Las nuevas exigencias climáticas del Comité de Basilea para la banca
El Comité de Basilea publica 18 criterios climáticos a cumplir por la banca, que afectan a áreas tan diversas como la gobernanza o los riesgos. También pone deberes a los supervisores
Los bancos europeos deberán adoptar nuevos compromisos en materia climática para cumplir con las exigencias regulatorias.
El Comité de Basilea emitió este miércoles una guía con 18 principios que cubren aspectos de gobierno corporativo, controles internos y evaluación de los riesgos ambientales.
Con su nuevo programa, el regulador bancario espera “mejorar la gestión y las prácticas” de las entidades a la hora de abordar los riesgos financieros relacionados con el clima.
Más responsabilidad para el consejo
Entre algunos de los principios que el Comité de Basilea espera implementar “lo antes posible” destacan más responsabilidades para las cúpulas de las entidades.
Por ejemplo, a la hora de ejercer una supervisión “eficaz” de los riesgos o delegando en otros miembros o comités específicos esas labores.
Los bancos también tendrán que desarrollar un “proceso sólido para comprender y evaluar” los impactos potenciales del clima.
También deberán garantizar que los sistemas y procesos de gestión de esos riesgos tengan en cuenta el impacto climático en las operaciones.
El regulador también recomienda el análisis de distintos escenarios. Al igual que los test de estrés a los que algunos países ya someten a sus entidades bancarias, los escenarios podrían ayudar a evaluar “la resistencia de los modelos comerciales y sus estrategias” ante una variedad de caminos posibles en función de cómo avance el cambio climático.
Exigencias para los supervisores
Las responsabilidades no acaban ahí, y no se limitan a las entidades. El informe marca que los supervisores, es decir, organismos como el Banco Central Europeo (BCE), deben asegurarse disponer de recursos y capacidades adecuados para evaluar la gestión de los bancos de los riesgos financieros.
Se trata de una nueva forma de examinarlos. Por ello, los supervisores deberán determinar qué bancos pueden identificar y administrar adecuadamente los riesgos financieros significativos que se deriven de la lucha climática. Este análisis tendrá que ser incorporado como parte de los marcos de gestión de las entidades.
Asimismo, y cuando corresponda, serán los bancos centrales los que puedan exigir o no a determinadas entidades tener en cuenta el análisis de distintos escenarios.
Algunos ya han comenzado a incorporar el análisis de los riesgos financieros. Por ejemplo, el Banco de España, que incluyó un capítulo, ‘La economía española ante el reto climático’, en su informe anual para este año.
En él se destacan los riesgos de transición climática para la economía española, con sectores como el transporte marítimo, la agricultura y la pesca, claves para el mercado doméstico, como algunos de los más afectados.
Seguimiento de los progresos
Según el Comité de Basilea, los 18 principios han surgido a raíz de diversas consultas a bancos europeos realizadas en noviembre de 2021.
El nuevo programa del regulador ha sido diseñado para que las entidades “puedan adaptarse a una amplia gama de sistemas” de forma “proporcional”, en función del tamaño, la complejidad y el perfil de los riesgos de un sector o de un banco en concreto.
Así, el Comité seguirá los progresos que vayan realizando las entidades con el objetivo de armonizar “sólidas prácticas” entre las distintas jurisdicciones europeas.