Todas las emisiones de deuda tendrán un componente de sostenibilidad en el futuro
Société Générale, uno de los principales actores en deuda sostenible, prevé una gran demanda para el primer bono 'verde' del Tesoro español
El año 2021 se perfila como un ejercicio clave para afianzar el crecimiento y la consolidación de los productos de inversión con enfoque ESG (Environmental, Social & Corporate Governance). Hasta un punto en el que están a un paso de convertirse en el estándar que exijan los inversores.
Así lo ve Société Générale. Su director de Mercados de Capitales en España, Fernando García explicaba este miércoles que “cada día” se lanzan al mercado nuevos productos y que caminan en dirección a convertirse en el estándar del conjunto del mercado.
“No será en 2021, pero es la tendencia clara” y es hacia donde camina “el grueso del mercado”, indicó el responsable de la firma en un encuentro con medios de comunicación.
De esta manera, y de forma progresiva durante los próximos años, esos componentes de sostenibilidad no serán una opción, sino que estarán presentes en todos los productos de inversión que se lancen al mercado, ya sea con un enfoque medioambiental, de compromiso social, o de gobernanza.
Y, dentro de esta opción de inversión responsable, hay un cambio de tendencia, percibido de forma generalizada y consecuencia de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Si hasta ahora los productos ESG estaban enfocados en un ángulo ‘verde’, de criterios medioambientales, ahora los productos ESG caminan hacia el componente social.
Hay que recordar que Société Générale actuó el pasado año como estructurador de la emisión de bonos sociales del ICO y en la emisión del bono social Covid-19 de BBVA, de 500 y 1.000 millones de euros, respectivamente.
Además, la banca europea mantiene el liderazgo en el mercado de bonos verdes, que en el conjunto de 2020 alcanzó los 230.000 millones de dólares, según Bloomberg.
Entre las diez entidades más relevantes en este tipo de emisiones, cuatro correspondían a la eurozona: BNP Paribas, Crédit Agricole, Deutsche Bank y Société Genérale. Esta última con un volumen de bonos verdes por valor de 7.456 millones de dólares.
Los bonos con enfoque ESG atraen una mayor demanda en comparación con los bonos convencionales
La relevancia de la S de la ESG la apuntaba también, hace unos días, a SOCIAL INVESTOR , Gonzalo Gómez Retuerto, director general de BME Renta Fija, quien explicaba que “el interés por este tipo de activos se encuentra en todo tipo de emisores”.
“Vemos un muy marcado carácter social”, incidía Fernando García, tanto por parte de los productos que lancen las entidades financieras como los de las Administraciones Públicas.
Y, sobre todo, con el enfoque de recuperación social para hacer frente a las consecuencias de la pandemia de coronavirus. En este sentido, el responsable de Mercados de Capitales de Société Générale apuntaba dos enfoques de estos productos, la financiación de viviendas y la recuperación económica.
Apetito por el bono verde español
En el terreno de la E de la ESG una de las pruebas de fuego de 2021 será el primer bono verde que lance España en el recta final del año.
Una emisión sindicada que estará entre los 5.000 y los 10.000 millones de euros y que, previsiblemente, se realizará en septiembre u octubre, según adelantó Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro.
“Es imposible saber cómo están los mercados en el cuarto trimestre del año”, apuntó el director de Mercados de Capitales de Société Générale. “Pero siempre hay interés”.
“En un contexto de crecimiento diario de todos los fondos de carácter sostenible y, en ausencia de disrupciones, es muy posible que salga muy bien y que sea un exitazo”, auguró.
Y a más interés, menos coste
En sus perspectivas para 2021, la firma apunta que cada vez hay más apetito inversor “enfocado exclusivamente en inversiones ESG”.
Y, a más interés, menor coste. “Esto ha generado que los bonos con enfoque ESG atraigan una mayor demanda en comparación con los bonos convencionales, lo que favorece a este tipo de inversiones un ahorro de costes estimado de alrededor de 5-10 puntos básicos”.
Los movimientos por venir
Ese apetito por los bonos con componente ESG va en aumento porque, actualmente, hay, al menos, 14 países que han indicado su intención de realizar nuevas emisiones, según recoge el informe ‘Sovereign Green, Social, and Sustainability Bond Survey The ultimate power to transform the market”, elaborado por la iniciativa Climate Bonds y HSBC.
Este informe refleja que, hasta noviembre de 2020, 22 Gobiernos emitieron bonos bajo criterios ESG por importe global de 96.000 millones de dólares.
Va a ver más movimientos porque ocho países de economías avanzadas -que ya han apostado por estos productos sostenibles como vía de financiación- prevén realizar nuevas emisiones en un plazo inferior a dos años.
Entre ellos, el informe cita como futuros emisores a Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo y Hong Kong. A esos países se sumará no sólo España, también Italia; además del Reino Unido y Canadá.
Hasta noviembre de 2020, 22 Gobiernos emitieron bonos bajo criterios ESG, por importe global de 96.000 millones de dólares
Eso en cuanto a países con economías avanzadas porque los Estados emergentes también apuestan por esta vía de financiación, como Nigeria, Egipto o países de la Unión Europea, que el informe incluye dentro de esta categoría, como Polonia, Lituania o Hungría.
Un enfoque de bonos soberanos ESG que compensa a los estados, independientemente de la situación de sus economías, porque el coste que puedan tener queda compensado por el apetito del mercado, así como por la visibilidad y la reputación que se logra con ellos.
Unos bonos donde, hasta el momento, ha predominado el componente medioambiental, con el compromiso de los Estados de mitigar el cambio climático y reducir sus emisiones contaminantes de cara al año 2050.
“Cumplir los objetivos del Acuerdo de París requiere, no solo hacer más ecológicos unos pocos sectores, sino la transición una economía en su conjunto, hacia un camino que esté en línea con el carbono neto cero para 2050. El mercado soberano de bonos ESG es clave para facilitar esa transición económica”, concluye el informe.