La subida del precio del carbono se alía con el debut en bolsa de Acciona Energía
La compañía ya obtiene ingresos de la venta de 'certificados de origen renovable'. Un mercado que debería ir a más gracias al giro pro clima mundial
Dar el giro a una estrategia corporativa de reducción de emisiones conlleva inversión, pero también abre la puerta a una nueva vía de generación de ingresos. Una estrategia que no es fácilmente aplicable a todos los sectores, pero que es clara en el caso de las compañías energéticas.
Así lo reconoce Acciona Energía en el folleto de su salida a bolsa, prevista para el próximo 1 de julio y que el lunes recibió el visto bueno definitivo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Precisamente, al cierre en bolsa de este martes, la compañía confirmó que ya ha recibido propuestas para cubrir el volumen inicial de la oferta pública de venta (OPV), es decir, el 15% del capital de Acciona Energía. En total, la compañía apunta que cuenta con compromisos por el 17,25%.
En el conjunto del ejercicio 2020 y en el primer trimestre de 2021, según ha comunicado la multinacional renovable en el informe al mercado, Acciona Energía ingresó 15,8 y 60,7 millones de euros, respectivamente, por la venta de certificados energéticos de renovables, según recoge en el citado folleto.
Estos certificados son uno de los instrumentos desarrollados en los últimos años para el impulso de las renovables y que incluyen tanto las compensaciones por carbono, como las certificaciones de reducciones de emisiones y, también, las ‘garantías de origen’ renovable de la energía que consume una empresa.
Falta de un modelo homologado global
La compañía presidida por José Manuel Entrecanales detalla que estos certificados reciben diferentes denominaciones en los distintos mercados donde opera. Por ejemplo, en Australia se denominan ‘Large-Scale Generation Certificate’ (LGC), mientras en Estados Unidos se definen como 'Renewable Energy Certificate' (REC).
De hecho, ya hay organizaciones como EnergyTag, que persigue un certificado de origen común en los diferentes mercados, con el objetivo de simplificar los trámites a las multinacionales y que cuenta con el respaldo de cotizadas españolas, como la propia Acciona o Iberdrola.
La futura cotizada explica en el folleto a los potenciales inversores de su debut en bolsa que con estos instrumentos de energía renovable, asociados a un activo verificado, sus “clientes pueden contabilizarlos como energía renovable” y, de esta forma conseguir cumplir con las exigencias que se marquen en su estrategia de reducción de emisiones.
En concreto, las ligadas al ‘Scope’ 2 o Alcance 2, que hace referencia al ‘origen verde’ de la energía consumida.
Una oportunidad de negocio
“Los certificados de energía renovable, las compensaciones de carbono y los instrumentos de reducción de emisiones son un mercado en expansión” y, respecto a estos, Acciona Energía es “un vendedor neto”.
Además, apunta que la compañía filial de Acciona es pionera en iniciativas ligadas a estas herramientas, como la venta de créditos de carbono a través de ‘blockchain’.
“Debido a que nuestra generación es 100% renovable, no esperamos vernos afectados por un aumento de los precios en los mercados de carbono, como el EU Emissions Trading System.
Sin embargo, sí reconoce que prevé que el aumento de precios pueda generar ingresos adicionales derivados de la venta de estos instrumentos y certificados de origen renovable tanto a clientes corporativos como a otros participantes del mercado, que no identifica.
Alta volatilidad de precios
En su folleto al mercado inversor, al hablar de los riesgos que tiene a futuro, Acciona Energía reconoce que el mercado eléctrico, en cuanto a precios, es “altamente volátil”.
También, que depende de distintos factores, como la evolución de la demanda, las diferencias de precios en función de las horas, los costes de generación o los precios de los derechos de carbono, enumera.
Y el precio de los derechos de carbono lleva tiempo disparado. En la Unión Europea y Reino Unido ha dejado atrás la barrera de los 50 euros por tonelada y ya hay quién prevé su evolución a futuro comparable a la del crudo, ‘el oro negro’.
Y, a un precio más caro, mayor presión por acelerar una descarbonización de las emisiones, que reduzca este impacto en la cuenta de resultados.
El FMI pide un 'suelo' de precios del carbono... pero no un 'techo'
En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a adoptar un precio mínimo de carbono a escala global, aunque con matices, como herramienta para impulsar la lucha contra el cambio climático desde una perspectiva realista.
El FMI considera que cuatro quintas partes de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) siguen sin cotizarse, a pesar de que hay mercados como el europeo que estén más avanzados.
Considera que el precio podría ser diferente en función de la situación económica. Así, en los países más ricos, podría fijarse en un mínimo de 75 dólares, frente a los 50 dólares por tonelada de las economías emergentes con ingresos altos y los 25 dólares de los emergentes con ingresos bajos.
Con estos baremos, el FMI considera que podría conseguirse una reducción de emisiones del 23%, a escala global, de cara al ejercicio 2030.
Habrá que esperar a la COP26 de este noviembre en Glasgow para ver si esta es una de las iniciativas que logran materializarse.