El arranque del Foro Económico de Davos de 2023 este pasado lunes sirvió para dar el pistoletazo de salida a una semana de conferencias, organizadas en Suiza, en la que los principales líderes mundiales están llamados a moldear el futuro económico del planeta.

Y es que, tal y como apuntaron desde la consultora Mckinsey, la edición de Davos de este año es "más importante que nunca" porque "los retos de la actualidad no respetan fronteras, sino que son globales por naturaleza".

El mundo, sin embargo, mira con cierto escepticismo a esta reunión, después de que la COP 27, por ejemplo, se cerrara con una sensación de frustración que no se logró enmascarar con los acuerdos logrados al toque de la campana de cierre del evento.

La esperanza de muchos en esta ocasión, no obstante, pasa por el hecho de que la ESG sí ocupará un papel clave en la agenda de Davos.

Por ello, se espera que el foro sirva para impulsar un sector de la sostenibilidad que en 2022 recibió golpes severos, contribuyendo a reanimar el interés por el mismo.

El Foro de Davos pone la ESG en el foco

A ojos de Naïm Abou-Jaoudé, consejero delegado de Candriam, la consideración de los factores ESG a la hora de tomar decisiones de inversión "nunca se había enfrentado a un periodo tan profundo de escrutinio negativo" como en 2022.

Según explicó Abou-Joudé, los años de "creciente atención y capital asignado a las inversiones ESG" quedaron en entredicho en 2022.

Una sombra de duda respecto a la finalidad de estas inversiones que se produjo a causa de una combinación de factores, como "el impacto de la invasión rusa de Ucrania, la inflación, o los focos de populismo que están surgiendo en distintas partes del mundo".

"En la actualidad, demasiada gente atribuye una pesada carga a sus expectativas sobre el acrónimo ESG, desdibujando su función práctica en los negocios y la inversión. Y en Estados Unidos, el acalorado debate ideológico sobre la obligatoriedad de informar sobre el riesgo climático y la desinversión en combustibles fósiles ha echado más leña al fuego de las críticas", afirmó Abou-Joudé.

Un entorno en el que el ejecutivo denunció que "se ha olvidado qué es realmente la ESG", y en el que instó a los líderes asistentes a Davos a "no perder de vista la importancia de la ESG, a pesar de las últimas reacciones contrarias a la misma".

En este sentido, desde el Foro Económico Mundial se apuntó que factores como la medición de criterios ESG y la necesidad de combatir la crisis climática ocuparían un papel relevante en su programa anual. Y así lo demuestra, al menos, su lista de conferencias para esta semana.

El miércoles 18, por ejemplo, el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, se reunirá junto a ponentes como el Secretario de Trabajo de Estados Unidos y el director general de la Organización Internacional del Trabajo para debatir "qué impacto tendrán la transición ecológica, los avances tecnológicos, la demografía y la reorganización de las cadenas de valor en los mercados laborales de todo el mundo en los próximos cinco años".

El jueves, mientras tanto, Josu Jon Imaz, de Repsol, discutirá los "distintos caminos hacia la transición energética" junto a figuras como la Ministra de Minas y Energía de Colombia, o el consejero delegado de Renew Power.

Davos, por tanto, se perfila como un evento en que los líderes mundiales, por lo menos, se sentarán a debatir sus ideas sobre la ESG, y sobre cómo pueden afrontarse sus retos.