Musk reta a los proxy colocando a Tesla en niveles pre covid antes de la junta
ISS insta a castigar al consejo por sus altas retribuciones, pero Musk contraataca asegurando que las entregas -uno de los puntos débiles de la empresa- se acelerarán
Tesla, sus inversores y todos los ‘stakeholders’ del fabricante de coches eléctricos están más que acostumbrados a los vaivenes y la incertidumbre, a previsiones que unas veces se consiguen y otras no y a la hiperactividad de su fundador y CEO, Elon Musk, a través de las redes sociales.
El último fleco suelto apunta a la junta de accionistas de la próxima semana, donde la compañía tiene que dar el visto bueno a la renovación de dos de sus consejeros: James Murdoch, hijo del magnate de los medios Rupert Murdoch; y Kimbal Musk, hermano del también fundador de SpaceX y Paypal.
En el foco están las críticas del asesor de voto, ‘proxy advisor’, ISS a la estructura salarial del consejo de administración de Tesla. Por ello, la firma propone votar este 7 de octubre en contra de los dos únicos consejos que tienen que renovar su puesto.
ISS entiende que los miembros de ese órgano de dirección tienen retribuciones mucho más altas que los de sus competidores y, por tanto, excesivas.
Castigo a los dos consejeros que se votan
En este caso, no se refiere directamente a los salarios de Murdock y del hermano de Musk, sino de otros dos consejeros, la presidenta del órgano de dirección, Robyn Denholm; y Hiromichi Mizuno, ex ‘chief investment officer’ del Fondo de Pensiones Estatal de Japón. Es decir, es un voto de castigo en la persona de los dos consejeros cuya continuidad se vota.
Denholm y Mizuno han percibido retribuciones por valor de 5,76 y 9,23 millones de dólares anuales, respectivamente. Cifras que están por encima, según ISS, de gran parte de las cotizadas estadounidenses. Ambos consejeros, según el ‘proxy’ han recibido "niveles de pago atípicos, sin una justificación convincente".
Actualmente, el consejo de Tesla tiene nueve integrantes, que pasarán a ser ocho si no hay oposición en la junta, dado que el inversor Antonio Gracias deja la dirección. En el pasado ejercicio, Gracias, percibió 1,19 millones de dólares.
Una estructura salarial en la que tiene un alto peso el componente de ‘stock options’, lo que beneficia a los consejeros en el momento que las acciones de Tesla despegan en el parqué.
En concreto, en el pasado ejercicio, Denholm percibió en opciones sobre acciones el equivalente a 5,63 millones de dólares, 9,21 millones en el caso de Mizuno y 1,16 millones para Gracias.
Cerca de máximos en el parqué
Pero, a pesar de las cuestiones ligadas a su buen gobierno corporativo en cuanto a las retribuciones, las acciones de Tesla dejan claro que la compañía, a ojos del mercado, vive un momento dulce.
El título de la automovilística roza los 790 dólares, tras una escalada alcista que, prácticamente, comenzó a mediados de mayo.
De esta forma, la acción de Tesla está próxima a sus máximos históricos, que alcanzó en enero, cuando estuvo cerca de los 885 dólares.
Y, de momento, los inversores confían en su evolución. Un 46,8 por ciento de los analistas que recoge el consenso de Bloomberg aboga por la compra del valor. Mientras, un 27 por ciento se decanta por la venta; y un 25 por ciento, por mantenerla en cartera.
Sin embargo, en cuanto al precio objetivo del citado consenso, a doce meses se estima en 665,8 dólares la acción, un 15,7 por ciento por debajo de la actual valoración de mercado.
Una semana intensa
Tesla presentó en julio los que se consideraron los mejores datos financieros de su historia, con un beneficio neto de más de 1.140 millones de dólares e ingresos de casi 12.000 millones al cierre del segundo trimestre.
Ahora, a punto de concluir el tercero, Tesla afronta lo que el propio Musk ha denominado como la semana más intensa del año.
La compañía ha tenido que asumir un frenazo a la entrega de vehículos por los problemas con la fabricación de microchips, que está afectando a todos los grandes fabricantes. Ahora -coincidencia o no, en vísperas de la junta de accionistas- Musk ha asegurado en una carta a la plantilla que las entregas de vehículos se han acelerado.
No sólo esta semana será "intensa" en entregas de modelos, sino que el cuarto trimestre del año será "mucho más fácil". En este sentido, Tesla no cuenta con concesionarios de terceros lo que, en teoría, le permite un mayor margen de maniobra en la relación con sus clientes y respecto a la cadena de suministro.
Previsiblemente, antes de la junta, Tesla aporte al mercado datos más concretos sobre entregas. Los analistas que recoge Bloomberg apuntan a que, entre julio y septiembre, habrá alcanzado los 221.000 vehículos, frente a los 201.000 del segundo trimestre del año.
Habrá que esperar unos días para ver cómo va el negocio del fabricante de coches eléctricos y en qué sentido responden los inversores a las críticas del ‘proxy’ ISS. Hay que recordar que más del 17 por ciento del capital de Tesla está en manos de su fundador; por delante de gestoras como Vanguard o BlackRock, que alcanzan el 5,8 y el 5 por ciento.