Las petroleras siguen a Repsol y abandonan Rusia
Compañías como BP y Equinor ya han anunciado su adiós y la siguiente puede ser Shell. Repsol salió del país en enero, adelantándose al grueso del conflicto
El sector petrolero se está moviendo tras el ataque de Rusia a Ucrania. Mientras se definen las sanciones al Ejecutivo de Vladímir Putin, algunas grandes empresas del sector anuncian que deshacen posiciones, mientras que otras se plantean
La británica BP y la noruega Equinor anunciaron su salida del país tras la ofensiva de las tropas rusas. Repsol ya lo había hecho en enero en el marco de su Plan Estratégico a 2025.
A principios de enero, la española anunció su salida completa del país a Evrotek-Yugra y ASB GEO, para vender sus últimos activos en el país a Gazprom Neft, la filial petrolera del gigante gasístico Gazprom. La operación estaba prevista que se cerrara este primer trimestre.
A ellas se ha sumado Shell, que estudiaba de cerca la situación, mientras que uno de los pesos pesados de Estados Unidos, Chevron, valora medidas.
Por su parte, Exxon, el otro líder del mercado americano, permanece en silencio por su exposición al mercado ruso.
El castigo de las petroleras llega después de que se tomen medidas similares en otros segmentos de mercado. En la industria de la gestión de activos, una de las primeras entidades en sumarse, este lunes, fue el fondo soberano noruego Norges, que presionado por su Gobierno anunció el cese de sus inversiones.
Se trata de una herramienta que cada vez va ganando más peso entre la inversión responsable para responder a este tipo de conflictos. Algo que ya se vio el año pasado tras el golpe de Estado en Birmania, tras el que un amplio abanico de empresas anunciaron sus desinversiones. Para muchas, ahora es el momento de abandonar Rusia.
BP y Equinor no titubean; Shell, sí
Algunas no han dudado en hacerlo en la primera semana de escalada del conflicto. A pesar del golpe económico que supone para sus negocios.
Es el caso de BP, que anunció a última hora del domingo la venta de su participación del 19,75 por ciento en la petrolera estatal rusa Rosneft. El paquete estaría valorado en 15.000 millones de dólares, según los datos al cierre de 2021, y supone para la petrolera británica desprenderse de una gran parte de sus reservas de gas y petróleo.
“Estoy profundamente consternado por la situación que se desarrolla en Ucrania. Nos ha llevado a repensar fundamentalmente la posición en Rosneft”, dijo Bernard Looney, director ejecutivo de BP. Las acciones cayeron un 6 por ciento el lunes, aunque llegaron a perder más de un 7 por el posible impacto crediticio. Sin embargo, la compañía tiene soluciones para amortiguar el golpe en su modelo de negocio.
“Tiene solidez y margen por encima de los objetivos para absorber una venta forzosa de Rosneft, y el aumento del flujo de caja excedente puede reparar el daño a finales de año”, explican en Bloomberg Intelligence.
De acuerdo a los analistas, la pérdida de la participación de 15.000 millones aún puede tener consecuencias, a menos que BP limite las recompras de acciones a los actuales 4.000 millones de dólares anuales y use el excedente de efectivo para reducir la deuda.
Equinor se sumó a BP el lunes, forzada por su Gobierno al igual que con Norges. La petrolera anunció el cese de operaciones en Rusia tras más de 30 años, así como el cese del acuerdo que mantenía con Rosneft desde 2012.
“Nuestra principal prioridad en esta difícil situación es la seguridad de nuestra gente”, dijo Anders Opedal, presidente de una compañía que al cierre de diciembre controlaba 1.200 millones de dólares en Rusia a través de diferentes ‘joint ventures’.
Shell, por su parte, anunció a la estela de Equinor y BP que deshizo su posición del 27,5 por ciento del proyecto Sakhalin-2, una de las iniciativas más ambiciosas de gas en alta mar de Gazprom, la mayor petrolera rusa. Este era el único activo con el que contaba la petrolera anglo-neerlandesa en Rusia, por lo que la compañía confirmó de esta forma su salida del país.
Exxon y Chevron, a la espera
Los movimientos en el sector tuvieron un impacto negativo en otras petroleras con presencia en Rusia, según los analistas de Bankinter.
Las acciones de TotalEnergies también se desplomaron un 6 por ciento por el efecto del conflicto. La compañía francesa cuenta con un 19,4 por ciento de participación en Novatek, el segundo mayor productor de gas natural de Rusia, y le supone alrededor de un 5 por ciento de la producción de petróleo de TotalEnergies y un 30 por ciento de la de gas.
Pese a la exposición al mercado ruso, es otra de las grandes petroleras que aún no se ha pronunciado.
Tampoco Repsol, pero debido a que la energética española ya no tiene presencia en Rusia tras anunciar, el pasado enero, su salida del país por ser incompatible con el cumplimiento de su plan estratégico renovable a 2025. Sus últimos activos eran las participaciones en las filiales de Gazprom Evrotek-Yugra y ASB GEO, y por cuya venta Repsol se pudo embolsar unos 260 millones de euros.
Exxon tiene alrededor de 4.000 millones de dólares en activos, pero la gerencia de la petrolera ignoró el conflicto en la última ‘conference call’ con analistas de la semana pasada. Tampoco se han pronunciado habituales activistas como Engine No. 1, una de las plataformas que más ha presionado para la descarbornización de Exxon. La compañía es uno de los principales inversores del proyecto Sakhalin-1
Chevron, en un comunicado lanzado el pasado jueves, dijo que está “siguiendo la situación” en Rusia y que tomaría “las medidas necesarias para continuar satisfaciendo las necesidades del mercado”, sin que por el momento haya precisado si incluirían las desinversiones o el cese de operaciones en el país.