Iberdrola minimiza su debilidad ESG tras el último capítulo del caso Villarejo
Aunque el daño reputacional en la Gobernanza de la energética sigue siendo una de sus asignaturas pendientes, la compañía se aferra a los proyectos climáticos para obtener altos rating en ESG
La última comparecencia judicial del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, volvió a poner de manifiesto que la Gobernanza continúa como la mayor debilidad de la energética en cuestiones ESG.
Galán, imputado en el caso Tándem, negó que hubiera contratado las empresas del ex comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo, o que hubiera precisado sus servicios para espiar otras compañías, las dos acusaciones que se ciernen sobre él.
En su lugar dijo que la responsabilidad de contratar a Cenyt, el grupo de Villarejo, fue del ex jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo.
Antes de la comparecencia de Galán, la compañía hizo público un comunicado en el que celebró que el directivo fuese “por fin” recibido por el juez Manuel García Castellón “tras pedirlo desde hace meses”. Iberdrola dijo además que la empresa fue “espiada por una tercera persona” con la intención de “hacerse con la compañía”.
Iberdrola se aferra al medio ambiente
A pesar del daño reputacional ocasionado por la imputación, las cuestiones de Gobernanza no terminan de acaparar los focos de los inversores incluso aunque se trate del presidente.
“Desde mi punto de vista, lo que valoro es la estructura de management, que ha sido estable, fiel, y que completamente ha innovado el mercado eléctrico mundial”, explica Álvaro Antón, country head de la gestora Aberdeen, en el podcast de finanzas.com.
El analista explica que ha visto una “continuidad” de management “que ya no es Galán, es su director general, su director jurídico, de operaciones… Hay una estabilidad absoluta que no solo es una persona”, detalla.
Si bien la Gobernanza sigue como asignatura pendiente, Iberdrola se ha aferrado en las últimas semanas a la ‘A’, referente a las cuestiones ambientales.
Tras un aluvión de proyectos centrados en aumentar su capacidad renovable, el colofón llegó el fin de semana, cuando la energética anunció que se convirtió en el mayor adjudicatario de la subasta de eólica marina en Reino Unido, denominada Scotwind.
“Iberdrola bate al resto de los competidores en la mayor subasta eólica marina en Reino Unido. En total consigue 7.000MW de los 25.000MW subastados y frente a los 3.000MW logrados por el segundo adjudicatario”, apuntan los analistas de Bankinter en su informe diario.
“Al final es lo que compramos las gestoras: un plan de negocio a largo plazo que sea creíble, fundamentado en que vaya a generar retorno a los accionistas”, explica Álvaro Antón.
La confianza del mercado
Las acciones se dejaron un 0,8 por ciento el martes, si bien es cierto que acumulan una tendencia negativa del 4 por ciento en los primeros compases de 2022.
Los títulos cotizan un 15 por ciento por debajo de los niveles de enero del año pasado, si bien en las pérdidas del último año entran en juego una amplia variedad de factores como la crisis energética del último tramo del ejercicio.
Pero es en las proyecciones a largo plazo donde el efecto del denominado caso Villarejo parece no tener incidencia en las expectativas sobre la compañía.
Ningún analista del consenso de Bloomberg, que recopila las recomendaciones de bancos de inversión a nivel global, apuesta por la venta de las acciones.
Muestra de que consideran que, o bien el impacto de las investigaciones judiciales no tendrá impacto en el modelo de negocio, o bien consideran que no tendrá recorrido en el futuro.
Medios como La Información o Expansión apuntaron en sendas informaciones hace unos meses que la eléctrica estaría incluso pidiendo algo más de celeridad al juez que investiga tanto a Galán como a otros ejecutivos del grupo para olvidar cuanto antes los daños reputacionales.
Entre otras calificaciones ESG, Iberdrola cuenta con la más alta (AAA) del proveedor MSCI, y con 20,85 puntos en el ranking Sustainalytics que elabora Morningstar, situándose en una zona de riesgo medio-bajo.