La demanda de 215M€ por discriminación salarial que tiene a Wall Street en vilo
Goldman Sachs persigue un acuerdo millonario con los abogados de 1.400 mujeres para evitar un juicio por discriminación que tiene en vilo a Wall Street. Después de años de batalla, el banco quiere discreción
Por Sridhar Natarajan y Max Abelson ● Goldman Sachs se apresura para cerrar extrajudicialmente uno de los mayores casos de discriminación de género en Wall Street. El acuerdo evitaría a la firma ser el centro de atención y la vergüenza de un juicio de esta clase. Apenas quedan semanas para que la vista empiece.
La compañía ha propuesto una cifra que puede llegar hasta los 200 dólares millones (215 millones de euros) a los abogados que representan a Cristina Chen-Oster y otras firmantes de una macro-demanda colectiva, según una persona familiarizada con el asunto.
Un portavoz de Goldman Sachs se negó a comentar nada acerca de esta negociaciones para un acuerdo extrajudicial.
No hay garantía de que las dos partes lleguen a ningún pacto antes de que comience el juicio el próximo mes, apuntó otra fuente, pidiendo no ser identificada al tratar sobre información privada.
Si lo hacen, los implicados pondrán fin a la vía judicial en uno de los problemas principales de la industria financiera. Y es que la demanda en discusión recoge las reivindicaciones más antiguas y notorias sobre la discriminación salarial en Wall Street.
Evitar un juicio de alto perfil en audiencia pública, en un juzgado -para que no falte detalle- cercano a la sede Goldman en Nueva York desactivaría el riesgo de humillación al gigante financiero y a los ejecutivos que deberían testificar durante el proceso.
La demanda acusa a la mítica firma de Wall Street de discriminar a las mujeres en salarios y promociones. Goldman lo rechaza.
Pero los abogados de las demandantes van más allá y describen una cultura corporativa en la que los ejecutivos masculinos menosprecian a las mujeres y obstaculizan sus carreras.
Las demandantes intentaron que el juez admitiera presuntas pruebas que alimentarían esa tesis, que en Goldman el staff masculino crea una atmósfera de club para hombres, según relatan las afectadas.
Dos décadas
Chen-Oster, graduada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts que se unió en 1997 a Goldman -operaba con bonos convertibles-, presentó una queja por discriminación en julio de 2005 ante la Comisión de Oportunidades de Empleo de los Estados Unidos (EEUU).
La denuncia fue admitida a trámite en 2010, cuando ella ya era directora general de Deutsche Bank en el país.
Se necesitaron otros ocho años para que un tribunal permitiera que Chen-Oster y otras mujeres representaran en la demanda colectiva que ahora se ve a más de 1.400 ex-empleadas y profesionales todavía en nómina de Goldman.
La respuesta del gigante a ese movimiento fue el arbitraje, un sistema discreto que Wall Street ayudó a popularizar en otros sectores al margen de la industria financiera.
Durante años, se ha tratado de resolver las demandas por discriminación de genero de la manera más discreta posible. El arsenal legal de Goldman incluye acuerdos individuales, millonarios y confidenciales, y el arbitraje forzoso para las mujeres que no pactaran.
La escala de ganancias en Wall Street hace que, incluso las indemnizaciones con nueve cifras estuvieran a la orden del día. Goldman ganó más de 200 millones de euros cada semana durante el primer trimestre de este año.
Chen-Oster dijo a Bloomberg Businessweek hace unos años que un amigo en otra firma financiera tenía orden de hacer lo que fuera necesario para evitar otro caso como el suyo.
La demanda “está teniendo un impacto positivo”, dijo entonces. “La conciencia que estamos creando ya es un gran logro”. ● Sridhar y Max son corresponsales de Bloomberg