La gobernanza no solo preocupa en Twitter: cuidado con Meta
Un fondo activista presiona a los accionistas de Meta para abstenerse en la reelección de dos consejeros y apoya la separación de los cargos del fundador Mark Zuckerberg
La gobernanza, uno de los tres pilares de la ESG, se está convirtiendo en uno de los principales quebraderos de cabeza para los accionistas de las grandes tecnológicas.
Mientras Elon Musk ultima su desembarco en Twitter, en lo que se convertiría un ‘matrimonio’ con serias deficiencias en la ‘G’, los focos del activismo accionarial se han girado ahora hacia Meta, la red social que Mark Zuckerberg fundó bajo el nombre de Facebook, y que también es otro de los grandes suspensos en materia de Gobierno corporativo del hub tecnológico de Silicon Valley.
El fondo Share, con más de 90.000 millones de dólares en activos y que implementa sus políticas de engagement en más de 140 empresas de todo el mundo, trata de presionar al resto de accionistas de Meta de cara a la junta general de accionistas del próximo 26 de mayo. El objetivo pasa por restar algo de poder al consejo de la red social.
Abstención en la reelección de consejeros
Share engloba a otros 15 accionistas de Meta, como el fondo que gestiona el Tesoro del Estado de Illinois o las gestoras Storebrand y Mercy Investment. También a otro fondo activista, Arjuna Capital, uno de los más activos de Wall Street cuando se acerca la temporada de Juntas de accionistas.
De cara a la cita de Meta, la plataforma activista propone al resto de accionistas que se abstengan en el primer punto del día, la reelección de los miembros del Consejo, y concretamente en la revalidación de dos cargos.
Se trata de Peggy Alford y Marc Andreesen. La primera fue ex responsable de operaciones de la fundación Chan Zuckerberg Initiative, gestionada en conjunto por Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan. El segundo es un veterano que lleva más de una década en la cúpula, primero de Facebook y ahora de Meta.
Sin embargo, ocupan un sillón como consejeros independientes de la red social, algo que Share considera incompatible. Por ello, pide a los accionistas que, al menos, no voten a favor de su reelección, en lo que se consideraría como un fuerte varapalo a la zona de confianza de Zuckerberg.
De hecho, Meta recomienda votar a favor de que ambos continúen ocupando esos sillones. Pero los desencuentros entre la compañía y el activismo no acaban ahí.
Share ya ha avisado que cimentará sus recomendaciones de voto sobre gobierno corporativo en base a varios puntos.
Por ejemplo, votará en contra de aquellos consejos que no se hayan pronunciado sobre cuestiones que apoyen la mayoría de accionistas o, por su parte, estos no hayan recibido una “respuesta adecuada”.
También cargará contra aquellos consejos que actúen en interés de un grupo de accionistas y no en el de todos. Y una de las partes más destacadas: también votará contra aquellos consejeros de forma individual que tengan un conflicto de interés relacionado con sus responsabilidades corporativas. Es en este último punto en el que entrarían Alford y Andreesen.
El doble cargo de Zuckeberg, señalado
Share también carga contra otros puntos que forman parte de la orden del día en la junta de Meta.
Por un lado, el fondo reclama al resto de accionistas votar a favor de la propuesta de eliminar la estructura de capital dual de Meta, algo que la red social quiere mantener, tal y como muestra su recomendación de voto en contra de la iniciativa.
Las recomendaciones salpican incluso a Zuckerberg, que ocupa el cargo tanto de presidente como de director ejecutivo de la compañía. Share quiere romper este binomio y mostró su apoyo a otra de las propuestas de los accionistas para eliminar esa dualidad en el cargo del fundador.
La situación recuerda a las críticas que ha suscitado el empresario Elon Musk por la posible compra de Twitter. De fraguar esta operación, el dueño de Tesla y Space X se convertiría en el único propietario de la red social creada por Jack Dorsey, lo que ha granjeado que un amplio número de voces pidan que no se produzca el desembarco de Musk ante la falta de independencia que podría generar su llegada.
Precisamente, las grandes tecnológicas tienen en común carencias en los ratings de gobernanza. Tanto Twitter como Tesla, la joya de la corona de Musk, tienen las peores puntuaciones en este apartado según ISS, uno de los mayores proveedores de calificaciones a nivel global.
MSCI, por su parte, las pondera como empresas en mejora, lejos de las puntuaciones más altas que concede a las empresas que considera líderes de mercado.
Algo que también ha sufrido Zuckerberg en Meta. Los rating de la red social son similares a los de Twitter y Tesla, y apenas supera el ‘aprobado’ en función de las métricas de riesgos de gobernanza que estipula Bloomberg, lo que refleja el largo camino que aún tiene que recorrer la compañía.
A falta de algo más de un mes para su junta de accionistas, no parece que la situación vaya a cambiar en el corto plazo.