Las apuestas de las gestoras en la carrera del hidrógeno verde
El hidrógeno verde ofrece una solución a largo plazo para hacer más sostenible a sectores como el transporte y ofrece oportunidades de inversión
El hidrógeno verde ha irrumpido en la carrera de la transición energética como una opción a largo plazo, que cada vez más gestoras tienen en cuenta.
Esta fuente de energía proviene de la electrólisis del agua. Es decir, está generada a través de corriente eléctrica por renovables como la solar y la eólica. Su ventaja: no produce emisiones de carbono, lo que la convierte en una de las alternativas más sostenibles.
Los planes de la Unión Europea han marcado un objetivo para alcanzar una capacidad de 80 gigavatios (GW) en 2030. La Eurocámara asestó este miércoles un golpe al plan Fit for 55, eje central de la descarbonización del bloque comunitario, al retrasar la aprobación de esta estrategia.
Pese a las incógnitas que se abren ahora, otro plan, Repower EU, contempla el hidrógeno verde como una de las fuentes imprescindibles en la transición, con estimaciones que apuntan a un volumen de 44.000 millones de euros en inversiones. Una suculenta oportunidad para captar capital por parte de los administradores de activos.
Sectores que se beneficiarán
La gestora Pictet AM tiene una apuesta firme por el hidrógeno verde a través del fondo Pictet Clean Energy. “Es la solución más sostenible, y viable a gran escala como almacén de exceso de energía renovable, dado que la red no puede hacer frente a avalanchas de suministros en periodos excepcionalmente soleados o ventosos”, explica Xavier Chollet, gestor del fondo.
El almacenamiento de otras energías renovable es especialmente importante en la etapa de transición hacia las cero emisiones. A corto plazo, el hidrógeno verde puede ayudar a solventar, por ejemplo, necesidades de los servicios públicos. Chollet afirma que en algunos proyectos, como los de energía solar, incluyen cada vez más instalaciones de almacenamiento con baterías.
Almacenar la energía, sin embargo, plantea desafíos, ya que la infraestructura necesaria es costosa en la mayoría de soluciones disponibles. No en el caso del hidrógeno.
Hay electrolizadores, detalla Chollet, que pueden funcionar todo el día para producir hidrógeno con energía renovable. Así, se puede almacenar en forma de gas o líquido a alta presión o en frío. “Puede convertirse en un nicho viable, aunque se necesita mayor progreso para que sea competitivo”, apunta el gestor.
También el sector del transporte será uno de los beneficiados, ya que la industria automovilística trabaja en el desarrollo de las pilas de combustible, cuyo ‘carburante’ es el hidrógeno verde.
La rentabilidad llegará
Pictet apuesta en su fondo por una exposición indirecta a la industria del hidrógeno. Las inversiones se vehiculan en empresas de servicios públicos en transición hacia energías renovables. Pero evitan las compañías volátiles; aquellas dedicadas exclusivamente a hidrógeno.
“Estas compañías han llegado a perder dinero estos años, a pesar de que forman parte de las principales posiciones en algunos ETF”, afirma Jennifer Boscardin-Ching, especialista del equipo del fondo de Pictet AM.
En 2020, el precio del hidrógeno verde llegó a multiplicarse por nueve veces, cotizando a 200 veces la ratio de valor/beneficio de explotación. “Así que no hemos invertido en estas compañías”, recuerda la gestora.
En su lugar, empresas como NextEra Energy, RWE y Analog Devices, con un modelo de negocio más diversificado y no centrado en hidrógeno, son las mayores posiciones de la cartera del fondo. Este año, en plena crisis energética por la crisis de Ucrania, el Pictet Clean Energy ha perdido un 15 por ciento.
Los altos costes de infraestructura y el contexto de los mercados ha dejado, hasta el momento, una pérdida de rentabilidad generalizada en los productos de hidrógeno. Sin embargo, los gestores se acogen al plan Repower EU, que establece un objetivo de 10 millones de toneladas de producción de hidrógeno renovable, y otros 10 millones en importaciones para 2030 para reemplazar a los combustibles fósiles.
“De hecho, la Comisión Europea pondrá en marcha diversos incentivos para apoyar la adopción del hidrógeno verde por la industria, impulsando la descarbonización”, detalla Boscardin-Ching.
España, la gran oportunidad
La gestora austríaca Erste AM también invierte en hidrógeno verde a través de dos fondos: Erste WWF Stock Environment y Erste Green Invest. Líderes renovables globales como Enphase y SolarEdge son dos de las mayores posiciones en ambos. Pero también forman parte cotizadas españolas.
“Hay muchas empresas españolas que están a la cabeza de las renovables y que también están estudiando la producción de hidrógeno”, explica Alexander Weiss, gestor de la estrategia de Green Invest.
Señala a Iberdrola o a Acciona Energía, que recientemente llegó a un acuerdo para conformar una joint venture con Plug Power, uno de los líderes del mercado renovable de Estados Unidos. También Repsol, principal impulsor del proyecto Shyne, “que planea descarbonizar la economía a través del hidrógeno renovable”, detalla Weiss.
A su juicio, desde el punto de vista económico se beneficiarán todas las empresas relacionadas con el hidrógeno, desde los productores de electrolizadores, los productores de hidrógeno verde y los facilitadores del transporte. “Es un momento decisivo, y el hidrógeno se encuentra en el mismo lugar que la energía solar y la eólica hace 5-10 años”, apunta el gestor de Erste.
Weiss alude también a los “ambiciosos” objetivos europeos, aunque estos “solo serán posibles con subvenciones”. España, de esta forma, ocupa un lugar privilegiado.
“Después de haber visitado recientemente parques eólicos y solares en España, es uno de los países mejor posicionados para las renovables. El sol brilla (casi) siempre y hay mucho viento. Hay tanto sol que a veces produce demasiada energía, lo que provoca precios negativos”, argumenta.
Esas fases son las que podrían utilizarse para producir hidrógeno verde, al quitar tensiones a la red energética y actuando como una forma “inteligente” de usar y almacenar el exceso energético.