Japón da un paso en falso con su mercado de carbono
El gigante asiático planea poner en marcha su propio parqué especializado, pero los expertos dudan de su eficacia al no ser obligatorio
Japón planea poner en marcha su propio mercado de carbono a lo largo este ejercicio fiscal, pero existen dudas sobre si la iniciativa realmente será útil para dar impulsar el proceso de descarbonización.
El modelo que prepara el Gobierno nipón es distinto al que existe en Europa -no será obligatorio para los sectores considerados más contaminantes-, lo que limitaría su capacidad para realmente influir en la evolución del precio del carbono.
Así, 'The Carbon Credit Market' y el 'Carbon Neutral Top League' verá "a las propias empresas fijar sus objetivos de de emisiones y negociar los contratos de carbono", explica Bloomberg.
Las empresas que no formen parte de estos parqués podrán participar en ellos, pero no tener acceso a los contratos de carbono de las compañías que hayan fijado objetivos.
La voluntariedad del sistema permite que las empresas incumplan sus compromisos
La voluntariedad del sistema es lo que genera preocupación, ya que las empresas podrán o abandonar sus propios objetivos o directamente no participar.
Una situación que variaría, según Bloomberg, en caso de que el gobierno nipón obligara a las empresas de los sectores más contaminantes a participar e impusiera mecanismos de penalización para aquellas que incumpliera objetivos.
El hándicap del precio
Junto a la voluntariedad, el otro gran problema que surgiría en este nuevo mercado sería el del precio. Los contratos no estarán estandarizados, por lo que se espera que coticen distintos tipos, que no ofrecerán valoraciones homogéneas.
El precio del carbono es un tema crítico para realmente fomentar la descarbonización de las compañías. La puesta en marcha del mercado de carbono de China este verano ha dado alas a un debate sobre si es eficiente para impulsar que las empresas se comprometan con el cambio climático que los precios del carbono en este parqué sean notablemente inferiores a los que se abonan en la Unión Europea o en el Reino Unido.
El gigante asiático se comprometió el pasado otoño a ser cero emisiones en 2060; pero a pesar del enorme tamaño de su mercado de carbono, los contratos cotizan a precios muy inferiores a los que se utilizan como referencia en Europa.
Estas diferencias son una de las razones por las que la Unión Europea quiere poner en marcha sus aranceles climáticos. Mientras que contaminar sea más barato en otras economías, las empresas europeas pueden tener la tentación de producir fuera o de comprar productos en el extranjero.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no es partidario de este 'impuesto' a las importaciones, que amenaza con dar vida a una nueva guerra comercial y que, por ejemplo, China ya ha rechazado.
El FMI estima un precio mínimo de 75 dólares para 2030
El organismo ha planteado que se establezca un precio mínimo para el carbono a nivel internacional. Sus primeras aproximaciones hablan de un precio de 75 dólares por tonelada de cara a 2030 y un sistema que englobaría primero a las economías más contaminantes.
"China, India, Estados Unidos y la UE representarán casi dos tercios de las emisiones globales de CO2 previstas de cara a 2030. Incluir el G20 completo eleva la proporción al 85 por ciento", señala el fondo. Su propuesta sería ir incorporando a otros países a este sistema.
No obstante, el modelo no podría ser igual para todos los países y el FMI habla de precios escalonados en "dos o tres niveles" dependiendo del nivel de desarrollo de cada economía, que, según sus simulaciones sería suficiente para lograr una reducción significativa de las emisiones.
"El fortalecimiento de las promesas del Acuerdo de París con un precio mínimo de tres niveles entre solo seis participantes (Canadá, China, Unión Europea, India, Reino Unido, Estados Unidos) con precios de $75, $50 y $25 para las economías avanzadas y las de altos y bajos ingresos emergentes, respectivamente, podrían ayudar a lograr una reducción del 23 por ciento en las emisiones de cara a 2030", señala el FMI.
De acuerdo con sus estimaciones, esta contracción sería suficiente para que el calentamiento global se quedara por debajo de los 2 grados centígrados.