El análisis de la mayor parte de las métricas que tenemos a nuestra disposición indica que 2021 ha sido un año extraordinario para los inversores en renta variable europea. El crecimiento económico, tanto nacional como mundial, alcanzó niveles récord gracias a que los países se recuperaron de los prolongados confinamientos. Los inversores también disfrutaron del mayor crecimiento de los beneficios en un solo año de toda la historia financiera moderna. Gracias a ello, las empresas siguieron mejorando sus previsiones durante 2021. Esta combinación de factores hizo que los mercados de renta variable obtuvieran unos rendimientos extremadamente elevados. 

Pero, de cara a 2022, creemos que las empresas y los inversores tendrán que navegar por un panorama más difícil. Sin embargo, las oportunidades suelen surgir de la adversidad, y donde más se produce este efecto es en Europa.