Rusia interrumpe en la temporada de juntas
Los proxy recomiendan votar en contra de consejeros en compañías con exposición a Rusia. Y las propuestas medioambientales también pueden verse afectadas
La guerra en Ucrania está marcando el comportamiento de los accionistas en la temporada de Juntas Generales por las sanciones impuestas a Rusia.
El efecto se nota especialmente en las propuestas climáticas. De acuerdo con el grupo activista ShareAction, responsable de importantes campañas ambientales en empresas como Unilever o Credit Suisse, el conflicto tiene especial relevancia para la toma de decisiones.
“La invasión rusa de Ucrania pesará mucho en la mente de los inversores. Algunos pueden estar menos dispuestos a votar por resoluciones climáticas ambiciosas”, señala Simon Rawson, director de engagement de ShareAction.
La presión del suministro energético
La presión “sin precedentes” que ha sufrido el suministro de energía a raíz de la guerra y las sanciones al Ejecutivo de Vladímir Putin va a tener una incidencia mayor en las juntas de las empresas occidentales.
El motivo es el “intenso escrutinio”, explica Rawson en una carta abierta, del que han sido objetivo por su conexión con Rusia desde el estallido de la guerra a finales del pasado febrero.
Pese a que ShareAction considera que el conflicto “fortalecerá” una transición energética acelerada, un discurso al que cada vez se suman más voces en la industria de la gestión de activos, el fondo activista destaca varios casos concretos en los que las propuestas climáticas no han prosperado entre grandes empresas.
Por ejemplo, el caso de Glass Lewis en la junta de la compañía danesa de materiales Rockwool, en la que este proxy advisor recomendó votar en contra de la reelección del consejo de administración por mantener los lazos con Rusia, alegando que esto generaba una divulgación de riesgos climáticos “insuficiente”.
“La acción de los accionistas para abordar los impactos sociales de las empresas continúa rezagada respecto al clima”, concluye ShareAction.
Se trata de una cuestión de transparencia, y ha afectado también a empresas al otro lado del Atlántico.
Efectos inmediatos
Las recomendaciones de Glass Lewis tuvieron algo más de efecto en la junta General de la compañía estadounidense Schlumberger, celebrada a comienzos de mes.
El proxy advisor recomendó votar, por los mismos motivos, en contra del consejo de la firma, consiguiendo que una consejera independiente de nacionalidad rusa, Tatiana Mitrova, obtuviera un representativo porcentaje de voto en contra por encima del 22 por ciento.
En términos de rechazo, obtener un porcentaje superior al 10 por ciento en la reelección de un asiento del consejo ya se considera una cifra suficientemente alta.
“Estamos adaptando un enfoque igualmente amplio para determinar qué propuestas se relacionan con sanciones”, explica Glass Lewis en su informe proxy para la presente temporada de juntas.
Lista negra de empresas
La lista de empresas de Rusia sancionadas a nivel internacional por la guerra representa una presión añadida para las votaciones de las juntas.
Recientemente, ISS, el mayor proxy del mundo, elaboró un informe en el que reunía todas las empresas que han sido vinculadas a este tipo de sanciones.
“No proporcionaremos, por supuesto, una recomendación de voto [a favor] para la elección o reelección de un miembro del Consejo sancionado, ni proporcionaremos recomendaciones como la ratificación en bloque del Consejo”, detallan en Glass Lewis.
De la misma forma, tampoco recomendarán votar a favor de la aprobación de los salarios de un Consejo si en el organigrama se encuentra alguien sancionado o vinculado con operaciones en Rusia.
La visión de Glass Lewis cambia en aquellas empresas que no formen parte de las sanciones pero estén constituidas en Rusia o tengan una cotización principal en algún mercado bursátil ruso. El proxy realizará una investigación especial a este tipo de compañías, mientras que incluirá una nota especial de divulgación para “llamar la atención de nuestros clientes sobre la afiliación rusa de la empresa”.