TotalEnergies sufre por su permanencia en Rusia
El activismo presiona para que se corte el grifo de la financiación a TotalEnergies, después de la negativa a salir de Rusia. Otro frente tras las acusaciones de 'greenwashing' publicitario
La postura de TotalEnergies en torno a sus operaciones en Rusia le está pasando factura. Varias firmas activistas pidieron a las entidades que financian a la energética que le corten el grifo, después de que la compañía francesa anunciase que seguirá operando en el país.
Credit Agricole, el mayor financiador de TotalEnergies, recibió una carta de la plataforma Reclaim Finance en la que los activistas pedían que dejase de proporcionar financiación a través de Amundi, que es su mayor accionista tras BlackRock.
TotalEnergies se había comprometido a no invertir más en activos en Rusia, pero ha seguido un camino distinto a sus grandes pares del sector petrolero y gasista como BP, Shell, Equinor y Exxon, que sí han anunciado que desharán posiciones en el país tras la ofensiva del presidente Vladímir Putin.
Así, Total suma un nuevo frente abierto desde el activismo, después de que recientemente hubiera acusado a la empresa gala de ‘greenwashing’ en sus campañas publicitarias.
Cortar el grifo a todas las empresas
TotalEnergies comenzó su actividad en Rusia a principios de la década de los 90. En este tiempo, la compañía ha superado los 200 empleados en el país y tiene distintas patas de negocio, desde la extracción de petróleo o la comercialización del gas, hasta incursiones en el terreno de las renovables.
Pese a ser un mercado importante, el activismo criticó su decisión de permanecer en el país, y presiona ahora en el origen del músculo financiero de la energética.
“Si TotalEnergies se niega a romper lazos con el petróleo y la industria del gas de Putin, entonces Credit Agricole debe romper lazos con TotalEnergies”, escribió Lucie Pinson, directora de Reclaim Finance.
En la carta, Pinson también cargó contra la decisión del banco, una de las mayores entidades crediticias francesas, de seguir como uno de los mayores accionistas de Gazprom, el gigante energético ruso y el mayor proveedor de gas a Europa. La activista extendió su petición a todas las empresas de combustibles fósiles extranjeras que mantengan negocios en Rusia, pidiendo al banco retirar la financiación “hasta que hayan cesado sus operaciones”.
Reclaim Finance cree que esta maniobra serviría para debilitar al Gobierno de Putin, ya que, según sus datos, las ventas de petróleo y gas representaron el 36 por ciento del presupuesto del Ejecutivo ruso en 2021, y permitieron acumular 470.000 millones de dólares en reservas.
“En el contexto de la crisis actual, cualquier iniciativa aislada solo puede ser arriesgada, y podría resultar desafortunado”, dijo un portavoz de Credit Agricole en declaraciones recogidas por Bloomberg.
El banco sí tratará “con excepción” el caso de Rusia y solo “en respuesta a las necesidades de bienes y servicios esenciales para Europa, siempre sigan siendo, por supuesto, con el visto bueno de las autoridades”, matizó.
Las acciones se hunden
El contexto geopolítico también ha lastrado el rendimiento de Total en bolsa. Pese al rally alcista del petróleo y el gas, las acciones han perdido un 12 por ciento en el último mes frente al 1 por ciento que perdió su índice de referencia, el Stoxx 600 Europe Oil & Gas.
Otras petroleras como BP han sufrido un castigo similar, con un retroceso del 9 por ciento, mientras que Shell se dejó un 0,2 por ciento. Las estadounidenses Chevron y Exxon, por su parte, acumularon subidas del 29 y del 16 por ciento respectivamente.
Follow This, una de las plataformas más activas en el sector petrolero, elogió en una carta la capacidad de Shell, que sí abandonó Rusia, para "admitir un error, disculparse y sacar una conclusión; pasos raramente vistos en la industria del petróleo y del gas", señaló Mark Van Baal, presidente Follow This.
Pero Rusia no ha sido el único frente de la petrolera, en el foco permanente por supuesto 'greenwashing'. Las últimas acusaciones llegaron la semana pasada por parte de un conjunto de activistas liderados por GreenPeace y ClientEarth, que dijeron que Total había estado usando el ‘lavado verde’ en sus campañas publicitarias.
Según estas plataformas, el cambio de nombre -ejecutado el año pasado- hacia TotalEnergies vulneró las leyes europeas de protección del consumidor al considerar que la campaña mintió al respecto del compromiso del grupo para ser Net Zero en 2050.
“Su definición net zero estaba usando una astuta propaganda para tratar de convencernos de lo imposible: que se puede alcanzar la neutralidad de carbono mientras se producen y se venden cada vez más combustibles fósiles”, dijo Clara Gonzales, de Greenpeace Francia.
“Tienen que establecer un estándar para la definición de net zero que sea de fácil entendimiento para todo el mundo”, señaló, por su parte, Jonathan White, miembro de ClientEarth.