Los activos criptográficos alcanzaron una capitalización de mercado superior a los dos billones de dólares, una cifra muy seria que ha colocado a estos productos en el radar de los inversores. Su creciente peso en la economía mundial está a la altura de las altas expectativas que han generado entre el público minorista. Invertir en criptomonedas ya no es terreno reservado a los profesionales. Según un reciente estudio de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), más de 4,4 millones de españoles (el 11,2 por ciento de la población) invierte en estos activos, pese al desconocimiento general de los riesgos que conllevan. 

Para invertir bien desde el primer euro en el mundo criptográfico hay que tener en cuenta aspectos muy relevantes respecto a la apertura de las cuentas, la elección de los brokers o el uso de las billeteras digitales. También hay que desarrollar un sexto sentido para detectar las estafas, que en este mercado están a la orden del día. Sin embargo, la esencia sigue siendo la misma que con los activos tradicionales, la que condensó Warren Buffett en una de sus frases más célebres: «No inviertas en aquello que no entiendas». Por eso es importante la formación.