Estados Unidos investiga a Boeing por presionar a su plantilla
La Federal Aviation Administration cuestiona la política de empresa del gigante aeronáutico por limitar la independencia de los ingenieros que tratan la seguridad de sus operaciones
El gigante aeronáutico estadounidense Boeing vuelve a estar en el ojo del huracán por su gestión corporativa en las cuestiones relacionadas con la seguridad de sus aviones.
La multinacional vivió uno de sus momentos más complicados hace poco más de dos años, con los accidentes de los vuelos de Ethiopian Airlines y Lion Air, que motivaron la suspensión de los vuelos de sus 727 MAX para poner en revisión sus sistemas de control de vuelo por posibles fallos en su diseño.
Ahora, su estrategia de seguridad vuelve a estar en el punto de mira con una nueva investigación a la vista por parte de los reguladores de la aviación estadounidense, la Federal Aviation Administration (FAA).
Exigencia de independencia
El detonante de esta investigación es un estudio, una encuesta realizada por la FAA, a los ingenieros de la multinacional en la que ponen de manifiesto las dificultades a la hora de plantear problemas de seguridad por las presiones que reciben.
En concreto, según la información que recoge la agencia Bloomberg, un 35 por ciento de los empleados hace referencia a temáticas controvertidas como la falta de independencia y posibles conflictos de intereses.
Una cuestión que pone de relieve los componentes sociales y de buen gobierno corporativo de su ESG, el relativo a la cadena de relación entre sus empleados, sus directivos y la propia seguridad de sus productos en un sector tan sensible a este ámbito como la aeronáutica civil y militar.
Investigación en profundidad
“La cultura corporativa de Boeing obstaculiza la comunicación abierta de los empleados con la FAA”, según recoge una comunicación de este organismo estadounidense. Esta hace referencia al grupo de trabajo, independiente, que se encarga de las comunicaciones entre la compañía y la agencia de aviación.
“Las cuestiones planteadas”, en referencia a los empleados encuestados, “requieren una revisión objetiva y una investigación en profundidad”, refleja la citada comunicación.
En cuanto a la respuesta por parte de la compañía, la información publicada por Bloomberg señala que la empresa “se toma con la mayor seriedad” las cuestiones planteadas por la FAA y que trabaja para garantizar la “independencia” del grupo de trabajo encargado de la coordinación y relación con la Federal Aviation Administration.
Sus ‘bajas’ notas en ESG
Boeing, como también le sucede al gigante aeronáutico europeo Airbus, es una de las empresas ligadas al sector de la industria militar -por su división de negocio ligada a la industria de la Seguridad y Defensa- que saca notas más bajas en cuanto a sus ‘rating’ ESG.
En concreto, en el caso de Boeing, la agencia MSCI le otorga una calificación BB, el tercer escalón más bajo, sólo por delante de BBB y C.
Precisamente, MSCI considera que Boeing va rezagada en una única cuestión: la seguridad y calidad de sus productos. En este caso, de sus aviones.
Altas emisiones de carbono
Por su parte, Sustainalytics otorga a la multinacional norteamericana un perfil ESG de alto riesgo, con una puntuación de 36,1. Ese baremo corresponde a las puntuaciones entre 30 y 40.
En su caso, considera que tiene una elevada exposición a las diferentes cuestiones dentro de las calificaciones ESG y pone énfasis en cuatro aspectos concretos: la gobernanza de sus productos, sus emisiones de carbono, la ética de sus negocios y su gobierno corporativo.
Sin embargo, Sustainalytics no entra al detalle respecto a los detalles concretos de estos cuatro aspectos donde considera que va rezagada en materias ESG.
De momento, estas agencias no recogen en sus notas el posible impacto en sus calificación sostenible de la investigación que prevé abrir la FAA estadounidense, lo que podría lastrar sus notas ESG a lo largo de los próximos meses.