Iberdrola: “Vemos burbuja renovable en ciertos países y en tecnologías concretas”
Roberto Fernández Albendea, director de Responsabilidad Social Corporativa y Reputación de la eléctrica, señala la sobrevaloración de activos de eólica marina en países como Reino Unido
Los mensajes de una burbuja renovable, que ha inflado el precio de algunos activos, llevan tiempo resonando en el sector energético. Más aún tras el pinchazo de las valoraciones en bolsa de las compañías renovables durante el primer trimestre del año.
Una burbuja que existe pero no llega a todos los mercados. Así lo explica Roberto Fernández Albendea, director de Responsabilidad Social Corporativa y Reputación de Iberdrola en una entrevista con SOCIAL INVESTOR. “Si salvamos esos movimientos cortoplacistas, pensando más que en el mercado de capital en el mercado de activos, nosotros sí estamos viendo ciertas burbujas, en ciertos países, en ciertas tecnologías concretas”.
En cuanto a qué tecnologías percibe sobrevaloradas, apunta hacia mercados fuera de la Unión Europea. “Por ejemplo, podríamos mencionar el ‘offshore’, la eólica marina en Reino Unido, donde compañías que necesitan cambiar su modelo de negocio y no tienen una forma fácil de hacerlo pagan unos precios desorbitados para entrar en renovables”, señala.
Una burbuja que -al menos de momento- Iberdrola esquiva. “La suerte es que nosotros llevamos sembrando más de 20 años y tenemos un ‘pipeline’ de activos, de proyectos, enorme y tenemos el pastel hecho en casa, no tenemos que salir fuera a comprarlo. Eso, a nosotros, nos da una ventaja competitiva tremenda. Nosotros seguimos a nuestro ritmo, muy largoplacista y de forma inteligente”.
La resiliencia en bolsa de los valores ESG
En cuanto a la cotización de compañías con positivas notas en criterios ESG (Environmental, Social & Corporate Governance), Fernández Albendea asume que es una garantía para los inversores que buscan la resiliencia de los valores. Hay que recordar que Iberdrola es uno de los integrantes del Índice SOCIAL INVESTOR, que recoge a las nueve grandes compañías con mejores rating ESG.
“El mercado tiene sus vaivenes. Es importante pararse a pensar y tener una perspectiva largoplacista. El mercado siempre paga la calidad en término de mayores múltiplos, de PER o de Ebitda y un posicionamiento fuerte en ESG es un posicionamiento de calidad, de sostenibilidad, de crecimiento a largo plazo”, argumenta respecto a estos valores socialmente responsables.
El posicionamiento fuerte en sostenibilidad es calidad y la calidad merece múltiplos
“A veces digo que la ESG ha sido reinventar el análisis estratégico de las compañías porque han pasado varias décadas donde todo ha sido un análisis financiero, se ceñía a un entorno industrial, sectorial… Pero la sociedad y las prioridades cambian y el cambio climático ha sido un catalizador de este cambio. Los analistas de estrategia o financieros se han dado cuenta de que no es suficiente con el viejo análisis, hay que incluir aspectos que explican la sostenibilidad de las compañías a largo plazo”, añade respecto a esa perspectiva más allá del ahora.
“Ese posicionamiento fuerte en sostenibilidad es calidad y la calidad merece múltiplos. Que los mercados a veces se pasan un poco en la valoración de ciertos aspectos, pues es verdad, pero revierten a una razonabilidad y eso no va a cambiar. Las compañías fuertes en ESG tienen que tener mejores múltiplos de valoración y el mercado lo da y lo va a dar”, recalca.
Abiertos a alianzas con inversores institucionales
Esa perspectiva de sostenibilidad la persiguen los inversores institucionales. En las últimas semanas, por ejemplo, el fondo soberano noruego -Norges- se ha lanzado a competir con la propia Iberdrola, con una megacompra de activos eólicos en Noruega.
Un interés por parte de los inversores institucionales que, según el responsable de RSC de Iberdrola, no está ligada a la burbuja, sino a la citada búsqueda de activos de calidad con rentabilidad a largo plazo.
“El caso de los inversores institucionales creo que es distinto. En primer lugar tienen cierta presión, que algún día desaparecerá, por el entorno de tipos bajos. Por otro lado, es un tipo de inversor que no compite con la corporación emisora como nosotros, sino que se complementa”, explica.
“En Iberdrola hemos hecho programas de rotación de activos en ciertos parques eólicos marinos para que, una vez construido el parque y en operación dar entrada a un socio minoritario, que en el fondo te permite refrescar el capital e invertirlo en otro activo sucesivamente, con lo cual aceleras tu desarrollo”, indica respecto a la operativa.
“Los inversores institucionales no están preparados para tolerar un riesgo de construcción o de operación, con lo cual existe esa complementariedad. Nosotros podemos desarrollar un ‘pipeline’ rentable, construir de una forma óptima y operar de una forma eficiente y una vez eso está demostrado, que es donde hay mucho valor y nosotros retenemos ese valor, el institucional puede entrar”.
Con el hidrógeno hay muchísima confusión. Lo primero es que tiene que ser verde, no puede ser azul o gris
Uno de los segmentos energéticos en los que hay más interés es el hidrógeno verde, con proyectos se multiplican con inversiones por parte desde magnates, como Jeff Bezos, a Estados y multinacionales.
“Con el hidrógeno hay muchísima confusión. Lo primero es que tiene que ser verde, no puede ser azul o gris y a veces de forma interesada se mezclan. El hidrógeno tiene que venir de la electrólisis del agua y la electricidad para ella tiene que venir de fuentes renovables”.
“En segundo lugar, el hidrógeno tiene un sentido total en ciertos nichos industriales y de transporte pesadísimo, procesos de altísima temperatura, transporte marítimo o aéreo. Hay una oportunidad gigantesca, para expandirlo a estos nichos de mercado que ahora utilizan combustibles fósiles”, desglosa Fernández Albendea. “Es una oportunidad, un vector de crecimiento pero con sentido común, en las industrias donde tiene que ser dedicado”.