La flor y nata de los fondos de inversión sostenibles
Selección de estrategias artículo 9, en pleno revuelo por la bajada de la calificación ESG de decenas de fondos de inversión
En plena tormenta por la oleada de rebajas de la calificación sostenible de decenas de fondos de inversión, proponemos una selección de productos que sí mantienen la nota más alta en materia de ESG: el llamado artículo 9. Es decir, la flor y nata de la inversión socialmente responsable.
Pero, ¿qué son los fondos clasificados bajo el artículo 9? Para resumirlo, cabría decir que son aquellos que cuentan con un objetivo concreto de sostenibilidad.
«De los tres artículos que recoge la nueva regulación europea (Sustainable Finance Disclosure Regulation o SFDR), el que exige más condiciones, es más riguroso en el cumplimiento de los criterios de sostenibilidad, es el artículo 9», explica Mar Barrero, directora de análisis de Banca Privada de Arquia Banca.
Esa mayor exigencia se traduce en que estas carteras deben definir cuál es su objetivo de sostenibilidad y detallar cómo piensan cumplirlo. Además, están obligadas a especificar cómo medirán dichos resultados mediante métricas rigurosas relacionadas con la sostenibilidad.
Los fondos de inversión artículo 9 deben detallar sus objetivos y cómo piensan cumplirlos y medirlos
En el citado reglamento se señalan algunos ejemplos de qué puede ser considerado un objetivo de inversión sostenible. Por ejemplo, la reducción de las desigualdades o la lucha contra el cambio climático. Pero no son los únicos.
En contraposición, los fondos artículo 8 (el escalón siguiente) no tienen un objetivo de sostenibilidad concreto sino que buscan inversiones que promuevan los criterios ESG en general (eso sí, las gestoras también tienen que informar detalladamente de cómo integran concretamente la filosofía ESG en su política de inversiones).
Una vez explicadas las características de los fondos artículo 9, cabría preguntarse qué productos concretos son interesantes ahora mismo.
Blackrock Sustainable Energy
Uno de ellos puede ser el Blackrock Sustainable Energy, destacado en la última selección de fondos realizada por los analistas de Bankinter.
Se trata de un fondo de renta variable global invertido en empresas que potencialmente se beneficiarán de las importantes inversiones que son necesarias para hacer frente a los riesgos asociados al calentamiento global. Para tratar de rentabilizar estos flujos hacia la lucha contra el cambio climático, esta cartera de Blackrock se centra en tres áreas principales: eficiencia energética, transporte y energías limpias.
Por el contrario, el fondo excluye de su universo de inversión los sectores del carbón, así como la exploración y producción de gas y petróleo, tabaco, juego o armas.
Este año se deja un seis por ciento de su valor (menos que el conjunto del mercado, que acumula minusvalías cercanas al 20 por ciento) pero en 2021 registró unas plusvalías del 25,2 por ciento.
Por su parte, Mar Barrero destaca otros cinco fondos clasificados como artículo 9 que considera atractivos.
M&G (Lux) Glbl Sustain Paris Aligned
En primer lugar, el M&G (Lux) Glbl Sustain Paris Aligned. Se trata de un fondo de renta variable global que invierte en compañías lo más alineadas posible con los objetivos del Acuerdo de París (el tratado internacional contra el cambio climático firmado en 2016).
Las compañías que contribuyen a este objetivo son empresas con baja intensidad de carbono (máximo el 20 por ciento de la cartera) o, también, corporaciones en proceso de reducción de la intensidad de carbono o que son parte de la solución al calentamiento global (al menos, el 80 por ciento de la cartera). Este año se deja un 6 por ciento pero, en 2021, se disparó un 34,4 por ciento.
Guinness Sustainable Energy
El Guinness Sustainable Energy es un fondo de renta variable global cuyo patrimonio se invierte en empresas dedicadas a la generación y almacenamiento de energía sostenible, a la electrificación y a la eficiencia de la demanda energética. En 2022, acumula una pequeña revalorización del 2 por ciento, que se suma al 17,9 generado en 2021.
Otro fondo mencionado por Barrero es el Echiquier Positive Impact Europe, que «invierte en empresas europeas que destacan por su buen gobierno, así como por la calidad de su política social y medioambiental; y cuya actividad aporta soluciones a los desafíos del desarrollo sostenible». Acumula minusvalías del 18 por ciento en 2022, pero el año pasado se revalorizó un 17,3 por ciento.
Más allá de la renta variable, el ERSTE Responsible bond Global Impact es uno de los pocos fondos de renta fija registrados en España que cumple el artículo 9. «Es un fondo de bonos global que invierte en bonos verdes, bonos de conciencia climática y bonos sociales certificados». Este año cede un 12 por ciento y el pasado quedó prácticamente plano.
Candriam Equities L Oncology Impact
Para finalizar y dejando de lado el cambio climático, Barrero propone un producto centrado en la lucha contra el cáncer: el Candriam Equities L Oncology Impact.
«El universo incluye empresas cuyos productos marcan la diferencia para los pacientes oncológicos en el diagnóstico, la elaboración de perfiles y el tratamiento del cáncer. Se centra, sobre todo, dentro de los ámbitos de la cirugía, la radiación y los fármacos», apunta Barrero.
Los grandes de la industria degradan la nota ESG de sus fondos sostenibles
Amundi, Blackrock, Axa, Invesco, NN Investment Partners, Pimco, Neuberger Berman o Robeco son algunas de las grandes gestoras de activos que han reclasificado el nivel de sostenibilidad de sus fondos artículo 9 para bajárselo a artículo 8.
Aseveran que esta rebaja se debe a la normativa poco clara que había difundido Bruselas y que ha ampliado recientemente. Si bien, el tema (que afecta a fondos con miles de millones de euros bajo gestión) ha levantado sospechas de greenwashing.