Los mercados emergentes se han enfrentado a fuertes vientos en contra este año. La subida de los tipos de interés en las economías avanzadas y la fortaleza del dólar, entre otras cosas, los han puesto bajo presión, lo que ha provocado la salida de los inversores en los últimos meses. A pesar de este difícil contexto, creemos que hay razones de peso para que los inversores consideren esta clase de activos en 2023, tanto en renta variable como en renta fija.

Las valoraciones son atractivas para los bonos corporativos de los mercados emergentes, especialmente para el segmento high yield (HY). Estos títulos ofrecen un diferencial atractivo en comparación con sus homólogos estadounidenses y en euros, y, además, presentan una mejor calificación crediticia media que los bonos HY estadounidenses, pero menos duración.