La falta de alternativas en renta fija y en renta variable impulsa las inversiones en vivienda de playa, que vive un momento dulce, con rentabilidades comparativamente superiores. La vivienda de playa vive un momento especial. Ya recuperada de la crisis del Covid-19, se disparan las transacciones, los precios de compra-venta y los alquileres.

De hecho, los últimos datos indican que los precios suben más en la costa que en el interior. En concreto, en el primer trimestre del año se incrementaron un 7,2 por ciento interanual en el arco mediterráneo y un 6,6 por ciento en Baleares y Canarias, por encima del promedio nacional (del 6,5 por ciento, según Tinsa).