El sucio secreto de Amazon y Microsoft sobre el petróleo
Los modelos matemáticos utilizados para evaluar cuánto petróleo puede producir un pozo eran conjeturas. Hasta que llegaron Microsoft y Amazon
Es un verano de éxito para las grandes petroleras. Exxon Mobil y Chevron registraron ganancias récord gracias al aumento de los precios de la energía. Y, además, el nuevo proyecto de ley sobre el clima de los Estados Unidos incluye concesiones a empresas de petróleo y gas.
Pero hay otros beneficiados más discretos: Microsoft, Amazon y las demás cotizadas de servicios en la nube. Están detrás de la potencia informática y de los esfuerzos tecnológicos de los gigantes petroleros para encontrar y extraer más crudo y recursos naturales.
Entre otros encargos, Microsoft está haciendo posible que Exxon analice montones de datos relativos a sus campos petroleros. Amazon ayuda a los perforadores con simulaciones para maximizar la cantidad de petróleo que pueden bombear desde los pozos existentes.
Es un aspecto incómodo para estas empresas, que se han comprometido a reducir sus propias emisiones. Microsoft firmó eliminar más carbono de la atmósfera de lo que emite para 2030, mientras que Amazon dice que eliminará los gases de efecto invernadero de sus operaciones en 2040. Todavía contamina más de lo que dice.
Ambas empresas justifican sus contratos con la industria petrolera usando el argumento de que así ayuda a acelerar la transición del petróleo a fuentes que emiten poco o nada de dióxido de carbono. Existe una extraña competición por ver cuál de las dos es más ágil al proporcionar ejemplos de cómo están respaldando a la industria petrolera a moverse hacia un futuro más verde.
Microsoft y Chevron trabajan en un proyecto para convertir los desechos agrícolas en combustible; Amazon ayuda a Marathon Petroleum a identificar y erradicar las fugas de metano. Al mismo tiempo, Microsoft y Amazon dicen que hacer que las petroleras sean más eficientes forma parte de su sostenibilidad.
Pero ninguna de las gigantes proporcionó pruebas de que estos proyectos tengan éxito, o que compensen el daño ambiental causado por el aumento de la producción de petróleo y gas de sus clientes. El jefe de energía de Amazon, Arno van den Haak, explica que su compañía está para ayudar a los clientes de la industria petrolera a cumplir los objetivos de reducción de emisiones, pero no compartió ninguna cifra para respaldar esa afirmación.
“No hay ni solo una solución ni solo un objetivo”, dijo un portavoz de Microsoft. Argumentó que no tiene acceso a los datos de los clientes pero sí que están “compartido algunos logros en los que hemos estado orgullosos de haber participado”.
Dichos pronunciamientos enfurecen a los críticos.
Opinan que los contratos de la industria petrolera con los grandes proveedores tecnológicos están prolongando el combustible fósil, empañando las credenciales verdes de Microsoft y Amazon y arriesgando el clima. David Carter, un ingeniero que dejó Microsoft porque la empresa siguió trabajando con las petroleras, argumenta que “si haces algo de manera más eficiente, se hace más”.
Rob Day, cofundador de Spring Lane Capital, una firma de capital privado enfocada en la sostenibilidad, acredita el panel de
proveedores y de inversiones masivas en proyectos solares y eólicos para potenciar sus operaciones. Con ese historial, aclara que Microsoft y Amazon hacen que las operaciones de perforación de petróleo y gas sean más rentables: “Y punto final”.
Las críticas no han llevado a Microsoft ni a Amazon a retirarse del sector petrolero. Pero Alphabet, el tercer player en el negocio de la nube, parece haber ralentizado su colaboración por el activismo de los empleados.
Los gigantes tecnológicos comenzaron a cortejar a las compañías petroleras hace varios años, ansiosos por hacer negocio con una industria lucrativa pero tecnológicamente atrasada. Al principio, Amazon, Microsoft y Google lucharon por vender los beneficios de su gigantesco poder de computación.
Un pequeño y sucio secreto
Los ejecutivos petroleros desconfiaban de poner sus datos en la nube y, potencialmente, exponer secretos comerciales valiosos como los datos de las pruebas en sus pozos. Pero el sector estaba plagado de ineficiencias.
Darryl Willis, vicepresidente de energía de Microsoft, estima que el 90 por ciento de la información geológica y operativa de las empresas de petróleo y gas no se usaba.
Permanecía inactiva en hojas de cálculo o archivos. Mientras tanto, los modelos matemáticos utilizados durante décadas para
evaluar cuánto petróleo puede producir un pozo determinado estaban generando meras conjeturas.
“El 99 por ciento de lo que se incluía en estos modelos era ficción”, rememora Jonathan Carter, que dirigía la tecnología para la unidad de exploración de EON. “Es el pequeño y sucio secreto que escondemos debajo de la alfombra en la industria petrolera porque ganamos mucho dinero”.
Si hay algo que los proveedores de la nube hacen bien es desnudar cantidades masivas de datos rápidamente. Carter, que ahora enseña incertidumbre y cuantificación de riesgos en la Universidad de Coventry, dice que, antes de que EON comenzara a trabajar con Amazon, necesitaba semanas para llevar a cabo unas pocas docenas de simulaciones.
Con el software de Amazon, EON podría ejecutar 60.000 simulaciones en cuestión de días, ayudando a la empresa a
identificar con más precisión dónde perforar (EON sostiene que no lo ha hecho desde que vendió su negocio de exploración de petróleo y gas y que ahora está invirtiendo en “soluciones para clientes respetuosas con el clima”).
Las herramientas en la nube ayudan a modelar y minimizar la cantidad de carbono que generan las perforadoras, dijo Rajeev Sonthalia, presidente de la unidad de petróleo en Schlumberger. Pero ese mismo procesamiento de datos también es útil para reducir el tiempo necesario para vender el petróleo y gas natural.
“Mientras sigas reduciendo los costes de producción, accedes a más barriles”, dijo Sonthalia. “Y así se crece”.
Amazon y Microsoft iran a más con el petróleo
De modo que Microsoft y Amazon cambiaron la forma de describir su colaboración con la industria petrolera. Amazon ha eliminado la publicidad sobre campos petrolíferos digitalizados y las ilustraciones de torres de perforación de su sitio web. Sustituye los bromuros por energía limpia y distribuye un libro electrónico titulado Pathways and Principles for Energy Transformation.
Los materiales promocionales de Microsoft han abandonado las fotos de campos petroleros para mostrar turbinas de viento. Después de la reacción de sus propios empleados, Google se comprometió en 2020 a dejar de vender herramientas de aprendizaje automático para la exploración petrolera —cediendo, efectivamente, el sector a sus rivales—.
Google sí ha sabido “mantenerse bastante alejado del petróleo y el gas”, dijo Schlumberger.
Pero cree que Amazon y Microsoft profundizarán su relación con la industria y estima que el gasto en los servicios en la nube aumentarán hasta el 75 por ciento dentro de cinco años y entre un 10 a un 15 por ciento ahora.
El próximo mes, Schlumberger planea organizar un foro en Lucerna (Suiza) dedicado a las maneras en que la tecnología puede “ofrecer un alto desempeño y sostenibilidad a las energéticas”.
Una sesión se centrará en la última tecnología de producción de yacimientos petrolíferos, con el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, como ponente principal.