Grenergy activa las acciones de lealtad para blindarse a un posible interés de "accionistas activistas"
El 60% del capital está en manos de su fundador y consejero delegado, David Ruiz de Andrés, y la compañía trata con esta medida de no "desincentivar" las ampliaciones de capital
La primera cotizada española en poner en marcha la figura de las acciones de lealtad -que duplican los derechos de voto de sus propietarios- será una firma de renovables: Grenergy.
La empresa controlada por su fundador y CEO, David Ruiz de Andrés, que posee actualmente casi el 60% del capital de la empresa, tiene previsto introducir esta ‘herramienta’ accionarial en la próxima junta de accionistas, que celebrará este 29 de junio, con lo que protegerá su posición de control.
La compañía propone en su junta modificar sus estatutos sociales, para incluir en ellos un nuevo artículo, el 9.bis, con el que establecer el voto adicional doble por lealtad.
Así quedarán los nuevos estatutos
De esta forma, Grenergy otorgará “un voto doble a cada acción de la que sea titular un mismo accionista durante dos años consecutivos ininterrumpidos desde la fecha de inscripción en el libro registro especial creado al efecto conforme a lo establecido en la Ley de Sociedades de Capital”, resume en la convocatoria de la junta.
Así, la compañía modificará sus estatutos para que estos incluyan que “el voto doble por lealtad se tendrá en cuenta a efectos de determinar el quórum de las juntas de accionistas y del cómputo de las mayorías de voto necesarias para la adopción de los acuerdos”.
Esos estatutos también reflejarán los motivos por los que se extinguirá esa figura.
“El voto doble por lealtad se extinguirá como consecuencia de la cesión o transmisión, directa o indirecta, por el accionista del número de acciones o parte de ellas, al que está asociado el voto doble, incluso a título gratuito, y desde la fecha de la cesión o transmisión, salvo en los casos establecidos en la Ley en las que este voto doble pueda beneficiar al adquirente”, refleja la propuesta que lleva a la junta.
Las acciones de lealtad no son fácilmente aprobables en una junta, sino que requieren una clara mayoría en su respaldo, que sí se da en este caso.
La Ley de Sociedades de Capital, aprobada el pasado marzo, establece que deben contar con el visto bueno del 60% del capital presente o representado en esa cita con los accionistas, siempre que representen el 50% o más del capital total suscrito con derecho a voto.
Y, dada la posición de control de David Ruiz de Andrés, no tendrá problemas para sacar adelante esta propuesta.
De hecho, el objetivo de poner en marcha esta figura accionarial, habitual en otros países europeos, es garantizar el control de la compañía por parte de su fundador y consejero delegado en caso de que, en una futura y previsible ampliación de capital, diluya su participación por debajo del 50%.
Los motivos por los que apuesta por esta nueva figura
“Es un mecanismo de protección para no desincentivar la realización de nuevas ampliaciones de capital, necesarias para evitar que la compañía tenga un alto apalancamiento”, explica a SOCIAL INVESTOR Daniel Lozano, responsable de Relaciones con Inversores de Grenergy.
También, para “evitar la entrada de fondos activistas a corto plazo”. Una situación, la de dar entrada al activismo accionarial, que la compañía recalca que “está muy lejos”.
Lozano indica que la compañía renovable tiene por delante unas relevantes necesidades de inversión, que algunos analistas han estimado en el entorno de los 5.000 millones de euros. En concreto, la empresa se ha marcado el objetivo de llegar hasta los 2,5 GW instalados aunque, según esos análisis de inversión externos, esa meta podría ascender hasta 10 GW.
El responsable de Relaciones con Inversores de la cotizada apunta que la compañía ha realizado un análisis sobre la implementación de esta figura accionarial en otros mercados, como Italia, donde, señala, ya la aplican 60 firmas.
También, argumenta, sobre el impacto de estos títulos con el doble de derechos de voto en la cotización que, asegura, es nulo.
En cuanto a la recepción por parte de los inversores, Lozano afirma que ha sido positiva y que no ven riesgo en un posible rechazo por parte de las firmas de asesoría de voto.
Hay que recordar que los ‘proxy advisor’ son muy críticos con las acciones de lealtad, ya que rompen el principio ‘una acción, un voto’.
En este sentido, el ‘proxy’ español Corporance recuerda que, sin ese principio, “es difícil determinar quién y cómo tiene derecho a votar, en detrimento de la transparencia y el buen gobierno”.
“Los inversores se oponen siempre a cualquier medida que suponga desequilibrio entre la propiedad y la gobernanza, tanto las acciones sin voto como las que otorgan múltiples derechos políticos” recalcan.
Ampliación de capital en dos o tres años
A día de hoy, Grenergy no tiene sobre la mesa realizar una nueva ampliación de capital. Esta, según indica su responsable de Relaciones con Inversores, no está prevista hasta dentro de dos o tres años.
Hay que recordar que este mes de marzo, productora eólica y solar, ya cerró una ampliación de capital acelerada de 105 millones, para consolidar su plan de crecimiento.
Esa operación supuso poner en circulación más de 3,6 millones de nuevas acciones, representativas del 12,96% del capital social resultante de la compañía, por un valor final de 29 euros por acción.
A media sesión de este lunes, Grenergy cotiza en el entorno de los 29,20 euros por acción. La renovable llegó a máximos a principios de febrero, cuando rozó los 40 euros. Desde entonces, es una de las cotizadas afectadas en su evolución por el golpe del mercado al sector de la energía ‘verde’.