Los datos climáticos imprescindibles para cotizar en Wall Street

La SEC quiere que todas las cotizadas midan sus emisiones en distintos alcances o difundan sus planes de transición. Si sale adelante su propuesta, el calendario de implementación será paulatino

Paso de gigante de Estados Unidos en la normativa medioambiental. La SEC, regulador de los mercados de valores estadounidense, ha publicado esta semana su esperada propuesta con las exigencias de divulgación a las cotizadas.

Supone un punto de inflexión para tratar de fomentar los compromisos climáticos entre las cotizadas y ahora entra en fase de consulta. La SEC quiere que sea aplicable a todas las cotizadas, tanto a las estadounidenses, como a las extranjeras.

Se trata, además, de un primer gran avance en materia de datos climáticos desde la llegada de Joe Biden a la presidencia de la Casa Blanca, y una respuesta a la demanda de más información por parte de la comunidad inversora. 

Precisamente, el supervisor bursátil sigue la estela de otras normativas como el TCFD, que llegó tras la presión tanto de inversores institucionales como por parte de los activistas climáticos.

La SEC centra el foco en los riesgos y la divulgación relacionados con el clima y el impacto de las empresas en el medioambiente, pero también supervisará con un mayor énfasis cuestiones relacionadas con la gestión de esos riesgos por parte del consejo, así como las métricas usadas por las empresas.

Reglas para todas las cotizadas

Las once reglas propuestas tienen como objetivo “mejorar y estandarizar” la regulación climática para “abordar las necesidades” de los inversores, según explica la SEC. “Muchos emisores buscan proporcionar esta información para satisfacer la demanda de los inversores. Las reglas propuestas ayudarían a divulgar estos riesgos de manera más eficiente”, detalla.

El organismo requerirá la información en base a once puntos. El primero pasa por revelar cómo los riesgos climáticos identificados tienen impacto en el negocio y en el resultado financiero, tanto a corto, como a medio y largo plazo. Y también cómo estos riesgos han afectado o cómo pueden afectar a la estrategia, al modelo de negocio y a las perspectivas de la propia compañía.

Las empresas deberán detallar cómo los procesos para identificar, evaluar y gestionar esos riesgos climáticos, y si esos procesos están integrados en la gestión de los mismos.

Si las empresas cuentan con un plan de transición energética, la SEC exigirá una descripción de dicha estrategia que incluya las métricas y objetivos relevantes utilizados.

Si, por su parte, las entidades utilizan análisis de distintos escenarios para evaluar la resiliencia de sus estrategias comerciales a los riesgos climáticos, deberán remitir al regulador la descripción de dichos escenarios y todos los parámetros, supuestos, análisis e impactos financieros que proyecten.

Carbono y emisiones, piedras angulares

Para aquellas entidades que usen un precio interno del carbono, deberán dar información sobre él y sobre cómo se establece.

Otro de los puntos propuestos obligaría a las cotizadas a arrojar luz sobre el impacto de eventos meteorológicos “severos” y las actividades de transición en los balances financieros, así como estimaciones y supuestos que formen parte de los mismos.

Respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), un apartado que cada vez más empresas divulgan, la SEC quiere que se divulguen por separado las emisiones directas, denominadas Scope 1, y las relacionadas con la compra de energía, denominadas Scope 2, y deberán ser detalladas tanto en volumen de gases desagregado, como en términos absolutos. La principal novedad es que no se podrán incluir compensaciones.

En cuanto a las Scope 3, aquellas emisiones que se generan en la cadena de valor, y uno de los aspectos que más opacidad sigue generando, la SEC deja la opción a que se comuniquen “si son importantes” o si la empresa cuenta con un objetivo que incluya la reducción de este tipo de emisiones. La divulgación estará sujeta a las mismas condiciones que las Scope 1 y 2.

Más detalles sobre las metas climáticas

Por último, la SEC dedica un apartado especial a aquellas empresas que han establecido metas climáticas, a las que exigirá una divulgación más detallada.

En primer lugar, las cotizadas tendrán que revelar el alcance de sus actividades y emisiones incluidas; esto es, el horizonte temporal definido en el que se pretende lograr esos objetivos. También cómo tienen la intención de conseguirlos.

El supervisor asimismo requerirá los datos relevantes para determinar si las entidades están progresando hacia el cumplimiento de sus metas climáticas y más detalles, de forma anual, sobre sus avances.

También pedirá conocer si se han utilizado compensaciones de carbono o certificados de energía renovable (REC, por sus siglas en inglés) como parte de sus planes de transición climática.

Entre la información que las empresas deberán dar a conocer se incluye la reducción de carbono que representan las compensaciones o la cantidad de energía renovable generada con ellas.

“Con esta propuesta, la SEC está respondiendo a la necesidad de los inversores de informes claros, consistentes y comparables de las empresas para dar información de inversión útil”, dijo en un comunicado la plataforma Ceres, una de las más activas en materia climática de los Estados Unidos.

Según los activistas, así se “garantizará que los mercados financieros puedan valorar y actuar adecuadamente sobre los riesgos físicos y de transición”.

En la propuesta, la SEC abre un periodo de transición para las cotizadas. Los primeros cambios entrarían en vigor desde diciembre de este mismo año, mientras que la aplicación de algunas de las exigencias que vayan incorporando las cotizadas se extenderá a lo largo de esta década, siendo el año 2028 el último para implementarlas. Puede consultar aquí todo el calendario.

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