La industria de la inversión presiona a Biden para que derogue la ley 'anti ESG' en las pensiones
Donald Trump trabajó para limitar la inversión responsable, pero las gestoras esperan que su sucesor en la Casa Blanca cambie este criterio, para reducir la brecha entre Estados Unidos y Europa
La industria de la gestión de activos está presionando al nuevo inquilino de la Casa Blanca, el demócrata Joe Biden, para que elimine los límites a la inversión socialmente responsable que actualmente se aplican a los fondos de pensiones estadounidenses.
“Los nuevos líderes políticos podrían dar un vuelco al marco normativo y crear un incentivo adicional para que los inversores y empresas estadounidenses integren la sostenibilidad en sus modelos de negocio”, ha escrito recientemente Matthew Jennings, director de inversiones de Fidelity.
El antecesor de Biden en la presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, fue conocido en este ámbito por poner en duda la veracidad del cambio climático y frenar el desarrollo de las inversiones sostenibles.
Un regalo de despedida
En concreto, su gobierno puso en marcha la ley denominada “Factores financieros a la hora de seleccionar las inversiones de los planes de pensiones”, vigente desde el 12 de enero, que impide que los fondos sostenibles sean la opción predeterminada para los planes de jubilación de prestación definida.
Esta prohibición se extiende a cualquier fondo que excluya determinadas áreas del mercado o utilice factores “no pecuniarios” (es decir, no basados en una potencial rentabilidad) en su proceso de toma de decisiones.
La normativa de Trump impide que los fondos sostenibles o cualquiera que utilice factores "no pecunarios" sean opciones predeterminadas
El Gobierno de Trump adoptó esta normativa ante la creencia de que mejorar las características de sostenibilidad de una empresa o cartera va en detrimento de su rentabilidad, un argumento que los profesionales de la inversión consideran totalmente erróneo.
“Lo cierto es que las consideraciones ESG no financieras han demostrado de forma cada vez más clara que mejoran las rentabilidades financieras a largo plazo”, apunta en este sentido Jennings, en una opinión que comparte Álvaro Cabeza, responsable de UBS AM Iberia.
”La inversión ESG ayuda a potenciar la rentabilidad en las carteras”, defiende este segundo profesional.
Para ilustrar su argumento, Cabeza pone el ejemplo de lo ocurrido durante el primer semestre de 2020, en el que los fondos ESG continuaron registrando entradas, mientras los inversores huían despavoridos del resto de productos.
“Esta resistencia de la demanda es una muestra de su rentabilidad durante el periodo de volatilidad. Los índices de renta variable con criterios ESG registraron, por lo general, resultados superiores en comparación con sus homólogos que no son ESG”, explica Cabeza.
Un viraje favorecido por Biden
Si bien, la industria de la gestión de activos cree que el cambio de cromos en la Casa Blanca podría favorecer un viraje en esta materia.
Un ejemplo que da alas a la esperanza en este sentido son las ambiciosas políticas de Biden en materia climática, que han recibido el apoyo de la Reserva Federal, que recientemente se unió a la iniciativa Network for Greening the Financial System, formada por bancos centrales de todo el mundo.
“Serán necesarios cambios normativos en materia de medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo para impulsarlo. Estos no se producirán de un día para otro, pero lo cierto es que un Senado controlado por los demócratas (aunque con una exigua mayoría) aumenta las probabilidades de que se nombren más candidatos progresistas para puestos legislativos y regulatorios clave, incluida la presidencia de la SEC”, apunta Jennings.
Además de la legislación sobre planes de pensiones, otro ámbito en el que Estados Unidos debe poner el acento son las obligaciones de información sobre los factores ESG que tienen las empresas.
La obligación de las empresas de informar sobre los factores ESG es otro de los objetivos a legislar
Actualmente, únicamente tienen que informar sobre lo que la dirección de la compañía considera factores ESG con relevancia financiera. Esto significa que los datos divulgados varían considerablemente, incluso entre empresas pertenecientes a sectores similares.
Reducir la brecha con Europa
Si avanza en todo este tipo de objetivos, Estados Unidos reduciría la brecha que actualmente tiene con Europa en materia de inversión responsable, un área en la que el Viejo Continente es líder tanto por regulación como por el número de empresas que siguen los criterios de responsabilidad social corporativa.
“El énfasis de Europa en los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo ha convertido al Viejo Continente en el epicentro mundial de la inversión sostenible. Sin embargo, el golpe de timón que traerá esta nueva administración Biden podría abrir las compuertas de la inversión sostenible en la mayor economía del mundo”, concluye Jennings.