Inversiones vitales en la ruta net zero
El camino hacia la descarbonización es largo y requerirá ir moviendo las posiciones para adaptarse a las necesidades de cada momento. Esta es la apuesta de JP Morgan
Las inversiones ganadoras en la ruta hacia las cero emisiones se pueden encontrar en todos los sectores, pero exige una búsqueda innovadora por parte de la industria de la gestión de activos.
Esta es la principal conclusión a la que han llegado los analistas de JP Morgan, que este martes presentaron su informe sobre los retos que pueden encontrar los inversores a la hora de apostar por la descarbonización. “La transición energética es un proyecto especialmente complejo que obliga a trabajar duro para encontrar a los posibles ganadores”, señala Jennifer Wu, directora global de inversiones de JP Morgan AM.
Así, las empresas que se centren en soluciones climáticas y una transición “justa” y las compañías que implementen nuevas soluciones tecnológicas para combatir los riesgos climáticos son algunas de las claves a tener en cuenta.
En la actual fase incipiente de la descarbonización, la captura de carbono o el hidrógeno verde son las tecnologías preferidas por JP Morgan. Para la fase de adopción masiva, las estaciones de carga para vehículos eléctricos y las infraestructuras centrarán las inversiones, mientras que en la fase madura las inversiones se orientarán a mejorar la eficiencia.
Pero cobra especial importancia una nueva temática, la biodiversidad, por la oportunidad de diversificación que ofrece esta temática.
Biodiversidad, la gran oportunidad de financiación
La biodiversidad tendrá especial relevancia en las carteras al estar “estrechamente relacionada” con el cambio climático: entre un 11 y un 16 por ciento de la pérdida de ecosistemas se debió al calentamiento global, mientras que una quinta parte de las emisiones contaminantes en 2021 contribuyeron a la deforestación, siguiendo los datos de un informe de Citi citados en la presentación.
Aunque la biodiversidad dejará “perdedores en el camino”, según Jennifer Wu, representa una brecha de financiación de 711.000 millones de dólares anuales.
En este punto, tres sectores centran la atención. En primer lugar la construcción, cuyas oportunidades que podrían alcanzar los 4 billones de dólares en la próxima década, con empresas que apuesten por economía circular y por los denominados ‘edificios verdes’ como las más atractivas.
La agricultura moverá 2,5 billones de dólares, con el foco en la restauración de los ecosistemas y en la reforestación de los bosques. Este último, supone una “clase de activo completamente nueva que puede contribuir a la mitigación del cambio climático”, según JP Morgan.
El sector de la alimentación y las bebidas, representa oportunidades por valor de 1,5 billones de dólares, mientras que en este caso las empresas con mejores perspectivas serán aquellas centradas en las estrategias de ganadería y en la certificación de materias primas.
Solo estos tres sectores representarán más de la mitad (52 por ciento) de la brecha de financiación que se abre con la apuesta por la biodiversidad.
Las inversiones con el mejor rendimiento serán aquellas que tengan mejores planes para combatir el cambio climático a largo plazo, según el banco de inversiones, basándose en los rendimientos obtenidos por algunas de las cotizadas más ‘verdes’ de los Estados Unidos.
JP Morgan destaca acciones como las de Tesla, SolarEnergy y First Solar, entre otras, por haber superado con creces el rendimiento de sus respectivos sectores en el último año.
La regulación, a tener en cuenta en 2022
Aún con los avances para la reducción de emisiones que distintos Gobiernos y cada vez más sectores contaminantes han registrado, JP Morgan remarcó la importancia del cambio de escenario regulatorio que traerá el nuevo año.
El año pasado, las nuevas necesidades de la comunidad inversora; la globalización de la divulgación ESG y el cambio climático fueron los temas que dominaron el mercado.
Pero ahora el banco pone el foco en la regulación. Así, las claves que marcarán las inversiones este año tendrán que estar alineadas con la nueva taxonomía de la Unión Europea y con el denominado Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), el modelo creado por The Financial Stability Board (TSB) como estándar global ligado a la sostenibilidad.
La mayor regulación beneficiará además a la deuda sostenible gracias a la implementación de los estándares de bonos verdes en la UE. “El mercado seguirá creciendo, pero con más escrutinio y control sobre la calidad”, apuntan desde el banco.