Fútbol y ESG. Los dueños de clubes ingleses, a examen por sus controversias en DDHH
La Premier League, máxima competición británica de fútbol, estudia implementar un test en Derechos Humanos a los propietarios a raíz de los vínculos con Vladímir Putin del dueño del Chelsea, Roman Abramovich
La opacidad que rodea de fútbol en torno a la ESG es una de las asignaturas pendientes de los clubes. La falta de transparencia dificulta las calificaciones de estas empresas, pero algunas competiciones ya anticipan cambios para arrojar algo más de luz al sector.
La Premier League, la mayor competición europea en ingresos, estudia un examen sobre Derechos Humanos para los futuros propietarios de equipos de fútbol, a raíz de las recientes controversias de los dueños de algunos equipos.
El propietario del Chelsea, Roman Abramovich, fue sancionado por Reino Unido por sus vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y la mayoría de sus activos en el club británico, actual campeón de la Champions League, fueron congelados por los reguladores británicos.
La adquisición del Newcastle, uno de los históricos del fútbol británico, por parte de un consorcio liderado por el príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, provocó que Amnistía Internacional presionase a la Premier League para que introdujese estándares más altos sobre los Derechos Humanos.
Una directiva de la competición reveló que ya hay conversaciones con expertos en la materia. Helen Macnamara, directora de asuntos corporativos y política de la Premier League, dijo que los actuales propietarios ya se encuentran bajo revisión, y que la liga ya se comunicado con Amnistía Internacional para explorar posibles soluciones.
El Gobierno pide un cambio
“¿Cómo funcionaría el proceso de una prueba? Tan solo estamos tratando de definir y decidir cómo sería?”, señaló Macnamara ante un comité parlamentario liderado por el ministro de Deportes británico, Nigel Huddleston.
La directiva aseguró que las medidas serán debatidas por los accionistas de los equipos durante los próximos meses, pero el ministro señaló que aún falta camino por recorrer.
Cuestionado, por su parte, sobre la prueba, Huddelston dijo que el Gobierno responderá pronto de forma oficial a la inminente reforma que se cierne sobre el fútbol inglés.
El ministro, no obstante, recomendó la necesidad de un regulador independiente para el deporte y aumentó la presión sobre la competición, que los estándares que maneja actualmente la Premier League para el test a los futuros dueños “necesitan ser más sólidos”.
“La prueba, como a menudo se la conoce, es muy importante, y actualmente no está funcionando como creo que a todos les gustaría que funcionara. Por lo tanto, necesita un cambio. Los criterios deben contar con un elemento de integridad”, señaló.
Más transparencia para el fútbol
De consolidarse la propuesta, el fútbol británico podría dar un importante paso en torno a la incorporación de cuestiones sociales en las millonarias operaciones financieras que forman parte de la compra-venta de los equipos.
Supondría, además, arrojar más luz sobre un sector opaco en información ESG, principalmente debido a que la mayoría de los clubes no son empresas cotizadas, y los pocos que sí lo hacen apenas cuentan con una capitalización bursátil destacable.
Esto no significa que se hayan librado de otro tipo de controversias relacionadas con cuestiones sociales. El Ajax, el club más laureado de Países Bajos, se desplomó en Bolsa a comienzos de febrero tras destaparse el escándalo sobre acoso sexual de su director deportivo, el exjugador neerlandés Marc Overmars.
El Ajax, al igual que otros equipos cotizados como el Lazio italiano, el Olympique de Lyon francés o los portugueses Benfica, Sporting y Oporto, carecen de calificaciones ESG, lo que dificulta el seguimiento de este tipo de controversias por parte de los inversores.
Otros como la Juventus, el mayor club de Italia, el alemán Borussia Dortmund, o el propio Manchester United inglés, el equipo que más ingresos genera del mundo, solo cuenta con valoraciones por parte de algunos proveedores como ISS, S&P Global y Bloomberg.