La Unión Europea encara 40 días de maratón político por el cambio climático

Tiene por delante un Consejo Europeo, una cumbre con Biden y, el 14 de julio, una batería de medidas climáticas que pueden obligar a España a endurecer la regulación

Parlamento Europeo, imagen de Unsplash

Parlamento Europeo, imagen de Unsplash

La Unión Europea afronta las fechas clave para sacar adelante la legislación que va a obligar a sus Estados a acelerar en las regulaciones climáticas, con la meta de recortar sus emisiones contaminantes en un 55% en 2030, en comparación con las cifras que se alcanzaban en 1990.

Una oleada de reuniones y encuentros oficiales que pueden hacer que España acelere en la revisión al alza de los objetivos que se ha marcado en la recientemente aprobada Ley de Cambio Climático, que prevé un recorte del 23%.

Una meta nacional, para finales de esta década, que está significativamente lejos de lo que marca Bruselas. Eso sí, el Gobierno -según recoge la propia Ley- puede revisarlas al alza cuando considere oportuno.

Calendario de reuniones

Como en casi todos los movimientos de la Unión, los avances climáticos pueden parecer lentos, pero son progresivos, en un balance entre los distintos organismos de poder comunitarios.

Y las próximas citas pasan por un Consejo Europeo que se celebrará el 24 y el 25 de junio, donde las cuestiones medioambientales se perfilan como claves, dado que sólo unos días antes -la próxima semana- está prevista la reunión del Consejo Medioambiental ('Environment Council'), donde se citarán todos los ministros del ramo. 

“Los ministros van a buscar un acuerdo de cara a las conclusiones del Consejo sobre la nueva estrategia de la UE sobre cambio climático”, recoge la convocatoria de esta reunión de los ministros europeos. 

Deberán así allanar el terreno al Consejo -la reunión de jefes de Estado y de Gobierno- que, además, tampoco parte de cero.

Tiene ya sobre la mesa el preacuerdo logrado por los negociadores del Consejo y del Parlamento Europeo para poner finalmente en marcha una legislación comunitaria que obligue a los Estados a reducir en un 55% sus emisiones y lograr la neutralidad climática en 2050.

Ese preacuerdo pasa por abordar diferentes aspectos donde, como ocurre con todas las legislaciones comunitarias, no serán realidad hasta que no estén sellados en forma de Directiva o de Reglamento.

El preacuerdo Consejo - Parlamento

De momento, el pacto inicial entre los negociadores de los dos poderes de la UE pasa por nuevas medidas, como limitar a 225 millones de toneladas de CO2 la contribución de las absorciones al objetivo neto de emisiones en 2030.

También, a poner en marcha un Consejo Científico Consultivo, formado por 15 científicos de alto nivel que tendrán mandatos de cuatro años y que deberán elaborar informes sobre las medidas adoptadas por la UE.

E instan a la Comisión a que colabore con los diferentes sectores económicos que opten por elaborar hojas de rutas voluntarias para conseguir su neutralidad en 2050, que el Ejecutivo tendrá que supervisar.  

Además, ese acuerdo provisional fija el objetivo de que la UE “se esfuerce por conseguir emisiones negativas a partir de 2050”.

El Consejo del 24 y 25, si no hay cambios en el complejo juego de ‘tira y aflojas’ comunitarios, tendrá que dar su aprobación a estas cuestiones.

La ‘batería’ de propuestas en las que trabaja la Comisión

Y, mientras, en paralelo, la Comisión Europea sigue adelante con su paquete de medidas legislativas climáticas, que se suman a otras ya presentadas como la nueva taxonomía o el proyecto para unificar el ‘reporting’ no financiero

En el caso de la Comisión, su fecha clave en el calendario es el 14 de julio. Ese día propondrá una batería de medidas que ha denominado ‘Fit for 55’.

“La Comisión está trabajando ahora en un conjunto de 12 propuestas para adaptar la legislación existente sobre clima y energía al nuevo y más ambicioso objetivo para 2030”, explican fuentes del Ejecutivo a SOCIAL INVESTOR. Medidas que se plasmarán en nuevas regulaciones.

Un paquete de propuestas, indican las citadas fuentes, que abarcarán desde las emisiones vinculadas al sector del transporte, como la aviación, las emisiones del sector agrícola o los combustibles renovables, donde estaría el hidrógeno verde.

También, cuestiones fiscales ligadas tanto a la energía como al impuesto al carbono de las importaciones a la Unión, el denominado ‘Carbon Border Adjustment Mechanism’, con el que la Comisión aspiraría a penalizar a aquellos países que exportan bienes a la UE obviando la estricta legislación de emisiones de CO2 comunitaria. 

Una amplia regulación que, una vez presentada, el Ejecutivo tendrá que ir desarrollando, según ha indicado, a lo largo del cuarto trimestre de este año.

Y la primera reunión bilateral con Biden

Entre medias de esta agenda repleta de cuestiones climáticas se celebrará la primera cumbre entre la Unión Europea y la Administración estadounidense presidida por Joe Biden.

Aprovechando que el presidente de Estados Unidos viaja a Bruselas para su primera cumbre de la OTAN -este 14 de junio- la cita entre las dos potencias económicas mundiales se desarrollará sólo un día después, el 15 de este mes.

Tras el frenazo a la cooperación transatlántica con Donald Trump en la Casa Blanca, Estados Unidos y la Unión Europea tratarán cuestiones que están en ambas agendas: desde la recuperación económica tras la pandemia, hasta cuestiones comerciales y, de nuevo, el cambio climático.

Y hay otra cumbre en el horizonte bajo la premisa medioambiental. En este caso, la cumbre del G20, bajo presidencia italiana, que se celebrará en Venecia el próximo 11 de julio, aunque en este caso, aún no ha trascendido la agenda a tratar entre las principales economías mundiales y que puede ser indicativa de lo que pasará en la COP26 del próximo noviembre en Glasgow.

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