La Unión Europea quiere romper su dependencia del gas ruso
Prevé establecer un plazo definitivo para poner fin a los contratos de importación de gas natural a largo plazo como parte de su transición ecológica
La Unión Europea prevé establecer un plazo definitivo para poner fin a los contratos de importación de gas natural a largo plazo como parte de su transición ecológica, un revés para el principal proveedor, Rusia.
Según documentos a los que ha tenido acceso Bloomberg, el brazo ejecutivo del bloque quiere impedir que esos contratos se prorroguen más allá de 2049 como parte de una profunda revisión de sus mercados energéticos. La Comisión Europea también propondrá medidas para reforzar la seguridad del suministro, ya que el bloque se enfrenta a precios récord y a una grave escasez este invierno.
El plan, que se publicó el miércoles, fue en contra de las peticiones de Rusia, que suministra aproximadamente un tercio del gas que necesita Europa. El país, que está aumentando la presencia de sus tropas en la frontera con Ucrania, lleva mucho tiempo defendiendo los contratos a largo plazo y ha pedido en repetidas ocasiones a la UE que firme más acuerdos de este tipo como condición para prorrogar un contrato de suministro para transportar el combustible a través de su antiguo socio de la Unión Soviética tras 2024.
En respuesta a la preocupación de algunos Estados miembros de que el Kremlin utilice el gas como arma política, la propuesta del ejecutivo de la UE también permitirá a las naciones reaccionar de manera más eficaz en caso de crisis.
La cumbre de Bruselas
Los jefes de gobierno de la UE debatieron las medidas previstas en una cumbre en Bruselas el 16 de diciembre. Los riesgos para Europa están aumentando este invierno, ya que las reservas de gas han caído a mínimos históricos para esta época del año y no se vislumbra el fin de la crisis.
El aumento de la tensión entre Rusia y Ucrania amenaza con dificultar aún más el suministro, lo que incrementa el riesgo de que la crisis energética se prolongue hasta el próximo período de calefacción.
Polonia afirmó la semana pasada que esperaba que el mercado del gas siguiera presentando volatilidad hasta que se tomara una decisión definitiva sobre el controvertido proyecto del gasoducto Nord Stream 2, que enviaría más gas ruso a Alemania.
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha afirmado que «hará todo lo posible» para evitar que Moscú utilice el enlace para entorpecer los flujos a través de Ucrania, mientras que el líder de Bielorrusia ha reiterado sus amenazas de interrumpir el suministro si Occidente presiona con sanciones con respecto a una disputa sobre los migrantes.
Con el fin de aumentar la capacidad de resistencia de la UE, la Comisión quiere proponer un enfoque más estratégico relativo al almacenamiento de gas, que incluya medidas para garantizar un alto nivel de llenado al comienzo del período de calefacción.
A la hora de evaluar el riesgo a nivel regional, los estados miembros tendrán que incluir un análisis de sus niveles de almacenamiento de gas y de los posibles riesgos relacionados con la seguridad del suministro, también en aquellos casos en los que el almacenamiento sea propiedad de empresas extranjeras.
Medidas contra los riesgos
Si se detectasen riesgos, tendrán que introducir medidas para paliar dichos riesgos, tales como obligaciones de almacenamiento mínimo, licitaciones o subastas. La propuesta prevé asimismo la adquisición conjunta y voluntaria de reservas estratégicas de gas por parte de los gestores de redes de transporte. Estas reservas podrían liberarse en caso de emergencia.
La Comisión tiene la política de no comentar los proyectos de ley. Según las propuestas de la Comisión, la solución definitiva a los problemas de seguridad de abastecimiento de la UE pasa por el abandono de los combustibles fósiles.
El aumento de la proporción de gases renovables producidos a nivel interno debería reducir la dependencia de la región con respecto a los combustibles fósiles importados, reforzando su capacidad de adaptación. La UE quiere eliminar los gases de efecto invernadero para 2050, liderando así la lucha mundial contra el cambio climático.