Johnson apoya su agenda climática en la energía nuclear
A diferencia del apagón nuclear que vivirá España, el primer ministro espera poner en marcha una nueva central antes de que termine su mandato
Una energía limpia, al menos en lo relativo a sus reducidas emisiones con efecto invernadero. Ese es uno de los ejes de la nueva estrategia climática del Reino Unido, que ve la energía nuclear como uno de sus pilares en su limpieza energética hasta 2030.
Así lo recoge el Gobierno de Boris Johnson en el Libro Blanco de la Energía que acaba de publicar y que marca su hoja de ruta para la próxima década, con la estimación de crear alrededor de 250.000 puestos de trabajo.
Y en ella, además de otras energías no contaminantes como la eólica marina y el hidrógeno ‘verde’, la nuclear ganará peso.
“La energía nuclear proporciona una fuente fiable de electricidad baja en carbono”, recoge el citado Libro Blanco de la Energía. “Aspiramos a una energía nuclear a gran escala”, indica, a través de una mayor inversión en reactores modulares avanzados y de mucho menos tamaño que las tecnologías precedentes.
La meta, a corto plazo, es desarrollar un nuevo gran proyecto nuclear antes de que Johnson acabe su mandato, dentro de tres años. Un plan que conllevará, asume, un largo proceso de aprobaciones y autorizaciones administrativas.
Con este proyecto, Reino Unido se mantiene entre los países que respalda la nuclear como alternativa a futuro y calienta el debate sobre lo saludable para el medio ambiente de su utilización.
Una opción de la que Francia es una de las grandes abanderadas. Hace sólo unas semanas, su presidente Emmanuel Macron la defendió como pilar energético clave para los próximos años.
La postura contraria es la de España, que ya ha marcado un calendario de cierre de centrales, que comenzará en 2027, con la vista puesta en 2035, cuando el despliegue renovable esté aún más afianzado.
Más de 1.000 millones de libras
En conjunto, el nuevo plan energético del Gobierno de Johnson supondrá una inversión de 1.000 millones de libras destinada a innovación (casi 1.120 millones de euros), enfocada tanto a la nuclear como al hidrógeno limpio.
La nueva hoja de ruta energética del Reino Unido considera la energía nuclear como una fuente fiable baja en carbono
Una apuesta nuclear que conlleva un claro cambio de modelo. El documento del Ejecutivo recoge que, a excepción de las plantas de Sizewell B (situada en la localidad de Leiston) y Hinkley Point C (en Somerset), que aún está en fase de construcción, todas las actuales plantas nucleares del Reino Unido tienen marcado en su calendario el cese de actividad para finales de 2030.
En total, el país suma actualmente 16 centrales nucleares activas. De ahí la aspiración a cerrar la propuesta de construcción de una nueva instalación en los próximos tres años, antes de que acabe el mandato de Johnson.
Actualmente, el 16% de la energía que se consume en el Reino Unido procede de fuentes nucleares. “Hinkley Point C debe entrar en servicio a mediados de la década de 2020”, recoge el libro blanco. Conllevará, previsiblemente, producir alrededor del 7% de la electricidad que consume actualmente el Reino Unido. Será suficiente, asegura, para alimentar de luz a seis millones de hogares.
El Gobierno ‘tory’ prevé que el nuevo proyecto nuclear permita la creación de 10.000 puestos de trabajo, sólo de cara a su construcción.
Más plantas nucleares, si se reduce su coste
“Seguimos abiertos a más proyectos si la industria nuclear demuestra que es capaz de reducir sus costes y que los proyectos llegan a tiempo y dentro del presupuesto marcado”, refleja el Libro Blanco.
En este sentido, la aspiración es que el coste de los proyectos se rebaje significativamente, con una reducción de hasta el 30% del coste de cara a 2030.
Actualmente, Reino Unico cuenta con 16 centrales nucleares que marcan el final de su vida útil en 2030
En cuanto a qué presupuesto va a destinar el Gobierno, ha definido lo que denomina ‘Fondo Nuclear Avanzado’, que alcanza los 385 millones de libras (más de 430 millones de euros), que se destinarán a la investigación y desarrollo de reactores nucleares más avanzados y de menos tamaño, denominados SMR y AMR.
Unos SMR con los que el Reino Unido aspira a ser punta de lanza de la nueva industria nuclear y que deben ser competitivos en la década de 2030.
Pendientes aún de aprobación por parte de los reguladores, esos SMR pueden permitir construir plantas nucleares a gran escala y desplegar más instalaciones en toda la geografía del Reino Unido, según recoge el Libro Blanco. Pero para llegar a ese punto, habrá que seguir desarrollando la tecnología a lo largo de los próximos años.