El mercado de deuda verde continúa abierto para los bancos españoles. Abanca probó el mercado este miércoles y lo hizo con éxito. Obtuvo 500 millones de euros en financiación, con una demanda que dobló esa cifra.

En su segunda emisión de este tipo -la inaugural la llevó a cabo el año pasado-, la entidad española ha optado por una colocación a seis años con un cupón del 5,25 por ciento.

"La emisión ha despertado gran interés entre los inversores, con una demanda que ha llegado a superar el doble del importe emitido y más de 100 órdenes individuales", señala el banco en un comunicado.

La emisión ha sido colocada entre clientes profesionales y "contrapartes elegibles", con notable presencia de inversores especializados con perfil ESG, "que han apreciado el rigor en el enfoque ESG, respaldado por la opinión de Sustainalytics sobre el marco", valora Abanca.

Con esta colocación, el banco presidido por Juan Carlos Escotet continúa avanzando con esta emisión en su hoja de ruta de cara al cumplimiento del requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos admisibles (MREL por sus siglas en inglés) fijado por el regulador. Gracias a este bono, la entidad supera en más de 210 puntos básicos el requisito MREL marcado para 2022.

Tras esta colocación, Abanca aumenta sus colchones anticrisis además de cumplir con uno de los objetivos marcados en el Plan de acción de Banca Responsable y Sostenible 21-24 de la entidad.

Caixabank inaugura el curso

El paso dado por Abanca se ha producido poco después de que Caixabank probara el apetito de los inversores por la deuda sostenible. El 31 de agosto el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri colocaba 1.000 millones de euros en bonos verdes a 7 años.

Para el banco del IBEX fue su cuarta emisión con este perfil; y el cupón del bono fue del 3,75 por ciento.