Powell repite mandato con el cambio climático como asignatura pendiente
El presidente de la Reserva Federal tiene más margen para actuar ahora contra el cambio climático. La duda es si lo hará con elecciones de por medio y su pasado republicano. Presión del mercado va a tener
Jerome Powell repetirá su mandato al frente de la Reserva Federal (Fed) con la inflación como el gran foco a corto plazo de su política monetaria, pero la lucha contra el cambio climático sigue siendo la asignatura pendiente de la economía estadounidense.
El repunte de los precios en los Estados Unidos escaló al 6,2 por ciento en octubre, el peor dato en 30 años.
La magnitud de la cifra centró el primer discurso de Powell el miércoles, tras confirmarse su reelección a comienzos de semana. “Usaremos todas nuestras herramientas”, dijo, y achacó la “explosión” de la tasa a la reapertura “sin precedentes” de la economía y los efectos continuos de la pandemia.
Los críticos con la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de revalidar a Powell, cargan contra la poca relevancia que el dirigente de la Fed otorga a la ecologización de la economía.
Pero esta semana, Powell ya comenzó a hablar de ello en su escueto discurso. “Otras prioridades clave incluyen proteger con atención al sistema financiero y abordar los riesgos cambiantes del cambio climático”. Estados Unidos sigue sin tener fecha para, por ejemplo, su primer test de estrés climático al sistema financiero.
Las prioridades incluyen abordar los riesgos cambiantes del cambio climático
Su rival en la carrera por la presidencia de la Fed, la economista Lael Brainard, no hizo ninguna mención en su discurso, pero sí habló de “garantizar que la economía sea sostenible para las generaciones futuras”.
Pequeñas muestras de cómo podría reorientarse la política monetaria estadounidense en los próximos años, aunque la laxitud en la toma de decisiones aumenta la brecha con Europa.
El BCE y el cambio histórico de su visión
El Banco Central Europeo (BCE) presentó en julio el marco de su política monetaria hasta 2024, con una “hoja de ruta ambiciosa para incorporar con mayor profundidad las consideraciones sobre el cambio climático”, según dijo el organismo.
“El Consejo de Gobierno subraya su compromiso de reflejar las consideraciones de sostenibilidad en su política monetaria”, apuntó.
Los cambios de la política del banco central comunitario se vertebran en seis puntos:
- Análisis macroeconómico más exhaustivo en el que monitorear las implicaciones del cambio climático
- Refuerzo de las estadísticas relacionadas
- Exigencia a los Estados de publicación de datos medioambientales en los colaterales o compras de activos
- Refuerzo de la valoración del riesgo
- Reforma del marco para los colaterales que “garantizará que reflejen todos los riesgos relevantes, incluidos los derivados el cambio climático”
- Cambios en el programa de compra de deuda corporativa, entre ellos, aplicar criterios climáticos en las asignaciones de compras de activos
Además del BCE, el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) ya refleja desde hace meses cambios en su política, principalmente en el programa de compras de activos, al que le ha dado un enfoque más ‘verde’.
Parte de la estrategia pasa por enviar 100.000 millones de dólares (73.000 millones de libras) a los países en desarrollo hasta 2023 para inversiones que desaceleren el cambio climático en estas regiones. Compromiso que reafirmó Rishi Sunak, canciller de Hacienda del Reino Unido, durante su intervención en la COP26.
Sin embargo, Sunak reclamó más colaboración. “La inversión pública por sí sola no es suficiente, por lo que nuestra segunda acción es movilizar la financiación privada”, destacó.
Powell se olvidó del clima en Jackson Hole
La lucha climática pasó desapercibida durante la conferencia de Jackson Hole, en la que anualmente se reúnen los presidentes de las distintas Reservas Federales estadounidenses.
Powell se mostró optimista en torno a la recuperación económica, que dijo ser “más rápida de lo esperado”. Por entonces, la inflación ‘solo’ había marcado máximos de los últimos 13 años en julio, y de nuevo volvió a ser uno de los grandes focos de atención en el simposio junto al ‘tapering’, la retirada del programa de compras de activos activado por la pandemia que finalmente empezará a finales de este mismo año.
“Es probable que las políticas [de la Fed] se inclinen por el lado acomodaticio mientras haya poca claridad sobre las tendencias subyacentes de la inflación”, explica Silvia Dall’Angello, economista senior en la gestora Federated Hermes.
“Sin embargo, la inflación persistente y la falta de progreso en el mercado laboral podrían exigir un cambio de planes y políticas más estrictas antes de que pase mucho tiempo”, detalla la analista, en un escenario que podría propiciar un giro en la hoja de ruta de Powell.
¿Y si no estuviera Biden?
La presidencia de la Fed es un cargo político. La decisión del presidente estadounidense forma parte del proceso, pero un cambio en la Casa Blanca podría repercutir también en un nuevo escenario para el clima.
Powell, de filiación republicana, fue nombrado por Donald Trump hace ahora tres años, mientras que la apuesta de Biden responde a sus preferencias por un reconocido ‘dovish’ en el que la política de tipos cero y el programa de compras en pandemia fueron plenamente aceptados.
Así, la presidencia de Biden expira en 2024, y las elecciones podrían tener más implicación en la visión climática de la economía.
“Estados Unidos no tiene mucho tiempo para cumplir con sus objetivos intermedios, dada la falta de consenso político en torno a la lucha contra el calentamiento global”, señala Gilles Möec, economista jefe de AXA Investment, en un comentario reciente.
“Si los republicanos vuelven a ganar la presidencia en 2024, la próxima aceleración legislativa en el objetivo de cero emisiones podría posponerse, como mínimo, hasta 2028”, advierte el analista, que considera que la ecologización de la economía estadounidense “será una ambición que se reducirá significativamente”.