Iberdrola, FCC y otras 50 multinacionales comprometen 500.000M en inversiones responsables
Esta nueva alianza, en la que también se integra Nueva Pescanova, perseguirá impulsar la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas
Naciones Unidas se ha convertido en las últimas jornadas en el epicentro de las negociaciones diplomáticas y anuncios -más o menos trascendentales- en materia de sostenibilidad, con la vista puesta en la Cumbre Mundial del Clima, la COP26 que se celebrará en Glasgow en poco más de un mes.
Este ha sido el marco, por ejemplo, para que países como Arabia Saudí anuncien que están ultimando su primera emisión de deuda sostenible, que apunta a ser histórica en volumen. También es el contexto en el que marcar objetivos y hacer promesas a futuro en cuanto a retos y exigencias ESG.
Así han hecho medio centenar de responsables financieros (CFO en sus siglas en inglés) que han comprometido a las empresas a las que representan a realizar una millonaria dotación de fondos para lograr que se alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas durante la presente década.
Responsables financieros que, entre otras, representan a empresas españolas como Iberdrola, la firma de alimentación Nueva Pescanova o el grupo constructor FCC, controlado por el magnate mexicano Carlos Slim. También, la matriz de Endesa, el grupo italiano Enel; firmas de inversión como Pimco o Société Générale o grupos industriales como BASF o Schneider Electric.
Inversión y deuda ESG
Este compromiso por parte de los responsables financieros de más de 50 multinacionales, en el marco de la 76 Asamblea General de Naciones Unidas, se traduce en cifras.
En concreto, en la voluntad de destinar conjuntamente más de 500.000 millones de dólares (el equivalente a 426.000 millones de euros) a lo largo de los próximos cinco años, hasta 2026, para el impulso de los ODS.
No sólo a metas medioambientales, sobre las que hay un mayor consenso empresarial -dada la exigencia de descarbonización- también a los pilares sociales de los ODS, entre los que se incluyen aspectos como la reducción de la desigualdad económica, el desarrollo de condiciones laborales que dejen a un lado la explotación, la educación de calidad, promover la igualdad de género o instituciones sólidas, entre otros.
Este compromiso de inversión global de casi medio billón de dólares se divide, apunta la iniciativa, tanto en inversiones directas, por parte de las empresas, como en ahondar en emisiones de deuda bajo criterios ESG.
En concreto, el 50 por ciento de la financiación de las empresas cuyos CFO se vinculen a esta iniciativa tiene que estar ligada a criterios de sostenibilidad medioambiental y social, incluidas las emisiones de bonos.
Este es un cálculo inicial, asegura UN Global Comprac CFO Taskforce, ya que consideran que una vez se vayan sumando más actores a esta propuesta, puede haber un factor exponencial a la hora de acelerar las emisiones bajo estos criterios.
Factor de tracción
“Si tiene éxito, un movimiento global de responsables financieros y sus compañías tiene el potencial de poder movilizar billones de dólares anuales que respalden la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, apunta el documento presentado esta semana.
No sólo en lo relativo a las emisiones de deuda, también en inversiones centradas en infraestructuras, energías renovables, alimentación, agricultura, impulso a la igualdad de género, la salud o la gestión del agua, enumeran.
Sin embargo, la documentación publicada esta semana no desglosa cifras concretas por compañías.
“Este camino empezó en 2019 cuando un pequeño grupo de CFO comenzaron a trabajar de forma conjunta para impulsar iniciativas de cooperación en materia de sostenibilidad dentro de las operaciones de las compañías”, aseguró en la presentación de este compromiso de inversión el responsable financiero de Enel, Alberto De Paoli, quien también es presidente de la CFO Taskforce.
“Ahora nuestra meta es aumentar la conciencia global, aún más, y crear un entorno óptimo para atraer más capital hacia el desarrollo sostenible”, ahonda el responsable financiero de la matriz de Endesa, ya que la italiana Enel controla el 70 por ciento del accionariado de la eléctrica.
En cuanto a la presencia de empresas españolas, dos de ellas desglosan en la iniciativa el porqué de unirse a este movimiento.
Por un lado, Raimon Trias, CFO de grupo Nueva Pescanova, señala que el “equipo de trabajo de CFO se centra en la implementación de KPI para medir nuestra contribución al Desarrollo Sostenible tanto para las actividades actuales como para las nuevas inversiones”.
Y que este análisis, añade, “impactará positivamente en todas las empresas comprometidas con estos principios, y también en los inversores, que podrán medirnos en base a nuestra contribución al planeta”.
Por otro, María Carrasco, responsable financiera de FCC, apunta que “los proyectos de financiación sostenible son esenciales para que se pueda cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Potencial a futuro y paso atrás por el Covid
De esta forma, el ‘taskforce’ de CFO diferencia entre inversiones directas y emisiones de deuda ESG. Sobre estas últimas, hay apetito.
El responsable de Core Strategies en Estados Unidos de Pimco y copresidente de la alianza de CFO, Scott Mather, asumió que, precisamente, lo que ha alentado a la firma hacia esta iniciativa es la creciente demanda de inversión bajo criterios ESG entre sus clientes. Y, asegura, ve un potencial de alcanzar deuda sostenible por valor de entre 10 y 20 billones de dólares en los próximos cinco años.
Sin embargo, también hay factores que ralentizan todo el proceso de avance en los ODS, como la crisis provocada por la pandemia de Covid.
La propia Naciones Unidas asume que la financiación de estos objetivos se ha desacelerado por la pandemia. De entrada, la ONU cifró en entre 3 y 5 billones de dólares anuales las necesidades de inversión en estas 17 metas globales.
Ahora, sin embargo, la ONU reconoce que, según diferentes estimaciones, la pandemia ha aumentado la brecha de exigencias de financiación en otros 2 billones anuales más.
De momento, se necesita financiación y que las empresas, además de anunciar compromisos, sean transparentes a la hora de desvelar si cumplen o no sus metas en ODS. De momento, según los datos que publica la iniciativa de CFO, sólo el 61 por ciento de las empresas divulgan sus métricas ligadas con los Objetivos, una cifra prácticamente similar al de aquellas empresas que los comunican entre sus diferentes inversores.