Inditex, H&M, GAP o Primark, ¿quién gana en igualdad de género?
Es un sector con un elevado peso de trabajadoras y clave para la economía y la empleabilidad femenina, lo que le convierte en un eje para el desarrollo de los criterios sociales
El sector de la distribución textil, en toda su cadena de valor desde la producción de los tejidos, hasta su comercialización final, es uno de los motores de la transformación de la industria hacia criterios socialmente responsables.
Lo es, según la World Benchmarking Alliance (WBA), porque suma 75 millones de empleos directos y es uno de los ejes de empleabilidad de la mujer, sobre todo en países en vías de desarrollo.
Por ello, saber en qué punto está la igualdad de género en los diferentes eslabones de la cadena es esencial para conocer si la industria del ‘retail’ se está moviendo hacia los criterios ESG, en concreto, hacia su componente social. Ámbito que en el futuro próximo va a tener mayor peso con la elaboración por parte de la Unión Europea de la taxonomía de actividades socialmente sostenibles.
Y en este análisis, de cómo está cada uno de los gigantes del ‘retail’ en igualdad de género, el gigante español Inditex está entre los 10 mejores grupos de su sector, según el informe elaborado por WBA (en colaboración con Good Business Lab).
Una industria en adaptación al cambio
La empresa fundada por Amancio Ortega queda por detrás de multinacionales como Adidas o VF Corporation (matriz de marcas como The North Face, Timberland o Vans), pero por delante de rivales más comparables en negocio, como la sueca H&M o la irlandesa Primark.
En la elaboración del citado análisis de WBA se ha tenido en cuenta tanto la información sobre sostenibilidad social que publican las empresas como, apunta, información de carácter confidencial, así como entrevistas en fábricas textiles de India.
Y, en concreto, aspectos ligados directamente con el desarollo laboral de las plantillas como son la seguridad económica y laboral, las prácticas contra la discriminación o las medidas antiacoso que ponen en marcha los distintos eslabones de las diferentes multinacionales.
En su informe, WBA pone de relieve algunas de las estrategias que han logrado desarrollar las multinacionales de sector de la distribución textil, sea moda o complementos, y tanto la de alta gama como el ‘low cost’, porque se trata de una de las industrias que más rápido se adapta a los cambios del mercado y a las preferencias de los consumidores.
Sin embargo, la transformación de sus procesos internos, para promover la igualdad de género, no conlleva cambios igual de veloces.
Las calificaciones en igualdad y prevención
En este sentido, Inditex consigue una evaluación positiva. La dueña de Zara por ejemplo es, junto con Adidas, una de las dos multinacionales que voluntariamente analiza las diferencias salariales en su plantilla a escala global (aunque el informe no apunta los resultados) y que, además, tiene políticas activas para disminuir estos ‘gap’ salariales entre hombres y mujeres.
Sin embargo, indica que ninguna gran textil mide el absentismo por género.
El informe apunta que las empresas deben “contribuir al alivio de la pobreza y ayudar a cerrar la brecha salarial en la cadena de suministro”. Además, exigir a sus proveedores que “paguen a sus trabajadores un salario digno que sea suficiente para cubrir las necesidades básicas del trabajador y sus dependientes”.
“La mayoría de las empresas (un 83%), sin embargo, por defecto requiere que los proveedores paguen solo el salario mínimo legal. Inditex es la única empresa que requiere sus proveedores a pagar a los trabajadores un salario digno”, indica el informe.
“Es más, solo cinco empresas (el 14% de las 35 analizadas) está tomando medidas para ayudar a garantizar que los proveedores pagar a sus trabajadores un salario digno mediante la realización de evaluaciones salariales en fábricas y la promoción de colaboraciones de la industria, como el Platform Living Wage Financials”.
El informe también echa en falta que las compañías textiles pongan en práctica un papel más activo en la prevención y en el seguimiento de situaciones de violencia de género y acoso en la cadena de producción.
“Doce compañías, el 34%, apoyan a sus proveedores a través de campañas de prevención y campañas de formación. Sin embargo solo [la multinacional india] Aditya Birla, Inditex y Under Armour toman medidas para prevenir el acoso en sus propias operaciones”, apunta el informe en su primera edición.
¿Qué explica sobre su brecha salarial la multinacional española?
En su informe anual de 2020, la multinacional de Arteixo recoge que, en ese ejercicio, realizó un análisis de brecha salarial. De él, apunta “se desprende que en Inditex existe paridad salarial entre hombres y mujeres”.
“En salario total, los hombres cobran un 0,4% más que las mujeres, lo que supone una ligera variación respecto a la cifra de los ejercicios anteriores (en el ejercicio 2019, las mujeres cobraban un 0,2% más que los hombres, y en 2018, un 0,8% más), que se explica por los movimientos de plantilla registrados durante el mismo”, indica Inditex en la citada memoria.
La multinacional presidida por Pablo Isla, en ese informe de 2020, apunta cifras concretas pero, matiza, no son comparables porque reflejan un impacto por la evolución de las divisas en países con mayor plantilla femenina.
“Por género, la remuneración media de la mujer se situó en 22.749 euros anuales brutos, mientras que la del hombre ascendió a 27.657 euros”, apunta la empresa con sede en Arteixo.
En el caso de la mujer, ese sueldo medio ascendía a 21.142 euros en 2019 y a 19.935 en 2018. Y, en el de los hombres, a 24.897 euros en 2019 y a 23.556 euros en 2018.
“Es importante remarcar que estas dos cifras no son representativas en términos de igualdad salarial: la distancia entre hombres y mujeres se explica, en este caso, por la mayor proporción de mujeres en un importante número de mercados donde la conversión de la moneda local da como resultado una cifra más baja en euros”, argumenta Inditex.
La igualdad de género es uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. “No solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible”, refleja la ONU. El sector textil está bajo la lupa de esta exigencia, más que otras industrias por el elevado peso de la mujer en su cadena de producción. Y tiene margen de maniobra para los próximos años.