La cumbre climática COP28, que los Emiratos Árabes Unidos organiza para la ONU, añade otro nombre al panel de responsables cuyo compromiso con el cero neto es tan íntimo como superlativo. Ambos extremos no tienen que ser contradictorios. Así que Felipe Juan Froilán, “Froilán” a secas para la prensa social de España, organizará el encuentro por encargo del sultán Ahmed Al Jaber, informó La Razón el 10 de junio.

La novedad entronca con que el miembro de la familia real de los Emiratos considera que esos conocimientos tan íntimos del hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar en estos asuntos merecen un salario de 7.000 euros al mes. “Froilán” cumplirá 25 años este verano y no se le conoce haber culminado con éxito cometidos similares al frente de cónclaves mundiales, nacionales, locales o asamblearios. Ni con éxito ni sin éxito. Ni climáticos ni cuánticos. Pero eso no es bloqueante en Abu Dabi.

Quizá por eso, el entorno de “Froilán” limita bastante las responsabilidades. Vanitatis, que cita fuentes próximas, informó el miércoles de que sus atribuciones serán las de un “junior más”.

El nuevo empleado de la COP28 sí presenta en su currículum cierta maña organizando líos discotequeros en la noche madrileña, de acuerdo con el consenso de la prensa de sociedad española. Sin duda, Al Jaber habrá visto en esas trifulcas habilidades subyacentes sin las que la COP28 está abocada al fracaso y que el pueblo llano es incapaz de distinguir, que para algo la realeza está ungida con el don de la sabiduría divina. O quizá simplemente pretende ofrecer a “Froilán” una oportunidad para redimirse.

“Froilán” vive en Abu Dabi desde hace tres meses. Una vez acumulada la experiencia necesaria en sus clases nocturnas, se mudó con su abuelo, el rey Juan Carlos. Las crónicas del momento consignaron que pretendía ya “desarrollar una vida laboral estable”. Al justificar así su traslado, implícitamente explicaba que carecía de oficio y/o beneficio. Ahora ganará unos 90.000 euros al año. Otros medios reducen sus honorarios a unos 70.000 euros/año.

Greta Thunberg no debería esperar, a pesar de ese rango salarial, un debate generacional con “Froilán” sobre si es mejor la tecnología de absorción de carbono (DAC) que las energías limpias para llegar al 2050 con el calentamiento global mentido en cintura. Thunberg, defensora de la reducción drástica de las emisiones, se quedará con las ganas, por tanto, de conocer las propuestas de “Froilán” y de su patrocinador, Al Jaber, para lograr que la DAC alcance los 100 dólares por tonelada para ser viable desde los 1.000 actuales.

No en vano, “Froilán” solo es uno más de la COP28.

Los halcones de la reducción de las emisiones tendrán, en cualquier caso, otro competidor enfrente. Como si no les bastara con Al Jaber, autor intelectual de algunos de los planes más agresivos para expandir los combustibles fósiles, ahora topan con su protegido. Hay quién se imagina una conversación entre el organizador “Froilán” y la enviada climática de Alemania, Jennifer Morgan, para negociar la agenda de las sesiones.

Pero quién sabe, quizá “Froilán” también haya probado habilidades diplomáticas ante su jefe sultán que justifiquen ese salario. Según El Español, ese sería su cometido. Poco deberían tardar en aflorar las primeras señales de solvencia profesional. Tanto las suyas, como las de sus colegas organizadores.

"Froilán" y el caos de la COP28

Este año, los líderes de la Unión Europea (UE) anticipan un lenguaje de clara oposición para la COP28. Pedirán una rápida reducción de las emisiones, según supo finanzas.com de funcionarios europeos presentes en una conversación entre la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, y la ministra alemana de exteriores, Annalena Baerbock.

Ya han comenzado a pedir un objetivo global para implementar las renovables. La medida implicaría un descenso de la contaminación a medida que la energía eólica y solar asumen la parte que suministran los combustibles fósiles. El mes pasado, la UE acordó impulsar sus propias energías renovables hasta el 42,5 por ciento del mix energético en 2030.

Es una realidad con la que “Froilán”, a menos que, en realidad, se ocupe del catering, deberá lidiar para organizar una COP28 que no acabe en caos. Desconocemos si Al Jaber le previno de semejante lio.