgos físicos.
Las recientes olas de calor y sequías amenazan el turismo
En concreto, sus temores están relacionados con las recientes olas de calor y sequías que limitan la producción de alimentos y potencialmente también podrían interrumpir el turismo en la zona.
Las empresas de los países menos ricos están más preocupadas por los riesgos físicos del cambio climático, mientras que aquellas de países de ingresos más altos perciben que hay más medios para prepararse para el cambio climático.
Una de cada dos empresas españolas se ha fijado un objetivo climático
Casi la mitad (46 por ciento) de las firmas españolas habían fijado objetivos climáticos en 2020, con una ventaja de cinco puntos porcentuales respecto a la media de la UE, según el BEI.
Diferenciando por tamaños, un 62 por ciento de las grandes empresas tenía compromisos climáticos, frente al 32 por ciento de las 'pymes'.
Hasta abril, había 36 las empresas adheridas a la iniciativa Science Based Targets (SBTi), de las que 17 habían conseguido la aprobación de sus objetivos, según el Anuario de Ecodes. La incorporación de las pymes españolas es aún más tímida, con solo cinco empresas.
Uno de los alicientes es la Ley de Cambio Climático y la Transición Energética, aprobada en mayo de 2021 por el Congreso de los Diputados, que muestra cómo España está alineándose con las exigencias de los compromisos adoptados a raíz del Acuerdo de París.
La regulación nacional y la presión inversora empujan a las empresas españolas
Las cotizadas también dan pasos. Según el proxy español Corporance, durante el último año ha habido "una clara mejora en la transparencia y calidad" de la información no financiera por parte de las compañías españolas, que han incluido más datos sobre cuestiones sociales y medioambientales, si bien, algunas sociedades siguen sin medir sus emisiones de alcance 3. Varias cotizadas, además, han puesto en marcha comisiones de sostenibilidad.
Además, España se ha convertido en uno de los mercados fetiche del activismo climático. Prueba de ellos es que Chris Hohn inauguró su campaña Say on Climate con AENA en 2020, y durante la temporada de juntas de 2021 otras tres cotizadas -Ferrovial, Gestamp e Iberdrola- han presentado planes climáticos.
¿Cómo se están preparando?
De acuerdo a la encuesta del BEI, un 45 por ciento de las empresas de la UE aseguró estar invirtiendo activamente para abordar el cambio climático en 2020.
Las empresas de los países del Norte, como Finlandia y los Países Bajos, lideraron las inversiones climáticas, mientras que las empresas de los países del Sur, como Chipre y Grecia, son mucho menos activas.
En el caso de España, solo una de cada tres firmas encuestada ha realizado inversiones destinadas a enfrentar los riesgos climáticos. Entre las grandes corporaciones esta tasa es del 45 por ciento, mientras que cae al 22 por ciento en el caso las 'pymes'.
Sin embargo, las perspectivas son positivas para el futuro, en tanto que un 41 por ciento prevé inversiones, en línea con la media de la UE. De nuevo, la intención de invertir es mayor en las firmas españolas de mayor tamaño (31 por ciento frente al 23 por ciento).
Hay más propensión a invertir para paliar el cambio climático en las firmas de más tamaño
El análisis del Banco Europeo de Inversiones subraya que las empresas que ven la transición como una oportunidad tienen muchas más probabilidades de invertir en medidas climáticas.
De su lado, aquellas que ven la transición negativamente no invierten tanto, a pesar de ser vulnerables al impacto del cambio climático.
A pesar de la pandemia, la proporción de empresas de la UE que invirtieron en eficiencia energética aumentó hasta el 47 por ciento en 2020, desde el 38 por ciento del año anterior.
En este ámbito, las diferencias regionales en Europa son pronunciadas. Entre las españolas, un 51 por ciento ha invertido en eficiencia energética en el último año, cuatro puntos por encima de la media europea.
Mejorar la eficiencia de las instalaciones es especialmente importante sabiendo que el 76 por ciento de las respuestas de empresas españolas está preocupada por el coste de la energía, por encima del 57 por ciento de la media europea.
La incertidumbre regulatoria limita la inversión
El ajuste de los objetivos de reducción de emisiones a un 55% para 2030 anunciado por la Comisión Europea con la reforma 'Fit for 55' supondrá una avalancha regulatoria que afectará a varios sectores económicos, como el transporte y la energía. Estos cambios se traducen en muchos desafíos de adaptación y transformación empresarial.
De hecho, la mayoría de las empresas encuentra que la incertidumbre sobre las regulaciones y los impuestos, junto con los altos costes de inversión iniciales, son los aspectos que más limitan su capacidad para invertir en medidas climáticas.
Asimismo, las empresas españolas también refieren los problemas a la hora de encontrar personal cualificado, en mayor medida que en la Unión Europea.
De media, una de cada cuatro empresas españolas asegura que cuenta con personal dedicado a asuntos climáticos en 2020, si bien, hay diferencias significativas por tamaños: el 38 por ciento de las empresas grandes y el 14 por ciento en las pequeñas y medianas.
Los riesgos son oportunidades
En cuanto a los riesgos de transición hacia una economía descarbonizada, la mayoría de las empresas de la Unión Europea aún no han internalizado cómo ese cambio podría afectar sus negocios y su entorno operativo.
Entre las empresas que están pensando en la transición energética, la mayoría tiende a verlo de manera más positiva, anticipando una mayor demanda de sus productos o un beneficio para su reputación.
En España, el 33 por ciento espera un impacto positivo en la demanda, frente al 19 por ciento que anticipa repercusiones negativas en sus encargos por la adaptación a la descarbonización. Esto es ligeramente más pesimista que la media europea, donde solo el 15 por ciento señala un impacto negativo en la demanda.
Tres de cada diez empresas españolas esperan que su demanda aumente por la transición
En términos de reputación, de la mitad de las corporaciones españolas que prevén un impacto por el cambio climático, un 40 por ciento cree que será positivo y solo el 10 por ciento lo valora en términos negativos.
No obstante, estas perspectivas tan positivas se oscurecen cuando las empresas reflexionan sobre el impacto de la transición hacia una economía baja en emisiones en su cadena de suministro.
En este sentido, aproximadamente una cuarta parte de las empresas de la UE esperan que la transición provoque interrupciones en su cadena de suministro, en línea con el 24 por ciento que refiere estos problemas entre las firmas españolas.
Así, un 23 por ciento de las corporaciones nacionales anticipan un impacto positivo en su cadena de suministro a raíz del cambio climático, frente al 17 por ciento que lo augura en términos europeos.