Tesla cede casi un tercio de su valor desde su expulsión de la élite ESG
Tesla cae más de un 30% desde finales de abril, cuando S&P anunció que abandonaría el S&P 500 ESG. Musk se ha revuelto por ello, pero son numerosos los hechos que arrastran al valor
La reacción de Elon Musk a la exclusión de Tesla del índice S&P 500 ESG, una de las mayores referencias bursátiles de la ISR, ha llegado en el peor momento del año en Bolsa para el fabricante de coches eléctricos.
Mientras continúa su lucha por el control de Twitter, el magnate sudafricano descargó en la red social una serie de mensajes criticando los criterios ESG, acusándolos de ser un instrumento político y una “estafa”; mientras veía como el valor de su participación en el gigante se iba diluyendo.
Una ristra de tuits que llegó cuando apenas ha transcurrido un mes desde que S&P decidiera sacar a Tesla del índice en el que aglutina a las cotizadas con mejores ratings de Wall Street.
Desde el 22 de abril, fecha en la que el proveedor de índices bursátiles comunicó la exclusión de Tesla -se hizo efectiva el 2 de mayo- las acciones del fabricante han perdido más de un 30 por ciento, multiplicando por cinco las pérdidas que ha registrado desde entonces el índice S&P 500 ESG.
Los títulos se mueven, tras el reciente desplome, en sus mínimos en bolsa desde agosto del año pasado. Pero, aunque a Elon Musk le valga de excusa, no es el paso de S&P el culpable del fuerte desplome.
Los movimientos alrededor de Twitter, nuevas acusaciones sobre su fundador -en este caso de acoso sexual que Musk ha negado rotundamente- y problemas de producción se han conjugado para tumbar la cotización del gigante.
Que otros competidores estén teniendo éxito o que la economía apunte a una recesión en el futuro tampoco ayuda.
Asimismo, el brote de coronavirus en Shangai, y el consecuente cierre aprobado por el gobierno, ha pasado factura a Tesla, que ha tenido que parar la producción. Este mismo lunes, Reuters avanzaba que era probable que tuviera que reabrir un día más tarde.
Un nuevo capítulo de Musk en Twitter
Pero la realidad es que desde finales de abril, cuando S&P anunció los cambios de componentes, la trayectoria de Tesla ha sido continuada a la baja.
En términos comparativos, la acción de Tesla ha pasado de superar los 900 dólares a cotizar en el entorno de los 670 dólares, lo que ha supuesto la pérdida de miles de millones de dólares de capitalización bursátil. Suficientes para 'desatar' la ira de Musk.
“S&P Global Ratings ha perdido su integridad”, escribió en su perfil de Twitter, en el que tiene más de 94 millones de seguidores. Criticó, además, que la petrolera Exxon forme parte de las diez compañías con mejores ratings ESG por parte de S&P 500 y Tesla “ni siquiera forme parte de la lista”
“A pesar de ser una de las compañías que más ha hecho en el medio ambiente”, apuntó en otro tuit que Musk acompañó con una de sus formas más habituales de comunicación: los memes. Habituales en el ‘timeline’ del empresario, en la publicación se puede leer que considera a la ESG como una forma de “determinar cómo de obediente eres con la agenda izquierdista”.
Y es que la cruzada contra los criterios ambientales, sociales y de gobernanza de Musk se ha convertido, según el dueño de Tesla, en una cuestión política. “Los ataques políticos contra mí se dispararán drásticamente en los próximos meses”, dijo en otro tuit.
Muchos analistas, sin embargo, consideran que la exclusión del fabricante californiano del índice está justificada pese a la contribución ambiental esgrimida por Musk.
Más allá de la ‘E’
S&P Global argumentó, entre otros motivos para justificar la exclusión de Tesla, la débil gestión de la compañía de la investigación federal que se inició a raíz de una serie de accidentes mortales en los coches que incorporan la modalidad de piloto automático.
El año pasado, la investigación de la Agencia Nacional de Seguridad en el tráfico en carretera estadounidense se centró en más de 765.000 vehículos, y obligó a que la compañía tuviera que retirar todos sus coches en China, con las consiguientes pérdidas tanto económicas como reputacionales.
S&P dejó la puerta abierta a reincoporar a Tesla “en los próximos años”, pero apuntó que el rating de la empresa ha disminuido en relación con el de sus pares debido a las acusaciones de discriminación racial y las malas condiciones laborales en la fábrica de Fremont, en California, uno de los principales centros productivos de Tesla en Norteamérica.
A ello se une la reciente demanda del Departamento de Igualdad en el Empleo y la Vivienda de California, presentada después de que más de un centenar de trabajadores denunciase haber sido objeto de discriminación, incluyendo insultos raciales en el trabajo.
“Tesla tiene un pobre historial en temas laborales y de capital humano”, explican en un comentario los analistas de Morningstar.
“Fabrica un producto que nos ayudará en la transición hacia una economía baja en carbono, pero la empresa tiene otros temas que preocupan a los inversores de ESG en la ‘Gobernanza’ y las relaciones laborales”, señaló John Hale, director de investigación de sostenibildad de Sustainalytics, la agencia de calificación ESG de Morningstar.
Para Sustainalytics, Tesla tiene un perfil de riesgo ESG medio, suficiente para que no salga en la misma foto que los principales líderes a nivel global.