El veto al gas y a la nuclear entra en el Parlamento europeo
La comisión mixta de medioambiente y economía del Parlamento europeo vota una resolución contra la inclusión del gas y la nuclear en la taxonomía, lo que puede ser el primer paso hacia el veto
El consenso europeo alrededor de la polémica inclusión del gas y la energía nuclear dentro de la taxonomía de actividades sostenibles europea tendrá este martes una primera prueba de fuego.
La comisión mixta de medioambiente y economía del Parlamento europeo vota una proposición para oponerse a la propuesta de la Comisión Europea, que -con algunos requisitos- había dado luz verde a su inclusión.
Si la votación sale adelante, el pleno del Parlamento europeo votaría esta resolución en julio. El parlamento puede vetar la propuesta de la Comisión, pero no puede modificarla. Si la propuesta de la Comisión pasa el escrutinio parlamentario, todavía tendría que validarse en el Consejo Europeo.
La votación llega pocos días después de que algunos de los pilares de la norma sobre la que se construye el Green Deal europeo, el Fit for 55, se tambalearan, justo por el no del Parlamento europeo a aprobarlos en los términos diseñados por la Comisión Europa.
La Unión Europea crea un precedente
La inclusión del gas y la energía nuclear ha sido parte del debate político europeo desde que se pusiera en marcha el Reglamento de Taxonomía. Con severas diferencias entre países, la implicación del sector empresarial también ha sido muy importante; pero la crisis energética de otoño y la guerra en Ucrania han puesto el debate en otro nivel.
De hecho, la decisión de la Comisión Europea se ha interpretado como una estrategia para tratar de sacar adelante la propuesta -los países que apoyan la energía nuclear también deben respaldar al gas y viceversa si quieren que su alternativa sea apoyada-.
La industria de la inversión sostenible y algunos de los asesores de la Unión Europea han rechazado su inclusión, pero la realidad es que ha sentado un precedente para otras taxonomías europeas.
Por ejemplo, la del Reino Unido, que también ha optado por dar cabida a ambas energías. También está recibiendo críticas, pero parece complicado que se aleje de la decisión que tome su antiguo socio. Uno de los pilares del proyecto de transición energética de Boris Johnson fue justo la energía nuclear.