Ni las criptodivisas se libran del activismo climático
El año pasado, la minería de bitcoin consumió tanta energía como Suecia. Esto ha provocado que, durante los últimos años, el activismo haya presionado para reducir el consumo energético. Ethereum ya trabaja en ser más verde
El bitcoin vuelve a estar en el punto de mira del activismo climático por un problema de difícil solución: el elevado y dañino impacto ambiental que causa la criptomoneda más negociada del mundo.
El multimillonario inversor en criptomonedas, Chris Larsen, junto a la organización Greenpeace lanzaron este martes la campaña ‘Change the Code, not the Climate’ (‘Cambiar el código, no el clima’) con el objetivo de presionar a la comunidad bitcoin para cambiar la forma en la que se ordenan las transacciones.
Esta tecnología, denominada Blockchain, consumió el año pasado tanta energía como Suecia, y en cinco años puede consumir tanta como Japón, según explicó Larsen en una entrevista recogida por Bloomberg.
Una campaña a largo plazo
La campaña, en la que participa también Environmental Working Group y más de una docena de plataformas activistas, está diseñada a largo plazo, según explicó Michael Brune, uno de los responsables de la misma.
“Estamos esperanzados, sobre todo porque bitcoin ahora está siendo financiado por entidades e individuos que se preocupan por el cambio climático, por lo que podemos obligar a los líderes a aceptar que este es un problema que necesita ser abordado”, dijo.
“Goldman Sachs, BlackRock, Paypal, Venmo, Fidelity… hay muchas empresas que anticipamos serán útiles para este esfuerzo”, aseguró Brune.
Cuentan con varios factores de apoyo. En primer lugar, por el ruido excesivo generado en algunas comunidades de mineros de bitcoin en los Estados Unidos después de que China prohibiera la minería el año pasado, lo que provocó que muchos se mudasen a Estados Unidos.
Ethereum se prepara para una revisión
Por otra parte, el principal rival de bitcoin, la criptomoneda ethereum, se prepara para una revisión de software que la convertirá en menos contaminante.
Al igual que bitcoin, ethereum usa servidores alojados en macrogranjas de mineros para ordenar las transacciones a través de un proceso denominado ‘proof of work’. Ethereum, por su parte, estudia cambiar a un método diferente, denominado ‘proof of stake’; algo que podría producirse en los próximos meses.
Según algunos cálculos, esto podría reducir el consumo de energía en un 99 por ciento.
“Ahora que ethereum está cambiando, lo de bitcoin es realmente atípico”, señaló Larsen. “Algunos de los protocolos más nuevos, como Solana y Cardano, están ‘minados’ con baja energía”, detalló. El inversor dijo que ha contribuido con 5 millones de dólares para financiar la campaña, en parte porque presiente que bitcoin tendrá menos apoyo de los inversores.
“Quiero que bitcoin y ethereum tengan éxito”, dijo Larsen, que tiene un patrimonio neto de 3.400 millones de dólares, según la lista Forbes, y es presidente ejecutivo y cofundador de Ripple, una casa de intercambio de criptoactivos.
En 2020, la SEC estadounidense demandó tanto a Ripple como a Larsen y otro ejecutivo alegando que “recaudaron más de 1.300 millones de dólares a través de un activo digital con una oferta de valores en curso no registrada”. El caso concluirá este año, pero Larsen dijo que no está lanzando esta campaña para derrocar a una criptomoneda rival.
“Si estuviera preocupado por bitcoin como competidor, probablemente lo mejor que puedo hacer es dejar de seguir este camino, ya que es insostenible”, apuntó. En los últimos años, el magnate aseguró que se ha vuelto a centrar en la filantropía, con cerca de 90 millones de dólares invertidos en distintas causas, muchas relacionadas con el cambio climático.
Por qué es difícil el cambio
Si la campaña funcionará, la historia será diferente. Los mineros de bitcoi se embolsaron 15.000 millones de dólares en 2021, según datos de The Block Research.
Cambiar al método ‘proof of stake’ será importante, aunque tecnológicamente complejo. Ethereum, por ejemplo, ha tardado años en desarrollar y probar el código necesario para el cambio.
Pero lo más importante, quizá, es que muchos fanáticos del bitcoin se muestran inflexibles a cambiar el sistema creado por Satoshi Nakamoto.
“Pondría la posibilidad de que bitcoin alguna vez se mueva a PoS (proof of stake) en exactamente un 0 por ciento”, dijo Chris Bendiksen, investigador en Coinshares y uno de los mayores expertos mundiales en minería de bitcoin.
“Los ‘bitcoiners’ no tienen ganas de destruir la seguridad del protocolo al hacer este movimiento. Eso limitaría su ‘religión’; la herejía, por supuesto, no es un término tecnológico”, dijo.
“Gran parte de lo que está impulsando el mundo cripto es la enorme liquidez que proviene de actores tradicionales del mercado. Y generalmente esas personas no son ‘religiosas’ con estas tecnologías. Solo es cuestión de tiempo”, apuntó.