Las 4 dudas que deprimen a Solaria
La escasez de mano de obra, los retrasos administrativos o la incertidumbre de los precios son algunos de los factores que penalizan a Solaria
El proyecto renovable de Solaria no termina de convencer a los inversores. Desde que la compañía presentó sus resultados anuales hace apenas una semana, la cotización sigue estancada en los 17 euros, aun cuando las cifras superaron las estimaciones del mercado.
Más allá de los resultados, los inversores despejaron pocas dudas respecto a la trayectoria del grupo en 2023, un año en el que sobre el papel debería ser favorable gracias al impulso de la transición energética.
De entrada, la compañía mantuvo el objetivo de alcanzar 6.200 MW de capacidad instalada en 2025. Asumiendo que en el primer trimestre del año que viene entre en funcionamiento el parque de Garoña (en proyecto, pero todavía sin autorización administrativa), el grupo alcanzaría una capacidad de 2.800 MW.
Esto supone que Solaria tendría que poner en funcionamiento con nueva capacidad unos 3.400 MW entre 2024 y 2025, “lo cual es algo que no han conseguido ningún año”, explicaron los analistas de Banco Sabadell.
De hecho, este es el problema que desde hace tiempo viene lastrando a Solaria, la falta de visibilidad respecto a sus planes futuros de capacidad.
Además, el grupo firmó un acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones para obtener financiación por 1.700 millones de euros, lo que tampoco animó a los inversores.
La rueda administrativa que ralentiza a Solaria
En opinión de los analistas de Barclays, hay cuatro incertidumbres que pesan sobre la compañía y “lastran su historia de crecimiento”.
Por un lado, “la compañía todavía debe obtener autorización para algunos proyectos”, explicaron en el banco británico. Es el caso del gran parque fotovoltaico que Solaria está construyendo en Garoña (Burgos).
Por ahora, la compañía tiene el visto bueno para el informe de declaración ambiental, pero necesita la aprobación del Ministerio para la Transición Ecológica y del Ministerio de Industria antes de iniciar la última fase administrativa. La licencia de obra se espera para el tercer trimestre de este año.
Los retrasos en los permisos por parte de la administración son un problema recurrente en Solaria, el principal freno al crecimiento del grupo.
Escasez de mano de obra
Por otro lado, “la escasez de mano de obra sugiere que podría haber más retrasos”, estimó Barclays. La fuerte demanda de personal cualificado en el sector de las instalaciones solares es la que genera esta incertidumbre.
La dirección argumentó que la empresa tiene actualmente más de 1.000 personas trabajando en las obras de construcción. Sin embargo, Barclays cree que “la mayoría de la fuerza laboral son subcontratistas, ya que solo hay 191 empleados en Solaria en 2022, de los cuales 114 son nuevas contrataciones", según el último informe de sostenibilidad de la compañía.
“La dependencia excesiva de los subcontratistas podría provocar retrasos en los proyectos e inflación de costes, especialmente cuando hay escasez de mano de obra”, explicaron los analistas.
De esta forma, las fuentes consultadas pronosticaron que Solaria alcanzará este año los 2,1 MW de capacidad instalada, dentro del rango más bajo de la guía ofrecida por la empresa.
Incertidumbres de precios
La tercera duda que se cierne sobre Solaria gira en torno a la incertidumbre de los precios de mercado, lo que implica que el grupo pueda operar “con una gran exposición comercial a corto plazo”.
Dado que la volatilidad puede ser excesiva, en Barclays creen que llegó la hora de moverse con cautela, al menos hasta que lleguen más detalles en el ‘Día del inversor’ que Solaria celebrará en junio.
Finalmente, las fuentes consultadas destacaron que “es poco probable que se produzca una venta de activos a corto plazo”. La empresa anunció en septiembre un plan de rotación de activos, pero los actuales precios de la energía sugieren que la venta será difícil de alcanzar, explicaron los analistas.
Dado que se espera un gran gasto de capital para este año impulsado por el alto crecimiento de la capacidad, “el balance podría tensionarse, especialmente si los proyectos se retrasan”, añadieron las fuentes.
Presión bajista
Con estas dudas sobre la mesa, Solaria es una de las cotizadas del IBEX 35 que más presión bajista soporta.
En concreto, hasta tres fondos tienen el 3 por ciento del capital en posiciones cortas, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Se trata de Helikon Investments, que tiene en corto el 1,8 por ciento, AHL Partners, con una posición bajista del 0,61 por ciento y Citadel Advisors, con el 0,59 por ciento.
El gran desembarco de los fondos bajistas se produjo el verano pasado, cuando las ventas del principal accionista de Solaria (la familia Díaz-Tejeiro) con la acción en máximos desataron una oleada de posiciones cortas.