Wall Street levanta la voz contra los sueldos de sus grandes ejecutivos
El caso de JPMorgan es el más paradigmático, pero no es anecdótico. El rechazo a los salarios de los ejecutivos de las cotizadas de Estados Unidos marca máximos esta temporada de juntas
La remuneración de los ejecutivos de Wall Street recibió en la última temporada de juntas el mayor rechazo de su historia por parte de los accionistas de las cotizadas.
Lo de Dimon y JP Morgan ha sido uno de los ejemplos más notables, pero el descontento va en aumento.
Así, el apoyo a las propuestas ‘say-on-pay’, donde figuran los sueldos cobrados por los principales ejecutivos el año, marcó su nivel histórico más bajo por parte de los inversores de las cotizadas del S&P 500, según un informe elaborado por ISS.
Es un paso que llega después de que el salario promedio del principal ejecutivo de las cotizadas, el CEO, aumentara en más de un millón de dólares durante 2021.
Más de 14 millones de salario
En concreto, el sueldo medio aumentó desde los 13,2 millones de dólares en 2020 a los 14,4 millones. Suficiente para que los accionistas mostrasen su descontento en la última temporada de juntas.
El apoyo medio a las propuestas de remuneración siguió siendo notable, pero descendió hasta una media del 92,2 por ciento según el análisis de ISS, que tiene en cuenta datos de las juntas celebradas hasta el pasado 9 de mayo.
Se sitúa, no obstante, medio punto porcentual por debajo del apoyo que recibieron las resoluciones en el año de la pandemia, y casi dos puntos frente al 94,1 por ciento del año anterior.
“Los resultados sugieren que potencialmente la desconexión es cada vez mayor entre las decisiones de los consejos sobre la compensación de los directores ejecutivos y el apoyo de los accionistas a estos paquetes de pago”, apunta Brian Johnson, director del departamento ISS Corporate Solutions (ICS).
Teniendo en cuenta el escenario de inflación actual, los inversores “parecen estar más inclinados que nunca” a votar en contra de los grandes paquetes salariales “que no estén justificados por el desempeño de la empresa”.
Durante la temporada de juntas de 2021, ya se había marcado un récord de empresas del S&P 500 en las que las propuestas de remuneración no prosperaron, con 20 compañías en las que los accionistas rechazaron los sueldos de su consejo.
Como sucede con los informes de retribuciones en el mercado español, son votos consultivos y no vinculantes; de manera de aunque sean rechazados no existe una obligación más que moral -pero que los accionistas demandan- de que se responda.
De hecho, Amadeus, que vio como su plan de retribuciones era rechazado durante la junta de 2021, ha modificado su política de remuneraciones para tratar de recuperar la confianza de sus accionistas en la cita de este año.
Los desorbitados incentivos a largo plazo
Una de las conclusiones del estudio apunta a que el reciente aumento de los salarios se debe en gran parte a las bonificaciones significativamente más altas en el último ejercicio fiscal, en comparación con el anterior, se debe a las concesiones de planes de incentivos a largo plazo para los directivos. Algo que reflejó recientemente el caso de JPMorgan.
Solo un 31 por ciento de los accionistas respaldó la propuesta de remuneración del consejo del banco de inversión estadounidense, rechazando el sueldo de su CEO, Jamie Dimon, uno de los mejor pagados de la Bolsa de Nueva York.
En 2021, sumando a su salario habitual los planes de incentivos a largo plazo, el responsable de JPMorgan percibió 84 millones de dólares. Junto a Dimon, el director de operaciones, Daniel Pinto, también se vio señalado por la alta remuneración, que el consejo entiende como una forma de retener a los altos directivos de grandes cotizadas para que no ‘fichen’ por otras que les ofrezcan retribuciones más altas.
Los accionistas tuvieron en cuenta, de esta forma, las recomendaciones de voto que emitieron algunos de los principales proxy advisors del mundo, entre los que se encontraba ISS pero también otros como Glass Lewis y Corporance, integrado en la red europea Proxinvest, la mayor de Europa.
“La retribución [de Dimon] se hizo eco de primas similares otorgadas al liderazgo en otros bancos como Goldman Sachs, que citó, entre otras cosas, la competencia por el talento ejecutivo en sectores menos tradicionales que la industria financiera”, apuntó Glass Lewis en su alerta de controversia.
“El mercado de talentos ejecutivos de Estados Unidos, ya conocido por el exceso de pagos, se calentó con empresas que entregaron premios para proteger su base de liderazgo de los competidores”, añade el proxy.
El rechazo de amplios segmentos del mercado ha llegado, además, en un contexto en el que el mayor mercado bursátil global no atraviesa su mejor momento. Esta semana, el S&P 500 se hundió un 4 por ciento, la caída más alta desde la pandemia, y cotiza en su nivel más bajo desde marzo del año pasado.