Junta de Iberdrola. Así es su rivalidad con Enel (Endesa) por el oro en sostenibilidad en el EuroStoxx 50
Desde el Acuerdo de París de 2015, Iberdrola y la matriz de Endesa se revalorizan un 70% y un 110%, respectivamente. La española vence en calificaciones ESG
Iberdrola ha celebrado este viernes la cita anual con sus accionistas. Una junta que, este año, especialmente, estaba ‘vestida de verde’, dado el giro hacia las renovables y la descarbonización en el que está inmersa la compañía.
Y ha llegado a este encuentro con sus inversores en un momento bursátil donde, en las últimas semanas, su cotización se ha resentido por el cambio en el modelo de retribución aprobado por el Gobierno y por el pinchazo que las energéticas renovables han sufrido en la primera mitad del año.
Tocó máximos en enero, por encima de los 12,5 euros por acción y actualmente roza los 11 euros.
La empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán está, además, en plena competencia directa con Enel, la matriz de Endesa, por el liderato energético en el Eurostoxx, el índice bursátil de referencia en la Eurozona.
Una comparación con Enel donde ambos tienen puntos fuertes
Ambas compañías eléctricas pueden presumir de haber disparado su cotización desde que las grandes potencias se comprometieron a frenar el cambio climático.
Enel e Iberdrola son las dos compañías eléctricas del Eurostoxx, en el que también están otras energéticas, pero que, aunque están transformándose hacia las renovables, están fundamentalmente ligadas al crudo, como son las francesas Engie y Total y la también italiana ENI.
Desde mediados de diciembre de 2015, cuando se selló el Acuerdo de París -por el que los países firmantes, entre ellos España e Italia, se marcaron la meta de limitar el alza de la temperatura global por debajo de los 1,5 grados- tanto Enel como Iberdrola han disparado su cotización. En concreto, un 110% en el caso de la compañía italiana y un 70% en el de la empresa con sede en Bilbao.
Una tendencia que, aunque atenuada, se ha mantenido en los últimos tres ejercicios, cuando la mayoría de Estados europeos han comenzado a cristalizar su apuesta por las inversiones en energías renovables.
Desde finales de 2018 hasta el momento presente, Enel acumula una revalorización del 59%, prácticamente igual a la de Iberdrola, que se sitúa en el 55%.
Una evolución en los últimos ejercicios que deja la capitalización de la empresa transalpina cerca de los 83.000 millones de euros; y en los 67.000 en el caso de la española.
En ese mismo periodo de casi seis años, en los que ha aumentado la presión hacia la reducción de emisiones de CO2 y a dejar de lado los combustibles fósiles, Engie ha retrocedido un 23%, ENI un 20% y Total Energies cerca de un 2,5%.
Así, Iberdrola y Enel están peleando por ser adjudicatarias de los grandes contratos mundiales en renovables, por ejemplo, en Estados Unidos y se están disputando el liderazgo en el Eurostoxx, también en lo relativo a las calificaciones ESG.
Los rating ESG de las energéticas del Eurostoxx
En este ámbito, Iberdrola sale mejor parada que su rival italiano. Ambas obtienen la ‘medalla de plata’, la calificación ‘silver’ en ESG que otorga S&P.
Y ambas son AAA según el ‘rating’ que concede MSCI, aunque la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán lo consiguió antes. Mantiene esta calificación inalterable desde noviembre de 2017, mientras que Enel dio el salto desde AA a AAA en noviembre de 2019.
Pero donde Iberdrola despega de su rival es en el ratio de riesgo ESG que evalúa Sustainalytics.
La empresa española presenta un riesgo ESG bajo, con una puntuación de 19,4 y ocupa el puesto 37 del total de 620 empresas de su sector, según la citada firma de análisis ESG. En cambio, Enel presenta riesgo medio, de 23,5 puntos y es la compañía 81 del sector de las ‘utilities’.
Hay que recordar que, en 2014, Endesa traspasó su activos en América Latina a su matriz italiana y, desde entonces, la filial encabezada por José Bogas concentra su negocio en la península Ibérica, mientras es Enel la que tiene el alcance global.
Del resto de energéticas del Eurostoxx, sólo Engie obtiene una ‘medalla’ ESG, de bronce; y las tres compañías presentan o riesgo medio o alto. Este último, también en caso de Engie. Y las tres tienen ‘rating’ A, según MSCI que valora su transformación en los últimos años, pero que deja campo de mejora.
Además, estas compañías ligadas al sector petrolero y presentes en el principal índice de la bolsa europea están inmersas en la presión por acelerar su transformación y fijar metas claras hacia la reducción de emisiones, como quedó patente en la última -y tensa- junta de accionistas de Total.
En ella, la compañía francesa no sólo cambió de nombre, para incluir el ‘apellido’ Energies y dejar claro a los inversores que va a basar su negocio en otras energías más allá del crudo -invertirá en ellas 30.000 millones en el próxima década-; también tuvo que ganarse el respaldo de sus accionistas a la hoja de ruta hasta las cero emisiones en 2050.
Respaldo de la junta a su nuevo marco ESG
En el caso de Iberdrola ha llevado a la junta un documento consultivo sobre acción climática. Una propuesta marco, para su enfoque en sostenibilidad que tenía ya el respaldo de firmas de asesoría de voto, como ISS y Glass Lewis, aunque, esta última con matices, como ya avanzó SOCIAL INVESTOR.
El ‘proxy advisor’ señala que esta propuesta se desvía de otras de ‘Say on Climate’ que va a votación este año Iberdrola ha dejado claro que los accionistas votarán sobre sus principales principios y posiciones sobre el clima, pero no sobre su estrategia ni los contenidos específicos de su Plan de Acción Climática.
En conjunto, todos los bloques de acuerdos del orden del día de la junta han logrado un respaldo superior al 98% del capital presente en la cita. En total, el capital presente o representado ha superado el 65%.
En el caso del nuevo marco ESG, el voto a favor ha sido del 98,48%. El porcentaje más bajo, según la documentación de Iberdrola, ha sido en las votaciones consultivas -donde se incluye el informe de retribuciones del consejo en 2020- que se ha situado en el 91,67%
Iberdrola ha logrado así el respaldo de los inversores a un marco de actuación global que, según apunta Glass Lewis, "establece el objetivo a largo plazo de neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero (...) pero no fija su estrategia, ni los contenidos específicos del plan de acción climática, que será aprobado y actualizado periódicamente por el Consejo de Administración".
En cuanto a sus planes, la empresa bilbaína contempla ser neutra en carbono en 2030, según ha indicado su presidente en la junta. En el caso de Enel, también se ha fijado el objetivo de ser 'net zero' a mitad de siglo y, de cara a 2030, prevé una reducción de emisiones de gases con efecto invernadero del 70%, en comparación con los niveles que alcanzaba en 2017.