La empresa española pone la directa en ESG
La emisión de bonos sostenibles se redujo en el primer trimestre por la incertidumbre de la guerra, según datos de Ofiso. Pero España y sus empresas están bien posicionadas para remontar tras el impacto de la guerra en Ucrania
La guerra de Ucrania ha supuesto un parón en los procesos de inversión sostenible y responsable (ISR) que genera cierta incertidumbre, al menos en el futuro a corto plazo de las tendencias ESG.
En España, las emisiones de bonos sostenibles movieron un volumen total de 6.317 millones de euros en el primer trimestre, según datos ofrecidos este miércoles por el Observatorio Español de Financiación Sostenible (Ofiso) durante la presentación de su encuentro anual.
Los bonos verdes acapararon la mayor parte, con cerca de 4.200 millones, seguidos de los bonos sostenibles y los sociales. El volumen total, sin embargo, marcó un descenso en el primer trimestre del 7 por ciento debido a las implicaciones que ha tenido la invasión de Rusia en los mercados financieros, con los precios de los combustibles fósiles disparados y los inversores huyendo de los productos ESG en búsqueda de rentabilidad inmediata.
Pese a la fuga, y al menor interés a nivel global que han tenido los productos financieros sostenibles, España está bien posicionada para capear el escenario geopolítico y acelerar su transición hacia una economía descarbonizada.
España, por encima del promedio global en ESG
Es necesario hacer una distinción entre la visión a corto plazo y más allá. “El consenso dice que hay que acelerar la transición energética, pero a veces el camino más corto no es la línea recta, sobre todo si hay obstáculos”, dijo el director general de financiación y estrategia del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Antonio Cordero.
Pero si algo ha puesto de relieve la crisis en Ucrania es que no solo hay que incorporar los factores ambientales, “también los sociales”, aquellos relacionados con la crisis de refugiados; los sistemas públicos de protección o la ciberseguridad, entre otros. En cualquier caso, las finanzas sostenibles en España “van a seguir un patrón muy similar a las de Europa”, pero el impacto se notará a nivel europeo.
A su juicio, la guerra conlleva una ristra de consecuencias en la descarbonización. Por ejemplo, habrá que tomar medidas “que no estaban en el ideario de las cosas que se tenían que hacer para conseguir la transición”, como la reapertura que ya se está produciendo de algunas centrales de carbón.
“En comparación con otros países, estamos viendo más empresas en España que solicitan un rating ESG. Y también lo hacen público, el tema de la transparencia es muy importante”, apuntó durante su intervención en uno de los paneles del evento Martin Nichols, regional sustainability relationship manager en S&P.
Según Nichols, en España se está viendo un mayor entendimiento de la “importancia” de la transparencia, y se traduce en que las calificaciones de las empresas en España son “muy altas”.
“España está por encima del global, y también tenemos líderes en diferentes sectores como Repsol”, apuntó.
Repsol y el efecto en las empresas líderes
Precisamente, el encuentro anual de Ofiso contaba con la participación de la energética Repsol, premiada a su vez por el organismo por su trayectoria en financiación sostenible.
El modelo de negocio de Repsol sirve, además, para evaluar las consecuencias más inmediatas de la guerra. Sobre todo, por cómo el conflicto ha servido para pronunciar aún más la crisis de precios energético que Europa venía arrastrando desde el último trimestre de 2021.
“Hemos dejado de invertir lo que veníamos invirtiendo en el negocio de exploración, nos hemos adaptado”, dijo Susana Meseguer, directora financiera de Repsol. Esto se percibe en el montante destinado a la parte de exploración en el nuevo plan estratégico de Repsol, diseñado a cinco años, y que contempla “el mismo presupuesto que destinábamos antes en un año”.
Repsol anunció su salida de Rusia mucho antes del estallido de la guerra, y completó la venta de sus últimos activos a comienzos de año, incluso antes del comienzo de la invasión rusa. “Pero el impacto es igual”, afirmó Meseguer, ya que la compañía utilizaba muchas de las materias primas procedentes del país.
“Toda esa sustitución es una adaptación que estamos viviendo las compañías. La guerra lo que ha hecho ver es la gran dependencia energética de Europa”, explicó la directiva de Repsol. ¿Supone esto, a su vez, un paso atrás en la transición de la compañía?
“Creo que no, en el corto plazo el foco es el de intentar asegurar el suministro, pero lo que hace es confirmar que tenemos que seguir en el paso de la descarbonización y no bajar los objetivos. Quizá nos influye en cómo estamos diseñando e imponiendo el camino”, dijo Meseguer.
En cuanto a España, las finanzas sostenibles aún tienen “mucho trabajo”, sobre todo en lo referente a la financiación. “Por sí solas no sirven para financiar un proyecto, se financia porque detrás hay una estrategia sostenible de la compañía. Ahí es donde hay que hacer el mayor trabajo”, aseveró.
El papel de los bancos centrales
Tanto antes como después de la guerra, el foco de la transición energética se está centrando en las cuestiones medioambientales, la ‘E’ de la ESG, según aseguró el director general de operaciones, mercados y sistemas de pagos del Banco de España (BdE), Juan Ayuso.
Si bien el “liderazgo” de la lucha contra el cambio climático corresponde a los Gobiernos, los bancos centrales pueden tener un papel “muy relevante, actuando como catalizadores de esa transición”.
Ayuso valoró la importancia que tiene que el BdE forme parte desde 2018 de la NGFS, una red de bancos centrales y supervisores con 114 miembros -más otros 18 observadores- y cuya tarea se centra en aspectos como en análisis de las implicaciones del cambio climático en política monetaria; la incorporación de los principios ISR en las carteras propias de los bancos centrales o el desarrollo de escenarios climáticos para los diferentes test de estrés.
Según adelantó Ayuso, el BdE ya ha comenzado a tener en cuenta los riesgos climáticos en los procedimientos que preceden a la compra de bonos corporativos, y a partir del primer trimestre del próximo año el organismo publicará un informe sobre la huella de carbono de este programa.
“Los riesgos climáticos van a ser objeto de especial atención de la revisión que vamos a llevar a cabo en los próximos meses del marco de valoración y control de riesgo de los activos de garantía”, afirmó Ayuso, en relación a este tipo de activos, aquellos admitidos como “colaterales” en las operaciones de política monetaria.
Caixabank, el ICO o Colombia, premiadas
En el evento anual de Ofiso también tuvo lugar la entrega de sus premios a la trayectoria y liderazgo en financiación sostenible. Caixabank recibió el distintivo a la mejor entidad financiera, mientras que Repsol hizo lo propio como empresa privada.
El Instituto de Crédito Oficial (ICO) fue premiada como institución, y la República de Colombia por su innovación en Latinoamérica. Europastry recibió el premio al mejor préstamo sostenible de 2021, mientras que el expresidente de la AEB, José María Roldán, recibió el premio por su trayectoria personal.